Extracto del Sermón del R.Padre Méramo del Domingo de Quincuagésima en febrero de 2001.
...Con los domingos de Septuagésima, Sexagésima y Quincuagésima, la Iglesia nos prepara para la Cuaresma que comienza con el Miércoles de Ceniza y que nos conduce, nos lleva al misterio de los misterios, la Pascua de Resurrección. Y para prepararnos bien a la Resurrección, a ese misterio fundamental de nuestra fe, la Iglesia nos invita a la oración, al sacrificio y a que vivamos también la Pasión de nuestro Señor y su crucifixión antes de resucitar. Este es el significado y simbolismo de la Cuaresma que con el preludio de estos tres domingos nos vayamos adentrando en ese espíritu de sacrificio de la Pasión de nuestro Señor que debemos tener presente a todo lo largo de nuestra vida.
La religión católica es inconcebible sin sacrificio, sin la Pasión de nuestro Señor. Lamentablemente el mundo pagano festeja para estas fechas todo lo opuesto, el carnaval, que es un festival pagano de la carne, es una fiesta antiquísima que ha sido imposible erradicar, ni siquiera con todos los siglos de cristianismo, por lo que en muchos lugares se hace durante estos días reparación ante el Santísimo, por los desmanes que se cometen en estos días cuando debiera ser lo opuesto, una preparación para la Cuaresma. Eso nos demuestra cuán opuesto es el espíritu católico al espíritu del mundo, son antagónicos y esos dos espíritus están en nosotros, el espíritu del mundo y de la carne simbolizados por el viejo hombre, y el espíritu católico simbolizado por el nuevo hombre.
Ese es el combate permanente que sostendremos durante toda nuestra vida, de ahí que debamos estar alertas para que no venza en nosotros el espíritu de la carne, el espíritu del viejo hombre. Ese es el ejemplo que nos han dado los Santos, la lucha y la victoria sobre la carne, y ese es el espíritu que se intensifica en la Cuaresma. No es que la religión pida que seamos masoquistas; simplemente la religión católica es una religión con espíritu de sacrificio, el sacrificio de nuestro Señor, su inmolación al Padre Eterno por nuestros pecados, la víctima inocente. Ese es el significado del sufrimiento cristiano católico y aun el de las víctimas inocentes como pueden ser los niños sin uso de razón, como el sacrificio de los Santos Inocentes y eso explica lo que el mundo no entiende por no tener la fe y la concepción católica de las cosas; cuando le reprocha a Dios el sufrimiento de personas inocentes, juzgan de acuerdo al mundo para reprocharle. De ahí la necesidad de que sepamos ofrecer los sufrimientos a imagen de nuestro Señor, por nuestros pecados y también por los de los demás. Los grandes Santos no sufrían solamente por sí, sino también por los demás, por la Iglesia.
Hoy, como nunca, hay que sufrir por la Iglesia, por todo lo que está aconteciendo dentro de ella, por la pérdida de fe, por la apostasía, por la corrupción de la religión, por la corrupción del orden social católico, por la destrucción de la familia y de las naciones católicas, por el mal ejemplo, los escándalos, el pecado institucionalizado. Siempre hubo pecados y maldad, pero nunca hubo el pecado como hoy, proclamado e institucionalizado con el descaro que se ve.
Antiguamente el pecador reconocía que lo era, que era miserable, que estaba conculcando la ley de Dios; hoy es todo lo contrario, esa ley de Dios ya no se proclama, ya no existe, lo que existe es la ley del hombre, la libertad del hombre, la dignidad del hombre, los derechos del hombre, la religión del hombre y por eso es una religión que no implica sacrificio, que no tiene la noción de la Santa Misa sino de una cena al estilo protestante, porque, en definitiva, es una religión del hombre, que utiliza el título de católica, se sirve de la reputación de la religión católica y se encubre bajo ese nombre, pero no es la religión católica, es la religión del hombre, no es la religión por Dios, por lo cual se la hace fácil, sin sacrificio, que “cada cual haga lo que quiera, es su conciencia la que determinará si está bien, si está mal”.
Y así se conculcan los derechos más sagrados de Dios y se destruye todo principio de orden, de felicidad y de bienestar, por eso el mal y la gran amenaza que hay sobre el mundo, el castigo de Dios que tarde o temprano vendrá, esa purificación que tendrán el mundo y la humanidad. De ahí que nosotros debemos purificarnos sufriendo con paciencia estos males que afectan a la Iglesia, que afectan a la religión y que hacen que la Iglesia sufra en carne propia la Pasión de nuestro Señor y que así, sufriendo el Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia, salgamos acrisolados, purificados, como el metal que se purifica al contacto con el fuego.
Aprovechemos esta Cuaresma para que se intensifique el deseo de reparación, de purificación, de sacrificio, de inmolación; que dispongamos bien nuestras almas para poder regocijarnos después con la resurrección de nuestro Señor, esa resurrección que también es promesa para todos aquellos que somos sus fieles. De ahí la importancia de la fidelidad a la gracia divina, la fidelidad a nuestro Señor...
Nota del Editor, hace algunos años ha:
...Con los domingos de Septuagésima, Sexagésima y Quincuagésima, la Iglesia nos prepara para la Cuaresma que comienza con el Miércoles de Ceniza y que nos conduce, nos lleva al misterio de los misterios, la Pascua de Resurrección. Y para prepararnos bien a la Resurrección, a ese misterio fundamental de nuestra fe, la Iglesia nos invita a la oración, al sacrificio y a que vivamos también la Pasión de nuestro Señor y su crucifixión antes de resucitar. Este es el significado y simbolismo de la Cuaresma que con el preludio de estos tres domingos nos vayamos adentrando en ese espíritu de sacrificio de la Pasión de nuestro Señor que debemos tener presente a todo lo largo de nuestra vida.
La religión católica es inconcebible sin sacrificio, sin la Pasión de nuestro Señor. Lamentablemente el mundo pagano festeja para estas fechas todo lo opuesto, el carnaval, que es un festival pagano de la carne, es una fiesta antiquísima que ha sido imposible erradicar, ni siquiera con todos los siglos de cristianismo, por lo que en muchos lugares se hace durante estos días reparación ante el Santísimo, por los desmanes que se cometen en estos días cuando debiera ser lo opuesto, una preparación para la Cuaresma. Eso nos demuestra cuán opuesto es el espíritu católico al espíritu del mundo, son antagónicos y esos dos espíritus están en nosotros, el espíritu del mundo y de la carne simbolizados por el viejo hombre, y el espíritu católico simbolizado por el nuevo hombre.
Ese es el combate permanente que sostendremos durante toda nuestra vida, de ahí que debamos estar alertas para que no venza en nosotros el espíritu de la carne, el espíritu del viejo hombre. Ese es el ejemplo que nos han dado los Santos, la lucha y la victoria sobre la carne, y ese es el espíritu que se intensifica en la Cuaresma. No es que la religión pida que seamos masoquistas; simplemente la religión católica es una religión con espíritu de sacrificio, el sacrificio de nuestro Señor, su inmolación al Padre Eterno por nuestros pecados, la víctima inocente. Ese es el significado del sufrimiento cristiano católico y aun el de las víctimas inocentes como pueden ser los niños sin uso de razón, como el sacrificio de los Santos Inocentes y eso explica lo que el mundo no entiende por no tener la fe y la concepción católica de las cosas; cuando le reprocha a Dios el sufrimiento de personas inocentes, juzgan de acuerdo al mundo para reprocharle. De ahí la necesidad de que sepamos ofrecer los sufrimientos a imagen de nuestro Señor, por nuestros pecados y también por los de los demás. Los grandes Santos no sufrían solamente por sí, sino también por los demás, por la Iglesia.
Hoy, como nunca, hay que sufrir por la Iglesia, por todo lo que está aconteciendo dentro de ella, por la pérdida de fe, por la apostasía, por la corrupción de la religión, por la corrupción del orden social católico, por la destrucción de la familia y de las naciones católicas, por el mal ejemplo, los escándalos, el pecado institucionalizado. Siempre hubo pecados y maldad, pero nunca hubo el pecado como hoy, proclamado e institucionalizado con el descaro que se ve.
Antiguamente el pecador reconocía que lo era, que era miserable, que estaba conculcando la ley de Dios; hoy es todo lo contrario, esa ley de Dios ya no se proclama, ya no existe, lo que existe es la ley del hombre, la libertad del hombre, la dignidad del hombre, los derechos del hombre, la religión del hombre y por eso es una religión que no implica sacrificio, que no tiene la noción de la Santa Misa sino de una cena al estilo protestante, porque, en definitiva, es una religión del hombre, que utiliza el título de católica, se sirve de la reputación de la religión católica y se encubre bajo ese nombre, pero no es la religión católica, es la religión del hombre, no es la religión por Dios, por lo cual se la hace fácil, sin sacrificio, que “cada cual haga lo que quiera, es su conciencia la que determinará si está bien, si está mal”.
Y así se conculcan los derechos más sagrados de Dios y se destruye todo principio de orden, de felicidad y de bienestar, por eso el mal y la gran amenaza que hay sobre el mundo, el castigo de Dios que tarde o temprano vendrá, esa purificación que tendrán el mundo y la humanidad. De ahí que nosotros debemos purificarnos sufriendo con paciencia estos males que afectan a la Iglesia, que afectan a la religión y que hacen que la Iglesia sufra en carne propia la Pasión de nuestro Señor y que así, sufriendo el Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia, salgamos acrisolados, purificados, como el metal que se purifica al contacto con el fuego.
Aprovechemos esta Cuaresma para que se intensifique el deseo de reparación, de purificación, de sacrificio, de inmolación; que dispongamos bien nuestras almas para poder regocijarnos después con la resurrección de nuestro Señor, esa resurrección que también es promesa para todos aquellos que somos sus fieles. De ahí la importancia de la fidelidad a la gracia divina, la fidelidad a nuestro Señor...
Nota del Editor, hace algunos años ha:
Posterior al doble rayo sobre la cúpula de la Basílica de San Pedro hoy sede del Anticristo, perfectamente consumada del legado profético de Daniel el santo profeta, con sus también consumados y pomposos; Un tiempo, ( Paulo 6), Dos tiempos de JP p´s, y el Medio tiempo más de la rata cantantante, Acaecidos que fueran, dando por parte del Cielo, la señal de la finalización del periodo de los 7 reyes apocalípticos, con el rayo sucedáneo sobre el corcovado, lugar en el que tendría efecto el festival de la carne encabezado por "El Pedro Romano" (Un simple Humano) de San Malaquías, (Similar a la forma en la que los festines al ente de la carne, por parte de antiteos y paganos, siempre precedieron a la Santa cuaresma) y preanunciando la recta final, "ASÍ COMO EL RAYO CAE EN ORIENTE Y ES VISIBLE EN OCCIDENTE" preparusiaco. Da Inicio de manera formal con este Miércoles de ceniza, La cuaresma pre crucifixión de la Inmaculada esposa del Divino cordero, con Los cuarenta días, (léanse meses) de tiempo de mortificación, para la pusylus, ( o los 1200 y tantos días del mismo Daniel Santo Profeta: (1290 desde la elección del falso Prometeo o Francisquito, que tienen "causalmente, su exacta cumplimentación, el 28 de Diciembre del 2016 ligeramente posterior al 2 de Octubre de ese año, en el que se cumplimentan los 6000 años de la creación, con la cumplimentación también el siguiente 11 de febrero del 2017 Día de la festividad de Lourdes, los 1335 días también del Santo Profeta Daniel)), cuaresma que justo culmina con el periodo del tiempo extra, posterior al medio tiempo Rat...zingereano, Real profeta del anticristo, que fue anunciado por el libro de la Revelación como anterior pero posterior, al propio JP2, La bestia que fue, que volvió a ser y que ahora sin ser sigue siendo, (como emérito papa de la iglesia del AntiCristo), y que apegado al Mismo evangelio eterno, será arrojado vivo al abismo, que también "Causalmente" converge en el centenario de Fátima, (indicio de que el "Dies Ire" acontecerá en vida de la rata cantante, bestia de la tierra, que hizo adorar con el falso milagro de la sangre incoagulada (criterio médico que significa vida) de JP 2, y con la presencia de su imagen parlante, en aquél nefasto día, en donde se juntaron los águilas).
Así pues, dispongámonos "In Nomine DOMINE" para los cuarenta meses de Penitencia (expulsiones calumnias difamaciones y vejaciones) de Ayuno (Sin pastores, sin sacramentos), de abstinencia, de meditación y de oración, SIN PERDER DE VISTA EL MAPA, con los indispensables prerequisitos, menesteres imperiosos, para quienes pretendamos por inmerecida gracia, participar en las bodas del cordero, como Vírgenes (Sin haber fornicado, con el mundo Cristiano moderno o modernizado, y sus visibles posibles elecciones, (El Cristo No esta en el desierto, Ni está en el fondo de la casa)), pero vírgenes prudentes, ( con el aceite de la gracia), Y asegurados, de que sea con el exacto y perfecto vestido para las bodas, (LA VERDADERA CARIDAD), de lo contrario, aun estando en el convite podemos ser expulsados a las tinieblas eternas, Y con La marca de Cristiano En la Frente, símbolo y figura de la cruz de cenizas con la que acompañamos al inicio de la cuaresma que comienza hoy con todas sus implicaciones. Teniendo presente mas que Nunca, que el rezo de los quince misterios del Santo Rosario, "SON EL ÚLTIMO RECURSO, QUE EL CIELO DIO AL HOMBRE", Que en la Crucifixión del Divino Cordero, Única y exclusivamente estuvieron presentes, San Juan (Apocalipsis), Y la Santísima Virgen María, (EN PORTUGAL ("El portus calus", el puerto hermoso, en la devoción a la Santísima virgen María) SE CONSERVARA LO QUE SE DEBE CREER DE LA VERDADERA FE".
SEA PARA GLORIA DE DIOS
Alberto González.
SEA PARA GLORIA DE DIOS
Alberto González.