San Juan Apocaleta



Difundid Señor, benignamente vuestra luz sobre toda la Iglesia, para que, adoctrinada por vuestro Santo Apóstol y evangelista San Juan, podamos alcanzar los bienes Eternos, te lo pedimos por el Mismo. JesuCristo Nuestro Señor, Tu Hijo, que contigo Vive y Reina en unidad del Espíritu Santo, Siendo DIOS por los Siglos de los siglos.












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"Sancte Pio Decime" Gloriose Patrone, ora pro nobis.





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domingo, 29 de marzo de 2020

PRIMER DOMINGO DE PASIÓN



Amados hermanos en nuestro Señor Jesucristo: 
El primer domingo de la Pasión nos acerca a la Semana Santa, la semana de gran sufrimiento y de dolor de nuestro Señor, días de duelo; por eso vemos las imágenes, salvo el Viacrucis, veladas. Debemos, en consecuencia, intensificar nuestra oración, sacrificios, limosnas, y aprovechar la purificación que todas estas obras producen para apaciguar la concupiscencia de la carne y el orgullo de la vida, para sustraernos un poco del mundo que nos tiene tan envueltos sin que nos demos cuenta. Ese debe ser el espíritu con que vivamos la Santa Cuaresma, ser más aceptos y agradables a Dios a pesar de nuestra miseria. No olvidar que la Iglesia manda confesarnos aunque sea una vez al año y fija una fecha para la comunión pascual: desde el domingo de Pasión hasta el segundo domingo después de Pascua.

Vemos en este Evangelio que la disputa entre los fariseos y nuestro Señor se intensifica, se agudiza. Cómo éstos infringen la verdad en el nombre de Dios, de la religión, de la Iglesia de entonces, como acontece hoy; es lo característico del fariseísmo, la corrupción específica de la religión convirtiéndose en el peor y más mortal enemigo. Así es como rechazan a nuestro Señor, en vez de creer le dicen que está endemoniado, en lugar de aceptar le alegan en el nombre de los profetas. Y a la manifestación de su divinidad toman piedras para lanzárselas, pero Él desaparece en medio de ellos. Se hizo invisible, como dicen algunos Padres de la Iglesia, porque todavía no había llegado su hora, si no, lo hubieran apedreado allí antes de tiempo por no querer oír la palabra de Dios.

Él dice que es el Padre quien da testimonio de Él, que quien guarda su doctrina tendrá la vida eterna, que Abraham deseó ver su día y que Él era antes que Abraham. Todas son manifestaciones de su divinidad. Ningún hombre podría ser o existir antes que otro que le había precedido, y los judíos entendían bien eso y por ello tomaron piedras para destruirlo; aquí hay una prueba que ya la he insinuado muchas veces, y es que los Padres del Antiguo Testamento conocían la Encarnación y la Santísima Trinidad. De lo contrario sería absurdo que Moisés hubiera deseado ver su día y no como la mayoría de los exegetas modernos dicen, que la diferencia era el misterio de la Santísima Trinidad y de la Encarnación, lo cual es ilógico y absurdo ya que no sería entonces la misma fe, no podría ser nuestro Padre Abraham si no fuera la misma fe, y ésta la de la Trinidad y la Encarnación; es evidente.

Pero, lamentablemente, así se deslizan los errores porque la mayoría no hace más que repetir como loros. Eso nos debe servir para no extrañarnos de que estas falsedades cundan con el agravante de que no hay quiénes asienten la doctrina, que pontifiquen en la verdad; es la desgracia actual de la Iglesia católica, apostólica y romana; no hay doctores en la fe que pontifiquen en la verdad y nada más que la verdad, y por eso andamos a tientas zigzagueando, carencia que, dicho sea de paso, también es un castigo, y por eso la Iglesia se ve eclipsada. Como está oscurecida la Iglesia durante la Pasión, la ocultación de nuestro Señor Jesucristo es lo que vaticinan estas imágenes cubiertas. También ocultación de nuestro Señor hacia el final de los tiempos, eclipse del sol, de labore solis, justamente, la divisa que le corresponde al papado actual (JPII) según San Malaquías.(*Nota del editor: La gloria del Olivo es Ratzinger, quien junto con Pedro Romano - Bergoglio actualizado a 2019, constituyen "in persecusion extrema" persecución propia del pequeño rebaño)

¿Queremos ver más claro o seremos peores que los judíos, orgullosos, que no queremos entender ni a palos? Son los hechos; la Iglesia está hoy eclipsada como estas imágenes durante estos dos domingos de Pasión ya anunciada en La Salette; oscurecimiento por falta de autoridad, de principios, de doctrina, de dirigentes, de moral, de fe, de falta del Espíritu de Dios, de sabiduría; lo que estamos viviendo es el eclipse de la Iglesia; pero a pesar de todo no sucumbirá, porque las puertas del infierno no prevalecerán sobre su divinidad, como no prevaleció la muerte sobre la divinidad de nuestro Señor.

He aquí un gran misterio difícil de entender; pero a medida que los acontecimientos se van dando, se va dilucidando, se va inteligiendo y barruntando de algún modo. Es el tema del único libro profético del Nuevo Testamento, del Apocalipsis, que es la revelación de la manifestación de nuestro Señor glorioso y majestuoso y de todos los acontecimientos desastrosos que culminarán en la gran apostasía de las naciones de los gentiles; en el anticristo, en el falso reino de paz, en la persecución de la Iglesia, de la Santa Misa y en el triunfo de nuestro Señor, que derrotará al anticristo con el aliento de su boca como dice San Pablo en su segunda carta a los Tesalonicenses.

Desgraciadamente el demonio ha hecho lo imposible por dificultar y oscurecer ese gran libro de fe y de esperanza, no de terror, sino de esperanza, para aquel que está bajo el yugo del sufrimiento y la persecución por amor, por testimonio a la verdad, a la Santa Iglesia, a nuestro Señor Jesucristo. Qué más consolación se tendrá si el Rey de Reyes, Señor de Señores, va a liberar a su Iglesia. El Apocalipsis es un libro de bienaventuranza, de esperanza, específicamente para los últimos tiempos. Por lo mismo no se lo consideró de tanta importancia en la Edad Media, porque no veían la necesidad, pero nosotros sí la debemos ver, si realmente vivimos esta crisis de fe, de eclipse de la Iglesia por la que atravesamos.

Así como sabemos que después de estos dos domingos de Pasión y de oscurecimiento de nuestro Señor encubierto, velado, oculto, que huye, según el Evangelio, de las manos de los judíos para no morir antes de tiempo, a pedradas, de esa dolorosa Pasión y muerte, viene la resurrección; lo mismo será para la Iglesia: ésta no resucitará porque no puede morir, ya que el alma es el Espíritu Santo y él no puede separarse de la Iglesia, pero sí pasará su terrible Pasión y, por tanto, eclipse del sol, de la verdad, de la luz, todo lo cual de algún modo lo estamos viviendo. Lo que no sabemos es la cuantía, la duración y la intensidad a la cual todo esto llegará y por lo mismo hay que pedirle a nuestro Señor la fidelidad y la fortaleza para no sucumbir ni caer enredados en la confusión de las tinieblas, pero sí esperando con una profunda esperanza sobrenatural ese día de Pascua y de gloria al cual volverá la Iglesia cuando llegue la hora y el día de Dios nuestro Señor.

Pidamos a la Santísima Virgen hacer una Santa Cuaresma y vivir en este periodo tan difícil, fiel y santamente como nos lo pide nuestro Señor; ser santos como nuestro Padre que está en los cielos. +


PADRE BASILIO MERAMO
17 de marzo de 2002

miércoles, 25 de marzo de 2020

LA ANUNCIACIÓN DEL ARCANGEL SAN GABRIEL A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA Y LA ENCARNACIÓN DEL VERBO DIVINO






NOTA DEL EDITOR: Paradójicamente o Por Gracia Divina, coinciden la Anunciación y 

 el aniversario Luctuoso de Mon. Marcel Lefebvre de santa memoria.
Cada vez está más cerca el retorno de Nuestro Señor JesuCristo.



Escrito tomado de la CATENA AUREA de Santo Tomás de Aquino.
San Lucas capítulo 1, versículos 26 al 38.


Lc 1, 26-27
Y al sexto mes, el Angel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David, y el nombre de la Virgen era María. (vv. 26-27)
Beda
Como la encarnación de Cristo debía tener lugar en la sexta edad del mundo y había de aprovechar para el cumplimiento de la ley, el ángel enviado a María anuncia oportunamente, en el sexto mes de la concepción de Juan, al Salvador que había de nacer. Por eso se dice: "En el sexto mes". El sexto mes es el de marzo, en cuyo día 25 nuestro Señor fue concebido y se dice que padeció. Así como nació el día 25 de diciembre por lo que si, según algunos creen, en este día tiene lugar el equinoccio de la primavera, o si en aquél creemos que se verifica el solsticio del invierno, conviene que sea concebido y nazca con el incremento de la luz Aquel que ilumina a todo hombre que viene a este mundo ( Jn 1,9). Mas si alguno objetare que los días crecen o son mayores que la noche antes del tiempo del nacimiento y de la concepción de nuestro Señor, le contestamos que San Juan anunciaba el reino de los cielos antes de su advenimiento.
San Basilio
Los espíritus celestiales no vienen a nosotros por sí mismos, sino cuando conviene para nuestra utilidad, porque atienden al decoro de la divina sabiduría; de donde sigue: "Fue enviado el ángel Gabriel".
San Gregorio Magno, homiliae in Evangelia, 34
A María Virgen no se envía un ángel cualquiera, sino el arcángel San Gabriel. Procedía que viniese un ángel de los primeros a anunciar los misterios. Se le designa por su propio nombre, el cual muestra lo que vale en sus obras, pues el nombre de Gabriel significa fortaleza de Dios 1. Por la fortaleza de Dios había de ser anunciado el que, siendo Dios de las virtudes y poderoso en la guerra para vencer en todas las batallas, venía a destruir las potestades del infierno.
Glosa
Se indica, pues, el lugar a donde se envía cuando se añade: "A la ciudad de Nazaret". Porque nazareno, esto es, Santo de los Santos, era el que se anunciaba que había de venir.
Beda, in homilia de Fest. Annunt
Digno principio de la restauración humana ha sido que se enviare por Dios un Angel a la Virgen, que había de ser consagrada con un parto divino. Porque la primera causa de la perdición humana fue que la serpiente fuese enviada a la mujer por el espíritu de la soberbia. De aquí se sigue, que el Angel fue enviado a una virgen.
San Agustín, de sancta virginitate, 5
Sólo la virginidad pudo decentemente dar a luz a Aquel que en su nacimiento no pudo tener igual. Convenía, pues, que nuestro Redentor naciese, según la carne, de una Virgen por medio de un milagro insigne para dar a entender que sus miembros debían nacer de la Iglesia virgen, según el espíritu.
San Jerónimo
Con razón se envía un ángel a la Virgen, porque la virginidad es afín de los ángeles. Y ciertamente, vivir en carne fuera de la carne, no es una vida terrestre, sino celestial.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, 4
No anuncia el Angel a la Virgen después del parto, para que entonces no se turbe en demasía, sino que le habla antes de la concepción. No en sueños, sino presentándose de una manera visible. Porque como había de recibir una gran revelación, necesitaba de una visión solemne antes del cumplimiento.
San Ambrosio
Dijo bien ambas cosas la Sagrada Escritura: que sería desposada y Virgen. Prosigue, pues, diciendo "desposada". Virgen, para que constase que desconocía la unión marital. Desposada, para que quedase ilesa de la infamia de una virginidad manchada, cuando su fecundidad pareciese signo de corrupción. Quiso más bien el Señor que algunos dudasen de su nacimiento que de la pureza de su Madre. Sabía que el honor de una Virgen es delicado y la reputación del pudor, frágil. Y no estimó conveniente que la fe de su nacimiento se demostrase con las injurias de su Madre. Se sigue también que, así como la Santísima Virgen fue íntegra por su pudor, así su virginidad debió ser inviolable en la opinión. No convenía dejar a las vírgenes que viven en mala reputación esa apariencia de excusa, es decir, que la Madre misma del Señor pareciese difamada. ¿Qué se hubiera podido reprochar a los judíos y a Herodes si hubiese parecido que perseguían el fruto de un adulterio? ¿Cómo hubiera podido decir El mismo: "No vine a destruir la ley, sino a cumplirla" ( Mt 5,17), si hubiese parecido comenzar por una violación de la ley, que condena el parto de la que no está casada? ¿Qué, por otra parte, da más fe a las palabras de la Virgen y remueve todo pretexto de mentira? Madre, sin estar casada, hubiera querido ocultar su falta con una mentira. Pero casada, no tenía motivo para mentir, puesto que la fecundidad es el premio y la gracia de las bodas. Tampoco es pequeña causa que la virginidad de María engañase al príncipe del mundo, el cual, viéndola desposada con un hombre, nada pudo sospechar respecto de su parto.
Orígenes
Si no hubiese tenido esposo, aquel misterio hubiese dado que pensar al diablo, respecto de cómo pudo quedar embarazada la que no había tenido trato con varón. Esta concepción -diría- debe ser divina, debe ser algo superior a la naturaleza humana.
San Ambrosio
Sin embargo, engañó más a los diablos. Porque la malicia de los demonios descubre hasta las cosas ocultas. Mas los que se ocupan en las vanidades del mundo no pueden conocer las cosas divinas. Por eso Dios se sirve del marido -el testigo más seguro del pudor- que hubiese podido quejarse de la injuria y vengar el oprobio, si no conociese el misterio. Se dice de él: "Se llamaba José, de la casa de David".
Beda, homil. de Annunt. Sup
Lo cual no sólo se refiere a San José, sino también a la Virgen María. Estaba mandado por la ley que cada uno tomase mujer de su propia tribu o familia. Prosigue el mismo evangelista: "Y el nombre de la Virgen era María".
Beda
La palabra María en hebreo quiere decir estrella del mar, y en siríaco Señora. Y con razón, porque mereció llevar en sus entrañas al Señor del mundo y a la luz constante de los siglos.
Notas
1. Gabriel: hombre de Dios o Dios se ha mostrado fuerte.

Lc 1, 28-29
Y habiendo entrado el Angel donde estaba María, le dijo: "Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres": Y cuando ella esto oyó, se turbó con las palabras de él, y pensaba qué salutación sería ésta. (vv. 28-29)
San Ambrosio
Conoce aquí a la Virgen por sus costumbres. Sola en sus habitaciones, a quien ningún hombre veía, sólo un ángel podía encontrarla. Por ello se dice: "Y habiendo entrado el ángel a donde estaba María". Y para que no fuese manchada con un coloquio indigno de ella, es saludada por el ángel.
San Gregorio Niseno, orat. in Christi Nativit
En contraposición de la voz dirigida a la primera mujer, ahora se dirige la palabra a la Virgen. En aquélla se castiga con los dolores del parto la causa del pecado, en ésta se destierra la tristeza por medio del gozo. Así el ángel anuncia con razón la alegría a la Virgen, diciendo: "Dios te salve". Según otros comentaristas, el ángel atestigua que es digna de ser desposada cuando dice: "Llena de gracia". Esta abundancia de gracias se muestra al esposo como una dote o arras, de las cuales se dice: Estas son de la esposa, aquéllas del esposo.
San Jerónimo
Y en verdad que es llena de gracia, porque a los demás se distribuye con medida, pero en María se derramó al mismo tiempo toda la plenitud de la gracia. Verdaderamente es llena de gracia aquella por la cual toda criatura fue inundada con la lluvia abundante del Espíritu Santo. Ya estaba con la Virgen quien le enviaba su ángel y el Señor se anticipó a su enviado. No pudo ser contenido en un lugar, Aquel que está en todas partes; de donde sigue: "El Señor es contigo".
San Agustín, en el serm. de Nativit. Dom. 4
Más que contigo, El está en tu corazón, se forma en tu seno, llena tu espíritu, llena tu vientre.
Griego
Este es el complemento de toda la embajada: el Verbo de Dios como Esposo que se une de una manera superior a la razón, como engendrando El mismo y siendo engendrado, adaptó a sí mismo toda la naturaleza humana. Al final se pone como complemento perfectísimo: "Bendita eres entre las mujeres", a saber, una sola entre todas las mujeres. Para que también sean bendecidas en ti las mujeres como los hombres serán bendecidos en tu Hijo, o más bien en los dos unos y otros. Porque así como por medio de una mujer y un hombre entraron en el mundo el pecado y la tristeza, así ahora por una mujer y por un hombre vuelven la bendición y la alegría, y se derraman sobre todos.
San Ambrosio
Conoced a la Virgen por la vergüenza, porque se turbó, pues sigue: "Y cuando ella esto oyó, se turbó". Temblar es propio de las vírgenes, y el sobresaltarse cuando se acerca un hombre y temer todo trato de los hombres. Aprended, vírgenes, a evitar toda licencia de palabras. María se conturbaba hasta de la salutación del ángel.
Griego
Como ella estaba acostumbrada a aquella clase de apariciones, el Evangelista no atribuye la turbación a lo que ve, sino a lo que oye, diciendo: "Se turbó con las palabras de él". Considerad el pudor y la prudencia de la Virgen y su alma, al mismo tiempo que su voz. Oída la alegre noticia, examinó lo que se le había dicho y no resiste abiertamente por incredulidad, ni se somete al punto por ligereza, evitando a la vez la ligereza de Eva y la resistencia de Zacarías. Por esto continúa: "Y pensaba qué salutación sería ésta", no la concepción. Porque todavía ignoraba la profundidad del misterio. ¿Mas la salutación es por ventura libidinosa, como dirigida por un hombre a una Virgen? ¿Es divina, puesto que se hace mención de Dios, diciendo: "El Señor es contigo"?
San Ambrosio
Admiraba también la nueva fórmula de salutación, que nunca se había oído hasta entonces, pues estaba reservada solamente para María.
Orígenes
Si María hubiese conocido que se había hecho una salutación semejante a algún otro -como que conocía perfectamente el concepto de la ley- nunca se hubiese asustado ante ésta como si fuese extranjera.

Lc 1, 30-33
Y el Angel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios: he aquí que concebirás en tu seno y parirás un hijo y llamarás su nombre Jesús. Este será grande y se llamará Hijo del Altísimo, y le dará al Señor Dios el trono de David, su Padre: y reinará en la casa de Jacob por siempre, y no tendrá fin su reino". (vv. 30-33)
Beda
Como había visto que la Virgen se había turbado con aquella salutación no acostumbrada, la llama por su nombre, como si la conociese más familiarmente, y le dice que no debe temer. Por ello se añade: "Y el Angel le dijo: No temas, María".
Griego
Como si dijese: No he venido a engañarte, sino más bien a dar la absolución del engaño. No he venido a robarte tu virginidad inviolable, sino a preparar tu seno para el autor y el defensor de la pureza. No soy ministro de la serpiente, sino enviado del que aplasta la serpiente. Vengo a contratar esponsales, no a maquinar asechanzas. Así, pues, no la dejó atormentarse con alarmantes consideraciones, a fin de no ser juzgado como ministro infiel de su negociación.
Crisóstomo
Quien merece gracia delante de Dios, nada tiene que temer; así, prosigue: "Hallaste gracia delante de Dios". ¿Cómo puede encontrar esta gracia cualquiera que sea, sino por medio de la humildad? Pues Dios da la gracia a los humildes ( Stgo 4; 1Pe 5).
Griego
La Virgen encontró gracia delante de Dios porque, adornando su propia alma con el brillo de la pureza, preparó al Señor una habitación agradable. Y no sólo conservó inviolable la virginidad, sino que también custodió su conciencia inmaculada.
Orígenes
Muchos habían encontrado gracia antes que ella; y por lo mismo añade lo que es propio de este caso, diciendo: "He aquí que concebirás en tu seno".
Griego
La palabra "he aquí" denota la prontitud y la presencia, insinuando con dicha palabra que la concepción se había celebrado al punto.
Severo de Antioquía
Dice: "concebirás en tu seno" para demostrar que el Señor toma carne del mismo seno virginal y de nuestra sustancia. Vino, pues, el Verbo Divino a limpiar la naturaleza humana, el parto y el origen de nuestra generación. Por eso, sin pecado y sin concurso de hombre, es concebido en carne y llevado en el vientre nueve meses como nosotros.
San Gregorio Niseno
Y como acontece especialmente que es concebido el Divino Espíritu y ella da a luz al Espíritu de salvación, según anunciara el profeta, el ángel añade: "Y dará a luz un Hijo".
San Ambrosio
No todos son como María, que cuando conciben al Verbo del Espíritu Santo, lo dan a luz. Hay de aquellos que abortan al Verbo antes de dar a luz ( Lc 22), y hay de aquellos que tienen a Cristo en su seno pero que todavía no lo han formado.
San Gregorio Niseno, Orat. in diem Nat. Domini
Como la expectación del parto infunde temor a las mujeres, el anuncio de un parto dulce apaga esa aprehensión de temor cuando se dice: "Y llamarás su nombre Jesús". La venida del Salvador es el alejamiento de todo temor.
Beda
La palabra Jesús quiere decir Salvador o saludable.
Griego
Dice, pues: "Tú lo llamarás". No el padre, porque carece de padre en cuanto a la generación humana, así como carece de madre respecto de la generación divina.
San Cirilo, de fidei ad Theod
Este nombre fue impuesto de nuevo al Verbo Divino, y convenía a la natividad de su carne, según aquello del Profeta: "Serás llamado con un nombre nuevo, que la boca del Señor te dará" ( Is 62).
Griego
Mas como este nombre le es común con el sucesor de Moisés ( Jos 1), insinuando el ángel que no será semejante a aquél, añade: "Este será grande".
San Ambrosio
Se ha dicho también respecto de San Juan que sería grande. Pero aquél fue grande como hombre y Este es grande como Dios. Porque la virtud de Dios se difunde ampliamente, así como la grandeza de la sustancia no varía con el tiempo.
Orígenes
Considerad, pues, la grandeza del Salvador, cómo se extiende por todo el orbe. Subid a los cielos, y veréis cómo llena los espacios celestes. Bajad con el pensamiento a los abismos y veréis que allí ha descendido también. Y cuando hayáis visto todo esto, comprenderéis también el cumplimiento de estas palabras: "Este será grande".
Griego
Ni la asunción de la carne humilla la grandeza de la divinidad, sino que más bien se sublima la humildad de la carne. Por ello sigue: "Y se llamará Hijo del Altísimo". No eres tú quien le impones el nombre, sino que será llamado. ¿Por quién sino por su Padre consustancial? Nadie conoce al Hijo sino el Padre ( Mt 11,27). Quien tiene conocimiento infalible del Engendrado es el único verdadero intérprete, respecto de la imposición del nombre del Hijo; por quien se dice: "Este es mi hijo muy amado". ( Mt 17,5) Existe desde la eternidad, aunque ahora para nuestra inteligencia se manifiesta su nombre. Y por esto dice "será llamado", no "será hecho" ni "será engendrado", porque ya antes de los siglos era consustancial al Padre. Concebirás, pues, a Este, serás su Madre. Tu vientre virginal contendrá a Aquel que el espacio del cielo no puede contener.
San Juan Crisóstomo
Acaso parecerá a algunos enorme -o indecente- que Dios habite un cuerpo. ¿Mas por ventura el sol, cuyo cuerpo es sensible, mancha su propia pureza a cualquier parte que envíe sus rayos? Pues con mucha más razón el Sol de justicia, tomando un cuerpo purísimo de las entrañas de la Virgen, no sólo no se manchó sino que antes, por el contrario, santificó más a la Madre.
Griego
Y para recordar a la Virgen los profetas, añade: "Y le dará el Señor Dios el trono de David,...". Para que se sepa con claridad que el que había de nacer de Virgen era el mismo Cristo que los profetas prometieron que nacería de la descendencia de David.
San Cirilo, contra Juliano, 8
Sin embargo, el cuerpo purísimo de Jesucristo no procede de José, aunque descendía de la misma línea de parentesco que la Virgen, de la cual el Unigénito del Padre tomó la forma humana.
San Basilio, epistola 2,36
El Señor no se sienta en el trono material de David, puesto que el reino judío había pasado a Herodes. Pero llama trono de David a aquel en que se sienta el Señor para gobernar un reino indisoluble. Por ello sigue: "Y reinará en la casa de Jacob".
Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, 7
Llama aquí casa de Jacob a todos aquéllos del número de los judíos que creyeron en El. Porque como dice San Pablo ( Rom 9,6), no todos los que pertenecen a Israel son israelitas; sino solamente se consideran como pertenecientes a Israel los que son hijos de promisión.
Beda
O llama casa de Jacob a toda la Iglesia. Esta, o bien ha nacido de buena raíz, o bien, siendo un olivo silvestre, fue injerto por medio de la fe en una oliva buena ( Rom 11).
Griego
Sólo Dios puede reinar eternamente. Por esto sucede que aunque se diga que toma el trono de David por la encarnación, en cuanto Dios es reconocido como Rey eterno. Prosigue: "Y su reino no tendrá fin". No sólo en cuanto Dios, sino también en cuanto hombre. Y al presente reina sobre muchos y finalmente reinará sobre todos porque todas las cosas le están sometidas ( 1Cor 15).
Beda
Que deje ya Nestorio de decir que el hombre sólo ha nacido de la Virgen y que éste no ha sido recibido por el Verbo de Dios en unidad de persona. Cuando dice que el mismo que tiene por padre a David será llamado "Hijo del Altísimo", demuestra la unidad de persona de Cristo en dos naturalezas. No emplea el ángel palabras que se refieran al tiempo futuro, como dicen algunos herejes, que creen que Jesucristo no existió antes que María, sino que en una sola persona el Hombre-Dios recibe el nombre de Hijo.

Lc 1, 34-35
dijo María al Angel: "¿Cómo se hará esto, porque no conozco varón?" Y respondiendo el Angel, le dijo: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y te hará sombra la virtud del Altísimo. Y por eso el fruto santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios". (vv. 34-35)
San Ambrosio
Ni María debió rehusar de creer al ángel, ni usurpar temerariamente las cosas divinas. Por eso se dice: "Dijo María al ángel: ¿Cómo se hará esto?" Esta respuesta fue más oportuna que la del sacerdote. Esta dice: "¿Cómo se hará esto?" y aquél dijo: "¿Cómo podré saber esto?". Aquél se niega a creer y parece como que busca otro motivo que confirme su fe, éste no duda que debe hacerse, puesto que pregunta cómo se hará. María había leído ( Is 7,14): "He aquí que una virgen concebirá y dará a luz un hijo" y, por tanto, creyó que iba a suceder. Pero no había oído antes el cómo había de suceder. No se había revelado -ni aun al Profeta- cómo aquéllo se había de llevar a cabo. Tan gran misterio debía ser proclamado, no por la boca de un hombre, sino por la de un ángel.
San Gregorio Niseno, Orat. in diem Nat. Christi
Considerad también las palabras de la purísima Virgen. El ángel le anuncia el parto; pero ella insiste en su virginidad creyendo que ésta podría mancharse con sólo el aspecto de un ángel. Por eso dice: "Porque no conozco varón".
San Basilio, epistola 2, 35
El conocimiento se entiende de muchas maneras. Se llama conocimiento la sabiduría de nuestro Señor; también la noticia de su grandeza; el cumplimiento de sus mandatos; los caminos que conducen a El y la unión nupcial, como aquí se entiende.
San Gregorio Niseno, Orat. in diem Nat. Christi
Estas palabras de la Virgen son indicio de aquellas que encerraba en el secreto de su inteligencia. Porque si hubiese querido desposarse con José a fin de tener cópula, ¿por qué razón había de admirarse cuando se le hablase de concepción, puesto que esperaría ser madre un día según la ley de la naturaleza? Mas como su cuerpo, ofrecido a Dios como una hostia sagrada, debía conservarse inviolable, dice: "Puesto que no conozco varón". Como diciendo: Aun cuando tú seas un ángel, sin embargo, como no conozco varón, esto parece imposible. ¿Cómo, pues, seré madre si no tengo marido? A José sólo lo conozco como esposo.
Griego
Mas considerad cómo el ángel deshace la duda a la Virgen y le explica su misión inmaculada y el parto inefable. Pues sigue: "El Angel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti,...".
San Juan Crisóstomo, homiliae, in Gen., 49
Como si dijese: No te fijes en el orden natural cuando se trata de cosas que traspasan y superan el orden de la naturaleza. Tú dices: "¿Cómo se hará esto, puesto que no conozco varón?" Pues por lo mismo que no conoces varón sucederá esto, porque si hubieras conocido varón, no serías considerada digna de este misterio. No porque el matrimonio sea malo, sino porque la virginidad es más perfecta. Convenía, pues, que el Señor de todos participase con nosotros en el nacimiento y se distinguiese en él. Tuvo de común entre nosotros el nacer del vientre de una mujer y nos superó naciendo sin que aquélla se uniese a un hombre.
San Gregorio Niseno, Orat. in diem Nat. Christi
¡Cuán bienaventurado aquel cuerpo que por la exuberante pureza de la Virgen María se vinculó a sí mismo el don del alma! En cada uno de los demás, apenas el alma sincera conseguirá la presencia del Espíritu Santo; mas ahora la carne resulta ser la mansión del Divino Espíritu.
San Gregorio Niseno, Orat. in diem Nat. Christi
El verdadero Legislador fabricó nuevamente de nuestra tierra las tablas de la naturaleza que la culpa había roto, creando -sin unión carnal- el cuerpo que toma su divinidad y que esculpe el dedo divino, a saber, el Espíritu Santo que viene sobre la Virgen.
San Gregorio Niseno, lib. De Vita Moysis
Además: "La virtud del Altísimo te hará sombra". La virtud del Rey altísimo es Cristo, formado en la Virgen por la venida del Espíritu Santo.
San Gregorio Magno, Moralia 10,18
Por las palabras: "Te hará sombra", se significan las dos naturalezas de Dios encarnado. Pues la sombra se hace con la luz y con el cuerpo. El Señor es la luz por su divinidad. Y como la luz incorpórea había de tomar cuerpo en las entrañas de la Virgen, oportunamente se dice que la virtud del Altísimo le haría sombra, esto es, en ti el cuerpo de la humanidad recibirá la luz incorpórea de la divinidad. Se dice también esto a María por el dulce consuelo dado por el cielo. 
Beda
No concebirás, pues, en virtud de la obra de un hombre sino que concebirás por virtud del Espíritu Santo, de quien serás llena. No se darán en ti los ardores de la concupiscencia, puesto que el Espíritu Santo te hará sombra.
San Gregorio Niseno, Orat. in diem Nat. Christi
O dice: "Te hará sombra" porque, así como la sombra de un cuerpo toma su forma de lo que está delante de ella, así los signos de la divinidad del Hijo de Dios brillarán con el milagro de su generación. Así como en nosotros se observa cierta virtud vivificante en la materia corpórea con la que se forma el hombre, así en la Virgen, la virtud del Altísimo, por medio del Espíritu Santo vivificante, tomó de un cuerpo virginal materia de carne inherente al cuerpo para formar un hombre nuevo. Por lo cual sigue: "Por eso, lo que nacerá de ti,...".
San Atanasio, Epistola at Epictetum
Profesamos que el cuerpo tomado de la materia de la naturaleza humana existe verdaderamente; y que es el mismo -según la naturaleza- que nuestro cuerpo. María es, pues, nuestra hermana, puesto que todos descendemos de Adán.
San Basilio, lib.de Spiritu Sancto, 5
De donde San Pablo dice: Envió Dios a su Hijo nacido, no por medio de una mujer, sino de mujer ( Gál 4,4). Porque si dijese que por medio de una mujer, podía entenderse que se refería a un concepto transitorio de natividad. Pero como dice que nació de mujer, manifiesta la comunidad de la naturaleza del Engendrado respecto de la Madre.
San Gregorio Magno, Moralia 18, 34
A diferencia de nuestra santidad, se asegura singularmente que Jesucristo nacerá Santo. Pues nosotros, aunque nos hagamos santos, no nacemos tales, sino constreñidos por la condición de una naturaleza culpable, pudiendo decir con el profeta: "He aquí que he sido concebido en pecado,..." ( Sal 50). Aquél verdaderamente ha nacido el sólo Santo, que no ha sido concebido de unión carnal alguna; que no -como neciamente creen los herejes- es uno en la humanidad y otro en la divinidad de modo que siendo un simple hombre concebido, luego Dios hubiera asumido su cuerpo. Sino que, anunciando el ángel y viniendo el Espíritu Santo, Verbo al punto en el seno, es decir, al instante es Verbo carne dentro del vientre; de donde sigue: "Será llamado,...".
Teofilacto
Considerad cómo el ángel menciona a la Virgen toda la Santa Trinidad. Nombra al Espíritu Santo, el Poder, esto es al Hijo y al Altísimo, ciertamente el Padre.

Lc 1, 36-38
"Y he aquí que Isabel, tu pariente, también ella ha concebido un hijo en su vejez. Este es el sexto mes a ella, que es llamada la estéril, porque no hay cosa imposible para Dios". Y dijo María: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra". Y se retiró el Angel de ella. (vv. 36-38)
San Juan Crisóstomo, homiliae in Gen., 49
Como lo que se ha dicho superaba a lo que la Virgen podía comprender, el ángel habló de cosas humildes, para persuadirla por medio de cosas sensibles, y por ello le dice: "Y he aquí que Isabel, tu parienta". Observa la prudencia de Gabriel. No le recuerda a Sara, ni a Rebeca, ni a Raquel, porque estos ejemplos eran ya antiguos, sino que cita un hecho reciente para robustecer su inteligencia. Y por esto hace mención de la edad, cuando dice: "También ella ha concebido un hijo en su vejez", dando a entender su incapacidad natural. Prosigue: "Y está en el sexto mes". No anunció desde el principio el embarazo de Isabel, sino después de transcurridos seis meses, a fin de que la hinchazón del vientre sirviese de prueba.
San Gregorio Nacianceno, carm. de gen. Christi, 18
Pero alguno preguntará: ¿En qué sentido se refiere Jesucristo a David? María, en efecto, desciende de la sangre de Aarón, porque el ángel dice que es prima de Isabel. Mas esto sucedió por disposición divina, para que la estirpe regia se enlazase con la descendencia sacerdotal, a fin de que Cristo, que es Rey y Sacerdote a la vez, naciese de las dos, según la carne. Se lee también en el Exodo ( Ex 6,13), que Aarón, primer sacerdote según la ley, se casó con Isabel, de la tribu de Judá, hija de Aminadab. Y admiremos la economía santísima del Espíritu Santo cuando ordena que la esposa de Zacarías se llame Isabel, recordándonos aquella otra Isabel que se casó con Aarón.
Beda
Así pues, recibe el ejemplo de la anciana estéril no porque haya desconfiado de que una virgen pueda dar a luz, sino para que comprenda que para Dios todo es posible, aun cuando parezca contrario al orden de la naturaleza. Por esto sigue: "Porque no hay cosa alguna imposible para Dios".
San Juan Crisóstomo
Pues como El es el Señor de la naturaleza, puede todo lo que quiere, puesto que hace y dispone todas las cosas gobernando las riendas de la vida y de la muerte.
San Agustín, contra Faustum, 26,5
Si alguno dice: si Dios es omnipotente, que haga que no suceda lo que ya ha sucedido, no se da cuenta que lo que está diciendo es: que haga que aquellas cosas que son verdaderas, sean verdaderas y falsas a la vez. El puede hacer que no exista algo que antes existía, como cuando alguno que empieza a existir cuando nace, deja de existir muriendo. Pero ¿quién dirá: que haga que no sea aquello que ya no existe? Pues, todo lo que ha pasado, ya no existe. Si puede hacerse algo de ello, aún hay materia de la cual puede hacerse. Y si hay materia, ¿cómo puede decirse que ya ha pasado? Así, aquello que dijimos que ha sido, en realidad no es. Pero es verdad aquello que ha sido, porque lo verdadero no está en la cosa que ya no es, sino en nuestra sentencia sobre ella. Dios no puede hacer que esta sentencia sea falsa. No llamamos a Dios omnipotente en este sentido, según el cual creamos que El también puede morir. Aquél se llama con toda propiedad el sólo Omnipotente que verdaderamente existe y de quien únicamente procede todo lo que es.
San Ambrosio
Ved la humildad de la Virgen, ved su devoción. Prosigue, pues: "Y dijo María: He aquí la sierva del Señor". Se llama sierva la que es elegida como Madre, y no se enorgullece con una promesa tan inesperada. Porque la que había de dar a luz al manso y al humilde, debió ella misma manifestarse humilde. Llamándose también a sí misma sierva, no se apropió la prerrogativa de una gracia tan especial, porque hacía lo que se le mandaba. Por ello sigue: "Hágase en mí según tu palabra". Tienes el obsequio, ves el voto. "He aquí la sierva del Señor", es su disposición a cumplir con su oficio. "Hágase en mí según tu palabra", es el deseo que concibe.
Eusebio
Cada uno celebrará a su manera las palabras de la Virgen. El uno admirará su constancia, el otro la prontitud de su obediencia; éste que no se dejó seducir por las promesas de un arcángel, espléndidas y sublimes; el otro que no ha excedido la medida en su resistencia, sino que ha evitado igualmente la ligereza de Eva y la obstinación de Zacarías. Yo no admiro menos lo profundo de su humildad.
San Gregorio, Moralia 18, 34
Por un misterio profundo, a causa de su concepción santa y su parto inefable, la misma Virgen fue Sierva del Señor y Madre, según la verdad de las dos naturalezas.
Beda
Recibido el consentimiento de la Virgen, el ángel regresó inmediatamente al cielo, de donde prosigue: "Y el ángel se separó de ella".
Eusebio

No sólo pidiendo lo que deseaba, sino admirándose estupefacto de la forma virginal y de la plenitud de la virtud. 

domingo, 22 de marzo de 2020

CUARTO DOMINGO DE CUARESMA "DOMINGO DE LAETARE"



Amados hermanos en nuestro Señor Jesucristo:
La Iglesia, en el Introito de la Misa, nos invita hoy a la alegría, y por eso se llama también el domingo de laetáre, que mitiga la Cuaresma, y que permite también las flores en el altar y ornamentos rosados si los hubiera. Para que nos alegremos ante la próxima fiesta de Pascua, en medio de esta preparación en la que antiguamente se hacían retiros de cuarenta días, de toda una población, donde no había, ni qué iba haber, cines, espectáculos, nada de eso. En Colombia hace cuarenta años no había cine ni radio, solamente películas como la de Los diez mandamientos y otras parecidas; no se permitían los espectáculos públicos.

Cuánto más entonces, antaño, cuando no había esas distracciones se vivía la Cuaresma como verdaderos retiros; mucho tiempo antes de darse los retiros de treinta días de San Ignacio, la población participaba con fervor, incluso las guerras paraban, había un sentido de penitencia, de reparación, de recogimiento, de oración, de sacrificio. Pero hoy, viviendo en este mundo moderno y pervertido hasta los tuétanos, tanto que nos corrompe sin darnos cuenta, porque la lepra qué va a huir de la lepra. Todo aquello hacía que se viviera litúrgicamente el espíritu de esta santa época.

En este Evangelio vemos cómo nuestro Señor, huyendo del mundanal ruido y de la furia de los judíos, esquivándolos para que no se volviesen más furiosos de lo que ya eran, se retira a la soledad; pero la gente, viendo los milagros que hacía, le sigue, y le sigue por uno, dos y tres días al cabo de los cuales nuestro Señor se compadece de ellos, quiere procurarles alimento y pregunta a uno de sus discípulos dónde podrían comprar pan (lo cual obviamente era imposible, en medio del campo, del desierto, encontrar un sitio donde vendiesen pan), pero como lo dice el Evangelio, lo hacía para mostrar la grandeza del milagro que iba a realizar, la imposibilidad para proveer de alimento de no ser en forma milagrosa. Le dicen que hay un niño con cinco panes y dos peces y manda que cuenten a los hombres, sin contar las mujeres y los niños; había cinco mil hombres, luego eran muchos más con las mujeres y los niños. Y reparte por mano de los apóstoles los panes y los peces y comen esos cinco mil hombres y sobran doce canastos que nuestro Señor manda recoger.

Sabemos que allí estaba de alguna forma prefigurada la Eucaristía, la multiplicación no ya del pan de esta tierra sino del que es nuestro Señor, como se reproduce en las manos de sus apóstoles y de sus sacerdotes. También teniendo en cuenta la otra multiplicación, en la que había siete panes y comen cuatro mil hombres y sobran siete canastos. Dicen algunos exégetas que muestra nuestro Señor una proporción inversa: a menor cantidad de panes más gente come y más sobra, para mostrar que nuestro Señor necesita de poca cosa para hacer sus milagros y no depende de la materia, de la Él quiso utilizar. Según Santo Tomás, para mostrar que esa materia no era mala como pensaban los maniqueos y por eso se servía de ella, pero que no tenía necesidad y por eso muestra esa proporción, que a menor cantidad de panes mayores sobras y mayor número de gente. Sobras que manda a recoger, también según Santo Tomás, para indicar que no era una fantasía.

De paso, el carácter del espíritu de pobreza, no botar el pan, porque éste no se tira, como no se desperdicia la comida por espíritu cristiano, no solamente de ahorro sino de pobreza y de agradecimiento a Dios que nos da los alimentos; así tendríamos esa explicación del doble milagro y de lo que nuestro Señor quiso significar y que ahora nos deja hasta el fin de los tiempos.

Su cuerpo, es pan de vida, para que le comulguemos con un alma pura; de ahí la necesidad de recibir la Santa Hostia sin pecado mortal, con el ayuno prescrito. Monseñor Lefebvre siempre pidió que en la Fraternidad se guarden las tres horas para los alimentos sólidos y las bebidas alcohólicas y una hora para otras bebidas que no sean alcohólicas, para guardar ese espíritu; que no merendemos de postre a la hora la Eucaristía. Lamentablemente hay fieles que no se quieren someter, por falta de espíritu de fe; eso termina en un manoseo de lo sagrado de la comunión; pero aunque no comulguemos infructuosamente, como decía San Agustín, al preguntarse por qué tantas comuniones vanas, gente que comulga y no cambia, sigue igual o peor en su orgullo, en su rencor, en su prepotencia, en su vanidad, en su estupidez, ¿por qué? Porque antes de recibir la comunión con la boca hay que comulgarlo y recibirlo con el alma; para que sea fructuosa, para que nos transforme nuestro Señor, nos haga más humildes, menos llenos de nosotros, nos haga mejores, y eso lamentablemente nos pasa a todos. Tengámoslo en cuenta sobre todo en esta Cuaresma y dispongámonos a comulgar mejor a nuestro Señor.

Invoquemos a la Santísima Virgen para que nos ayude a hacer unas comuniones fructuosas y en cada una nos asemejemos más a nuestro Señor Jesucristo. +

Padre Basilio Meramo
10 de marzo de 2002

jueves, 19 de marzo de 2020

San José, Esposo de la Santísima Virgen María, confesor y Patrono de la Iglesia Universal


Epístola y Evangelio, tomados del Misal Diario completo, por el P. Luis Ribera C.M.F. Edición 1958 Barcelona España, p.p.690, 691.

EPISTOLA. Libro de la Sabiduría Eccli. 45, 1-6.- Fue amado de DIOS y de los hombres, que bendicen su memoria.  Le hizo el Señor semejante en la gloria de los Santos, y le engrandeció e hizo terrible a los enemigos;  y él, con su palabra, hizo cesar las horrendas plagas.   Le glorificó ante los reyes, le dio preceptos para su pueblo y le mostró su gloria.   Le santificó por medio de su fe y mansedumbre le escogió entre todos los hombres.   Él oyó a DIOS y su voz; DIOS le hizo entrar dentro de la nube, y cara a cara le dio los mandamientos, y la Ley de la vida y de la ciencia.


EVANGELIO. según San Mateo 1, 18-21.- Estando desposada la Madre de Jesús  María, con José, antes que hubiesen vivido juntos, se halló que había concebido en su seno por obra del Espíritu Santo.   Mas José, su esposo, siendo como era justo y no queriendo denunciarla, deliberó dejarla secretamente.   Estando él en este pensamiento, he aquí que un ángel del Señor se le apareció en sueños diciendo:   José, hijo de David, no tengas recelo en recibir a María, tu esposa, en tu casa;   porque lo que se ha engendrado en su seno es obra del Espíritu Santo.   Así que dará a luz un hijo a quien pondrás por nombre JESÚS; pues Él es el que ha de salvar a su pueblo de sus pecados.


domingo, 15 de marzo de 2020

TERCER DOMINGO DE CUARESMA



Amados hermanos en nuestro Señor Jesucristo:

Escuchamos en el relato del Evangelio la curación del endemoniado mudo y cómo conculcan los judíos las buenas obras de nuestro Señor.


Así como el demonio siempre impugna la verdad y la contradice, quiere destruir las buenas obras. Y nuestro Señor, que lee sus corazones, les dice cómo le adjudican al demonio, “Diciendo que lanzó los demonios en virtud de Belcebú; entonces vuestros hijos, ¿por virtud de quién los lanzan?”. “Si Satanás está también dividido contra sí mismo, cómo subsistirá su reino? Mas si con el dedo de Dios lanzó los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado ya a vosotros”; pero los judíos, en lugar de convertirse no creen.

Ese es el misterio en el orden religioso, en el espiritual, no hay fuerza que valga, ni aun la divina para obligar a una criatura libre a que crea y ame a Dios; por eso es un gran error en el orden espiritual querer imponer la conversión, la fe, la religión, el amor a Dios, violentando lo que ni Dios violenta, la libertad de cada hombre y que de acuerdo a su respuesta se condena o se salva. Sobre ello lo máximo que se puede hacer es informar, dar el buen ejemplo, ayudar, instruir, pero no se puede más, porque ni aun Dios hace más, porque no quiere violentar la libertad; Él quiere que le respondamos libremente y el amor no se obliga. Sería como si un hombre pretendiera que su novia lo quiera a la fuerza; tonto seria, porque un hombre que se da cuenta de eso, lo que tiene que hacer es dejarla; mucho peor lo que ocurre en el orden espiritual y es un gran misterio, lo más que se puede hacer es rezar para que aquella alma se convierta.

Los judíos no oyen la palabra de Dios; para tener la fe hay que engendrar esa palabra oída, engendrar en el alma esa palabra de Dios, algo parecido como el Padre engendra al Verbo, la Segunda Persona, su pensamiento, y por eso la fe entra por el oído, aunque no queda en él, va al corazón para que allí se fecunde en ese Verbo y produzca la fe en nosotros bajo la gracia del Espíritu Santo.

Como vemos, esa es una obra divina pero que no se efectúa sin el libre consentimiento y aceptación de cada uno. Misterio del pueblo judío que no quiso, se obstinó en no aceptar la palabra de Dios y por eso a cada paso impugnan a nuestro Señor sus actos y Él les demuestra que es absurdo que le digan que en el nombre de Belcebú Él echa a Satanás; peor aún, para implantar el reino del demonio, porque si él echa en el nombre de Satanás qué contradicción, y si un demonio está contra otro, dividido, cómo va a instaurar un reino que por sí mismo se destruiría; Satanás no va a echarse a sí mismo en su propio nombre; entonces el reino de Dios habría venido. De otra parte una mujer le grita: “Bienaventurados los pechos que te amamantaron” y nuestro Señor queriendo hacer prevalecer la fe le responde que: “Dichosos más bien los que oyen la palabra de Dios y la practican”.


Nuestra Señora, que dio a luz a nuestro Señor, antes de ser la Madre dio su sí, su fiat; creyó, tuvo fe, y practicó la palabra de Dios y de un modo sublime; o sea, que aun el hecho físico de ser Madre pasa primero por la fe y por eso vale mucho más oír la palabra de Dios y practicarla que haberle dado a luz.

Esa oportunidad la tenemos todos; desafortunadamente no lo tomamos en cuenta, no oímos, no practicamos la palabra de Dios, no la guardamos, vivimos de la palabrería del hombre y Dios sabe si vivimos del engaño, de lo efímero y después nos quejamos porque estamos vacíos. Pero cómo no vamos así si no vivimos de la palabra de Dios, del Verbo de Dios, de nuestro Señor Jesucristo; de allí la necesidad de escudriñar las Escrituras, de oír la palabra de Dios y de practicarla. Que ésta sea nuestra lectura y nuestra vida espiritual, el fundamento de nuestra oración y que así podamos perseverar hoy que la fe es socavada, destruida, adulterada. Lo mismo que los alimentos no corresponden a la sustancia de la cual se originan con toda esa industrialización que degenera su naturaleza, y de allí las consecuencias de tantas enfermedades degenerativas como el cáncer, entre otras, porque falta la naturalidad que está viciada, adulterada, pues igual y mucho peor pasa en el orden sobrenatural: está viciado el alimento espiritual de la palabra, el sacrificio de la Misa, los sacramentos.


Todo está siendo adulterado en la sustancia con una apariencia de religión pero que es hueca, vacía y por eso no convierte a nadie y al que convierte lo lleva al error, a la confusión, en la que viven todos aquellos que se dicen católicos, pero que son en el fondo modernistas; muchos son herejes sin darse cuenta, objetivamente impíos, aunque subjetivamente no se percaten de ello. Todo ello por la adulteración de la palabra de Dios, del Espíritu de Dios y eso por un misterio de iniquidad, por obra y gracia de la misma jerarquía de la Iglesia.


Es el gran misterio del que habla San Pablo; sólo así se explica la apostasía que él anuncia. Si no fuera por vía de autoridad desnaturalizada, desviada, pervertida, corrompida, no se podría llegar a tanto, no podría haber una apostasía universal; solamente un poder universal puede generar efectos universales. En el mundo hay solamente dos poderes generales, el poder de la Iglesia católica basado en nuestro Señor Jesucristo y el poder de la sinagoga de Satanás, del judaísmo, apoyado en el príncipe de este mundo.


Esa ha sido la lucha a lo largo de toda la Historia de la humanidad y de la Iglesia y ese poder judaico y satánico ha penetrado en la Iglesia por la debilidad y la cobardía de los sus hombres, que para poder tener esa potestad y respaldo se valió de un Concilio ecuménico como el Vaticano II, para lograr el amparo, para taparle la boca a la gente, cuando en realidad veremos, si no en esta tierra, en el juicio universal que ese Concilio ha sido un mero conciliábulo desprovisto de infalibilidad, de la verdad. Y por vía de autoridad se impone el error, la adulteración. Así logra la sinagoga de Satanás entronizarse dentro de la misma Iglesia; por eso Pablo VI llegó a decir, como la burra de Balaam que también profetizó, “que el humo de Satanás había penetrado en la Iglesia”. Pablo VI gran culpable, porque Juan XXIII no llegó a formalizar nada, tuvo la culpa pero no legalizó el error hasta que su sucesor rubricó, como Sumo Pontífice, esas actas que algún día tendrán que ser condenadas.


El mismo Pablo VI, hombre turbio, siniestro, se despoja de la tiara en beneficio de los pobres, como si no hubiera otra cosa qué vender y ayudar. Aparece con el efod, o pectoral, rectángulo con doce piedras, que simbolizan las doce tribus de Israel, que es el atuendo del Sumo Pontífice de la sinagoga y de eso hay fotos, por lo que se sospecha que Pablo VI era judío, de lo cual no habría que extrañarse.

Y no sólo de él, pues se sabe que la madre de Juan Pablo II era judía, de apellido judío, y aunque no lo fuera, hay un libro intitulado “El Papa oculto” escrito por un británico, en el cual muestra, con sus respectivas fotos, que el mejor amigo de Juan Pablo II era un judío, y que ambos fueron los que en 1994, si no recuerdo mal, reconocieron el Estado de Israel; son hechos, todos los amigos de la infancia de Juan Pablo II eran judíos, luego no tenemos porqué sorprendemos que se favorezca al judaísmo y se oprima al catolicismo.


Es necesario, por tanto, que haya católicos valientes para que denuncien al mundo públicamente lo que está pasando, y rezar, pedir mucho a Dios, porque la Iglesia está siendo oprimida por el dragón, por la serpiente y no hay nadie que como San Jorge le corte la cabeza.


No olvidemos durante esta Cuaresma, además de pedir por la Iglesia, hacerlo también por las intenciones particulares de la capilla que se está construyendo, para que Dios provea las necesidades y no se detenga la obra, si es que es de Él, porque si no lo es tampoco se culminará y si no se puede ayudar económicamente por lo menos pedir a Dios que mande la ayuda de aquellos que puedan. No debemos dejar de hacer sacrificios con motivo de la Cuaresma y para que la capilla que tenga buen término.


Pidamos a nuestra Señora, la Santísima Virgen María, que nos ayude y fortifique para poder perseverar en la verdad. +


Padre Basilio Méramo.
3 de marzo de 2002