San Juan Apocaleta



Difundid Señor, benignamente vuestra luz sobre toda la Iglesia, para que, adoctrinada por vuestro Santo Apóstol y evangelista San Juan, podamos alcanzar los bienes Eternos, te lo pedimos por el Mismo. JesuCristo Nuestro Señor, Tu Hijo, que contigo Vive y Reina en unidad del Espíritu Santo, Siendo DIOS por los Siglos de los siglos.












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"Sancte Pio Decime" Gloriose Patrone, ora pro nobis.





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domingo, 13 de octubre de 2024

El milagro del Sol en Fátima, conmemoración de 107 años

  


 A ciento seis años del gran milagro del sol , anunciado con antelación por la Santísima Virgen María a los tres pastorcillos en Fátima,  todo esta a punto  para la gloriosa Parusía de Nuestro Señor JesuCristo.

     ¿A caso encontrara la Fé a su regreso?

     ¿Cuantos aun conservan el precepto  CUANDO VIEREIS INSTAURADO EN EL LUGAR SANTO A LA GRAN ABOMINACIÓN ANUNCIADA POR DANIEL... SI  ALGUIEN OS DICE QUE ESTA EN EL FONDO,  (acuerdistas felones de melcocha), O SI OS DICEN  QUE  ESTA  EN EL DESIERTO (Sedevacantistas de pacotilla)..  !!!  Falsos cristos y falsos profetas  de merd !!!  tienen a fuerza de  una  falsa  "necesidad de apoyo sacramental sentimentaloide"  pero sin  fe,  a la otrora grey DIVIDIDA  ya sea en el desierto o ya sea en el fondo de la casa???

   ¿Cuanta  ignorancia  hasta por supercheria en torno a las malas interpretaciones incluso de profecías  serias y mal entendidas???

   La convergencia (del griego original),  de los falsos  hebreos,  tergiversada  de la diáspora iniciada en 1948, trucada por una expectativa de una conversión del pueblo deicida.

    La señal del hijo del hombre  en el Cielo,  confundida por la  Cruz,  que es la señal  de la pasión y de la redención, que  empero,  no  es  señal  de que  EL HIJO  DEL  HOMBRE,  como lo  es  precisamente  la  Santísima Virgen  María, (con dos posibilidades de facto),  en Fátima en el milagro del Sol  se apareció realmente en  el cielo,  siendo  esta,  la única vez  en la que apareció  en el cielo,  (la Señal del  hijo del  hombre).

    En Portugal  se conservara el DOGMA de la Fé,  y no son pocos  quienes interpretan en sus lenguas y a su estilo,  sin  entender,  que los pastorcillos  Portugueses entendían el portugués como lengua Nativa,  y que en tal idioma, "PORTUS CALOS", significa  en el Puerto Hermoso,  y quien mas podría ser la Madre  del  Amor Hermoso,  y  su devoción,  ¿quien  nos  ayudara  a  conservar  LO QUE SE DEBE CREER DE LA ÚNICA Y VERA RELIGIÓN DEL ÚNICO  Y VERDADERO DIOS??

   ¿Quien se pone a pensar un poco en San Malaquías tratando de entender,  que específicamente los lemas unidos  en el original,  entre la gloria del Olivo, (la rata cantante),  en la persecución  extrema con el Pedro Romano, (un simple y estúpido seglar),  al estar unidos  en la profética escritura,  también lo actualizan en esta segunda mitad  del MEDIO TIEMPO  MAS  del periodo anticristiano?.(Un tiempo de Juan 23), (dos tiempos de JP´s)  y medio tiempo mas de La bestia terrena (rata cantante) Maledicto 666.  Tras el periodo de los siete reyes del libro de la revelación.

    Podríamos escribir incluso un libro con todas las actualizaciones del referido libro de San Juan,  pero lo mas probable es que sea  tan  inconcuso  como intentar convencer a Williamson y Cerdiani,  de que se arrepientan de sus falsas  resistencias,  y se enmienden,  o  Bernard Felon,  de su traición,  al igual que a "Degarraleta"  o a Toser del malhareis"  y la pregunta YA EN EL TIEMPO NETAMENTE PARUSIACO, no dejaría de existir.

¿ A CASO ENCONTRARA LA FE?

SEA PARA GLORIA DE DIOSAlberto González


NOTA: Recomendamos el video de este link: https://youtu.be/RFlhwStkbqk

DOMINGO VIGÉSIMO PRIMERO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

   


Amados hermanos en Nuestro Señor Jesucristo:

En este domingo vigésimo primero después de Pentecostés, el Evangelio nos ofrece una parábola que podemos denominar parábola del deudor desaforado. Comenta San Jerónimo que en Siria y Palestina, de modo particular en la provincia de Siria, lugar donde nació Nuestro Señor, la gente era muy dada a comprender las cosas más que por la enunciación de un precepto, por comparaciones con imágenes de la vida real; por eso Nuestro Señor, para demostrar el principio que quiere enseñar a sus discípulos y a todos aquellos que lo seguían, en vez de formularlo, relata esa parábola que al conocerla queda grabada en la mente del pueblo por su fácil comprensión.

El precepto consiste en perdonar a nuestros deudores, así como nosotros tenemos necesidad de ser perdonados por Dios. Es sencillamente lo que pedimos en el Padrenuestro: "Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores"; seremos perdonados en la medida en que perdonemos y no seremos perdonados en la medida en que no perdonemos. Eso es lo que Nuestro Señor quiere mostrar en esta parábola. La desproporción entre la cantidad inmensa de los diez mil talentos que este hombre adeudaba al rey y el rey por pura misericordia le perdona toda la deuda y lo deja libre. Y éste a su vez al consiervo, que le debía una pequeña suma, casi lo estrangula y lo manda apresar para que le pague.

Esa es la moraleja: la imagen muestra la misma situación de cada uno de nosotros con respecto a Dios cuando no perdonamos a nuestros hermanos que nos adeudan poca cosa. Por mucho que consideremos se nos ha hecho en contra, de palabra, obra o como fuere, no sería nada comparado con la inmensa deuda que tenemos con Dios. Deuda inmensa contraída por nuestros pecados y que tiene que ser pagada. Y lo que Dios nos pide es la cancelación de la mínima deuda que tengamos con nuestros posibles acreedores, nuestros prójimos. ¡Qué sencillo es ser perdonado! Y, sin embargo, que difícil es que perdonemos de corazón a los demás, sin rencores, sin que guardemos en el repliegue de nuestra alma el recelo, el resentimiento, y hasta el odio hacia los demás. Esos sentimientos conculcan incluso la paz social, la paz familiar y la convivencia de la sociedad; todo el mal se podría centrar allí en ese odio, en ese resentimiento, en esa falta de perdón; y ¿cómo pretendemos ser perdonados, si no perdonamos? Es absolutamente imposible, porque tendríamos la misma actitud ruin de este deudor desaforado.

Hay que ser ruin para no perdonar al que nos debe poco, cuando nosotros debemos mucho más a Dios y le pedimos clemencia y misericordia. Este es el estado del alma de este deudor que no quiso perdonar a su hermano, y ese estado de ruindad lo ejercemos nosotros cuando guardamos rencor, cuando guardamos odio, cuando no perdonamos de corazón. Y hay que aclarar una cosa: el perdón no es no ver la injusticia; sino el perdonar el mal cometido, lo que se perdona es al pecador, lo que se perdona no es el error, es a quien yerra; se perdona al pecador pero no se hace desaparecer la injusticia ni el pecado ni el mal. Es cosa muy distinta. Y como todos somos pecadores, entonces todos debemos perdonar para merecer en retribución el perdón. Dicho sea de paso, con respecto a la traducción del "Padrenuestro" al español, que expresa con claridad, lo cual por cierto carece el francés, ya que nuestra lengua es mucho más rica y, por tanto, más precisa, cuando en español decimos "perdónanos nuestras deudas" y que ahora erróneamente,
contraviniendo la precisión de una verdad teológica, se reemplaza por "ofensas"; esta nueva versión no especifica con exactitud el sentido que tiene la deuda. Una deuda es un débito que hay que retribuir y la ofensa se perdona pero si no se retribuye el débito queda, aunque la ofensa sea perdonada queda el débito y por eso en la sana teología de la Iglesia siempre se ha distinguido entre la culpa y la deuda, entre la culpa o la ofensa y el débito o deuda que queda. Una persona que muere en estado de gracia, ¿por qué va al purgatorio si están perdonadas sus ofensas? Porque le quedan todas las deudas contraídas por los pecados mortales y veniales; a esto se atribuye la existencia del purgatorio, porque no se ha saldado la deuda, no se es digno todavía de entrar en el cielo, se necesita purificar en el purgatorio la deuda, no la ofensa, a no ser la ofensa de los pecados veniales no perdonados aún.

Vemos, pues, cómo se van borrando en esas malas traducciones las verdades esenciales de la fe católica, se va quitando precisión y no por simple descuido, que ya sería una estupidez, sino porque en el fondo también la nueva teología niega el purgatorio y hasta el infierno. ¡Qué les va a importar ya hablar de deudas! ¿Cuáles deudas? Si "todos somos libres", nadie le debe nada a nadie, si con "la dignidad del hombre", "la libertad del hombre", "el hombre es soberano", "los derechos del hombre", "el hombre con su libertad", ¿qué deudas? Ninguna deuda, toda deuda quedó cancelada. Eso es lo que enseña la teología liberal; barre con las deudas, con el débito que nos obliga a pedirle a Dios, para que a través de los sacrificios, la abnegación y las penalidades, purguemos en la tierra y purifiquemos nuestras almas aquí y no en el purgatorio que será mucho peor. Pero como el mundo de hoy es sordo a lo que no sea confort, goce, sensualidad; nada que comporte sacrificio, abnegación, renuncia; ese es el ideal del hombre moderno: "vivir para gozar", tal es el ideal pagano, ideal del renacimiento, que se llamó Renacimiento porque era el
paganismo que renacía después de la Edad Media; cuando el ideal del cristiano, del católico, es todo lo contrario: merecer el cielo a través del sacrificio, un programa muy distinto.

Para que paguemos, pues, nuestras deudas con Dios, perdonemos las ofensas y las deudas de nuestro prójimo y seremos perdonados. Así cumpliremos con el Padrenuestro, para rezarlo verdaderamente en paz, porque si dejamos esa ruina en el alma y guardamos ese egoísmo, esa falta de perdón, esa falta de generosidad, no podemos rezar en paz con Dios y dignamente el Padrenuestro.

Roguémosle a Nuestra Señora, la Virgen María, que nos dé la capacidad de perdonar a nuestros hermanos y que así Dios perdone nuestros pecados.

PADRE BASILIO MERAMO 
5 de noviembre de 2000