Escrito tomado de la CATENA AUREA de Santo Tomás de Aquino.
San Lucas capítulo 1, versiculos 26 al 38.
Lc 1, 26-27
Y al sexto mes, el Angel Gabriel
fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen
desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David, y el nombre de
la Virgen era María. (vv. 26-27)
Beda
Como la encarnación de Cristo
debía tener lugar en la sexta edad del mundo y había de aprovechar para el
cumplimiento de la ley, el ángel enviado a María anuncia oportunamente, en el
sexto mes de la concepción de Juan, al Salvador que había de nacer. Por eso se
dice: "En el sexto mes". El sexto mes es el de marzo, en cuyo día 25
nuestro Señor fue concebido y se dice que padeció. Así como nació el día 25 de
diciembre por lo que si, según algunos creen, en este día tiene lugar el
equinoccio de la primavera, o si en aquél creemos que se verifica el solsticio del
invierno, conviene que sea concebido y nazca con el incremento de la luz Aquel
que ilumina a todo hombre que viene a este mundo ( Jn 1,9). Mas si alguno objetare que los días crecen
o son mayores que la noche antes del tiempo del nacimiento y de la concepción
de nuestro Señor, le contestamos que San Juan anunciaba el reino de los cielos
antes de su advenimiento.
San Basilio
Los espíritus celestiales no
vienen a nosotros por sí mismos, sino cuando conviene para nuestra utilidad,
porque atienden al decoro de la divina sabiduría; de donde sigue: "Fue
enviado el ángel Gabriel".
San Gregorio Magno, homiliae in Evangelia, 34
A María Virgen no se envía un
ángel cualquiera, sino el arcángel San Gabriel. Procedía que viniese un ángel
de los primeros a anunciar los misterios. Se le designa por su propio nombre,
el cual muestra lo que vale en sus obras, pues el nombre de Gabriel significa fortaleza de Dios 1. Por la
fortaleza de Dios había de ser anunciado el que, siendo Dios de las virtudes y
poderoso en la guerra para vencer en todas las batallas, venía a destruir las
potestades del infierno.
Glosa
Se indica, pues, el lugar a
donde se envía cuando se añade: "A la ciudad de Nazaret". Porque
nazareno, esto es, Santo de los Santos, era el que se anunciaba que había de venir.
Beda, in homilia de Fest. Annunt
Digno principio de la
restauración humana ha sido que se enviare por Dios un Angel a la Virgen, que
había de ser consagrada con un parto divino. Porque la primera causa de la
perdición humana fue que la serpiente fuese enviada a la mujer por el espíritu
de la soberbia. De aquí se sigue, que el Angel fue enviado a una virgen.
San Agustín, de sancta virginitate, 5
Sólo la virginidad pudo
decentemente dar a luz a Aquel que en su nacimiento no pudo tener igual.
Convenía, pues, que nuestro Redentor naciese, según la carne, de una Virgen por
medio de un milagro insigne para dar a entender que sus miembros debían nacer
de la Iglesia virgen, según el espíritu.
San Jerónimo
Con razón se envía un ángel a
la Virgen, porque la virginidad es afín de los ángeles. Y ciertamente, vivir en
carne fuera de la carne, no es una vida terrestre, sino celestial.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, 4
No anuncia el Angel a la Virgen
después del parto, para que entonces no se turbe en demasía, sino que le habla
antes de la concepción. No en sueños, sino presentándose de una manera visible.
Porque como había de recibir una gran revelación, necesitaba de una visión
solemne antes del cumplimiento.
San Ambrosio
Dijo bien ambas cosas la
Sagrada Escritura: que sería desposada y Virgen. Prosigue, pues, diciendo
"desposada". Virgen, para que constase que desconocía la unión
marital. Desposada, para que quedase ilesa de la infamia de una virginidad
manchada, cuando su fecundidad pareciese signo de corrupción. Quiso más bien el
Señor que algunos dudasen de su nacimiento que de la pureza de su Madre. Sabía
que el honor de una Virgen es delicado y la reputación del pudor, frágil. Y no
estimó conveniente que la fe de su nacimiento se demostrase con las injurias de
su Madre. Se sigue también que, así como la Santísima Virgen fue íntegra por su
pudor, así su virginidad debió ser inviolable en la opinión. No convenía dejar
a las vírgenes que viven en mala reputación esa apariencia de excusa, es decir,
que la Madre misma del Señor pareciese difamada. ¿Qué se hubiera podido
reprochar a los judíos y a Herodes si hubiese parecido que perseguían el fruto
de un adulterio? ¿Cómo hubiera podido decir El mismo: "No vine a destruir
la ley, sino a cumplirla" ( Mt 5,17), si hubiese parecido comenzar por una
violación de la ley, que condena el parto de la que no está casada? ¿Qué, por
otra parte, da más fe a las palabras de la Virgen y remueve todo pretexto de
mentira? Madre, sin estar casada, hubiera querido ocultar su falta con una
mentira. Pero casada, no tenía motivo para mentir, puesto que la fecundidad es
el premio y la gracia de las bodas. Tampoco es pequeña causa que la virginidad
de María engañase al príncipe del mundo, el cual, viéndola desposada con un
hombre, nada pudo sospechar respecto de su parto.
Orígenes
Si no hubiese tenido esposo,
aquel misterio hubiese dado que pensar al diablo, respecto de cómo pudo quedar
embarazada la que no había tenido trato con varón. Esta concepción -diría- debe
ser divina, debe ser algo superior a la naturaleza humana.
San Ambrosio
Sin embargo, engañó más a los
diablos. Porque la malicia de los demonios descubre hasta las cosas ocultas.
Mas los que se ocupan en las vanidades del mundo no pueden conocer las cosas
divinas. Por eso Dios se sirve del marido -el testigo más seguro del pudor- que
hubiese podido quejarse de la injuria y vengar el oprobio, si no conociese el
misterio. Se dice de él: "Se llamaba José, de la casa de David".
Beda, homil. de Annunt. Sup
Lo cual no sólo se refiere a
San José, sino también a la Virgen María. Estaba mandado por la ley que cada
uno tomase mujer de su propia tribu o familia. Prosigue el mismo evangelista:
"Y el nombre de la Virgen era María".
Beda
La palabra María en hebreo
quiere decir estrella del mar, y en siríaco Señora. Y con razón, porque mereció llevar en sus
entrañas al Señor del mundo y a la luz constante de los siglos.
Notas
1. Gabriel:
hombre de Dios o Dios se ha mostrado fuerte.
Lc 1, 28-29
Y habiendo entrado el Angel donde
estaba María, le dijo: "Dios te salve, llena de gracia, el Señor es
contigo; bendita tú entre las mujeres": Y cuando ella esto oyó, se turbó
con las palabras de él, y pensaba qué salutación sería ésta. (vv. 28-29)
San Ambrosio
Conoce aquí a la Virgen por sus
costumbres. Sola en sus habitaciones, a quien ningún hombre veía, sólo un ángel
podía encontrarla. Por ello se dice: "Y habiendo entrado el ángel a donde
estaba María". Y para que no fuese manchada con un coloquio indigno de
ella, es saludada por el ángel.
San
Gregorio Niseno, orat. in Christi Nativit
En contraposición de la voz
dirigida a la primera mujer, ahora se dirige la palabra a la Virgen. En aquélla
se castiga con los dolores del parto la causa del pecado, en ésta se destierra
la tristeza por medio del gozo. Así el ángel anuncia con razón la alegría a la
Virgen, diciendo: "Dios te salve". Según otros comentaristas, el
ángel atestigua que es digna de ser desposada cuando dice: "Llena de
gracia". Esta abundancia de gracias se muestra al esposo como una dote o
arras, de las cuales se dice: Estas son de la esposa, aquéllas del esposo.
San Jerónimo
Y en verdad que es llena de
gracia, porque a los demás se distribuye con medida, pero en María se derramó
al mismo tiempo toda la plenitud de la gracia. Verdaderamente es llena de
gracia aquella por la cual toda criatura fue inundada con la lluvia abundante
del Espíritu Santo. Ya estaba con la Virgen quien le enviaba su ángel y el
Señor se anticipó a su enviado. No pudo ser contenido en un lugar, Aquel que
está en todas partes; de donde sigue: "El Señor es contigo".
San Agustín, en el serm. de Nativit. Dom. 4
Más que contigo, El está en tu
corazón, se forma en tu seno, llena tu espíritu, llena tu vientre.
Griego
Este es el complemento de toda
la embajada: el Verbo de Dios como Esposo que se une de una manera superior a
la razón, como engendrando El mismo y siendo engendrado, adaptó a sí mismo toda
la naturaleza humana. Al final se pone como complemento perfectísimo:
"Bendita eres entre las mujeres", a saber, una sola entre todas las
mujeres. Para que también sean bendecidas en ti las mujeres como los hombres
serán bendecidos en tu Hijo, o más bien en los dos unos y otros. Porque así
como por medio de una mujer y un hombre entraron en el mundo el pecado y la
tristeza, así ahora por una mujer y por un hombre vuelven la bendición y la
alegría, y se derraman sobre todos.
San Ambrosio
Conoced a la Virgen por la
vergüenza, porque se turbó, pues sigue: "Y cuando ella esto oyó, se
turbó". Temblar es propio de las vírgenes, y el sobresaltarse cuando se
acerca un hombre y temer todo trato de los hombres. Aprended, vírgenes, a
evitar toda licencia de palabras. María se conturbaba hasta de la salutación
del ángel.
Griego
Como ella estaba acostumbrada a
aquella clase de apariciones, el Evangelista no atribuye la turbación a lo que
ve, sino a lo que oye, diciendo: "Se turbó con las palabras de él".
Considerad el pudor y la prudencia de la Virgen y su alma, al mismo tiempo que
su voz. Oída la alegre noticia, examinó lo que se le había dicho y no resiste
abiertamente por incredulidad, ni se somete al punto por ligereza, evitando a
la vez la ligereza de Eva y la resistencia de Zacarías. Por esto continúa:
"Y pensaba qué salutación sería ésta", no la concepción. Porque
todavía ignoraba la profundidad del misterio. ¿Mas la salutación es por ventura
libidinosa, como dirigida por un hombre a una Virgen? ¿Es divina, puesto que se
hace mención de Dios, diciendo: "El Señor es contigo"?
San Ambrosio
Admiraba también la nueva
fórmula de salutación, que nunca se había oído hasta entonces, pues estaba
reservada solamente para María.
Orígenes
Si María hubiese conocido que
se había hecho una salutación semejante a algún otro -como que conocía perfectamente
el concepto de la ley- nunca se hubiese asustado ante ésta
como si fuese extranjera.
Lc 1, 30-33
Y el Angel le dijo: "No temas,
María, porque has hallado gracia delante de Dios: he aquí que concebirás en tu
seno y parirás un hijo y llamarás su nombre Jesús. Este será grande y se
llamará Hijo del Altísimo, y le dará al Señor Dios el trono de David, su Padre:
y reinará en la casa de Jacob por siempre, y no tendrá fin su reino". (vv.
30-33)
Beda
Como había visto que la Virgen
se había turbado con aquella salutación no acostumbrada, la llama por su
nombre, como si la conociese más familiarmente, y le dice que no debe temer.
Por ello se añade: "Y el Angel le dijo: No temas, María".
Griego
Como si dijese: No he venido a
engañarte, sino más bien a dar la absolución del engaño. No he venido a robarte
tu virginidad inviolable, sino a preparar tu seno para el autor y el defensor
de la pureza. No soy ministro de la serpiente, sino enviado del que aplasta la
serpiente. Vengo a contratar esponsales, no a maquinar asechanzas. Así, pues,
no la dejó atormentarse con alarmantes consideraciones, a fin de no ser juzgado
como ministro infiel de su negociación.
Crisóstomo
Quien merece gracia delante de
Dios, nada tiene que temer; así, prosigue: "Hallaste gracia delante de
Dios". ¿Cómo puede encontrar esta gracia cualquiera que sea, sino por
medio de la humildad? Pues Dios da la gracia a los humildes ( Stgo 4; 1Pe 5).
Griego
La Virgen encontró gracia
delante de Dios porque, adornando su propia alma con el brillo de la pureza,
preparó al Señor una habitación agradable. Y no sólo conservó inviolable la
virginidad, sino que también custodió su conciencia inmaculada.
Orígenes
Muchos habían encontrado gracia
antes que ella; y por lo mismo añade lo que es propio de este caso, diciendo:
"He aquí que concebirás en tu seno".
Griego
La palabra "he aquí"
denota la prontitud y la presencia, insinuando con dicha palabra que la
concepción se había celebrado al punto.
Severo de Antioquía
Dice: "concebirás en tu
seno" para demostrar que el Señor toma carne del mismo seno virginal y de
nuestra sustancia. Vino, pues, el Verbo Divino a limpiar la naturaleza humana,
el parto y el origen de nuestra generación. Por eso, sin pecado y sin concurso
de hombre, es concebido en carne y llevado en el vientre nueve meses como
nosotros.
San Gregorio Niseno
Y como acontece especialmente
que es concebido el Divino Espíritu y ella da a luz al Espíritu de salvación,
según anunciara el profeta, el ángel añade: "Y dará a luz un Hijo".
San Ambrosio
No todos son como María, que
cuando conciben al Verbo del Espíritu Santo, lo dan a luz. Hay de aquellos que
abortan al Verbo antes de dar a luz ( Lc 22), y hay de aquellos que tienen a Cristo en su
seno pero que todavía no lo han formado.
San
Gregorio Niseno, Orat. in diem Nat. Domini
Como la expectación del parto
infunde temor a las mujeres, el anuncio de un parto dulce apaga esa aprehensión
de temor cuando se dice: "Y llamarás su nombre Jesús". La venida del
Salvador es el alejamiento de todo temor.
Beda
La palabra Jesús quiere decir Salvador o saludable.
Griego
Dice, pues: "Tú lo
llamarás". No el padre, porque carece de padre en cuanto a la generación
humana, así como carece de madre respecto de la generación divina.
San Cirilo, de fidei ad Theod
Este nombre fue impuesto de
nuevo al Verbo Divino, y convenía a la natividad de su carne, según aquello del
Profeta: "Serás llamado con un nombre nuevo, que la boca del Señor te
dará" ( Is 62).
Griego
Mas como este nombre le es
común con el sucesor de Moisés ( Jos 1), insinuando el ángel que no será semejante a
aquél, añade: "Este será grande".
San Ambrosio
Se ha dicho también respecto de
San Juan que sería grande. Pero aquél fue grande como hombre y Este es grande
como Dios. Porque la virtud de Dios se difunde ampliamente, así como la
grandeza de la sustancia no varía con el tiempo.
Orígenes
Considerad, pues, la grandeza
del Salvador, cómo se extiende por todo el orbe. Subid a los cielos, y veréis
cómo llena los espacios celestes. Bajad con el pensamiento a los abismos y
veréis que allí ha descendido también. Y cuando hayáis visto todo esto, comprenderéis
también el cumplimiento de estas palabras: "Este será grande".
Griego
Ni la asunción de la carne
humilla la grandeza de la divinidad, sino que más bien se sublima la humildad
de la carne. Por ello sigue: "Y se llamará Hijo del Altísimo". No eres
tú quien le impones el nombre, sino que será llamado. ¿Por quién sino por su
Padre consustancial? Nadie conoce al Hijo sino el Padre ( Mt 11,27). Quien tiene conocimiento infalible del
Engendrado es el único verdadero intérprete, respecto de la imposición del
nombre del Hijo; por quien se dice: "Este es mi hijo muy amado". ( Mt 17,5) Existe desde la eternidad, aunque ahora
para nuestra inteligencia se manifiesta su nombre. Y por esto dice "será
llamado", no "será hecho" ni "será engendrado", porque
ya antes de los siglos era consustancial al Padre. Concebirás, pues, a Este,
serás su Madre. Tu vientre virginal contendrá a Aquel que el espacio del cielo
no puede contener.
San Juan Crisóstomo
Acaso parecerá a algunos enorme
-o indecente- que Dios habite un cuerpo. ¿Mas por ventura el sol, cuyo cuerpo
es sensible, mancha su propia pureza a cualquier parte que envíe sus rayos?
Pues con mucha más razón el Sol de justicia, tomando un cuerpo purísimo de las
entrañas de la Virgen, no sólo no se manchó sino que antes, por el contrario,
santificó más a la Madre.
Griego
Y para recordar a la Virgen los
profetas, añade: "Y le dará el Señor Dios el trono de David,...".
Para que se sepa con claridad que el que había de nacer de Virgen era el mismo
Cristo que los profetas prometieron que nacería de la descendencia de David.
San Cirilo, contra Juliano, 8
Sin embargo, el cuerpo purísimo
de Jesucristo no procede de José, aunque descendía de la misma línea de
parentesco que la Virgen, de la cual el Unigénito del Padre tomó la forma
humana.
San Basilio, epistola 2,36
El Señor no se sienta en el
trono material de David, puesto que el reino judío había pasado a Herodes. Pero
llama trono de David a aquel en que se sienta el Señor para gobernar un reino
indisoluble. Por ello sigue: "Y reinará en la casa de Jacob".
Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, 7
Llama aquí casa de Jacob a
todos aquéllos del número de los judíos que creyeron en El. Porque como dice
San Pablo ( Rom 9,6), no todos los que pertenecen a Israel son
israelitas; sino solamente se consideran como pertenecientes a Israel los que
son hijos de promisión.
Beda
O llama casa de Jacob a toda la
Iglesia. Esta, o bien ha nacido de buena raíz, o bien, siendo un olivo
silvestre, fue injerto por medio de la fe en una oliva buena ( Rom 11).
Griego
Sólo Dios puede reinar
eternamente. Por esto sucede que aunque se diga que toma el trono de David por
la encarnación, en cuanto Dios es reconocido como Rey eterno. Prosigue: "Y
su reino no tendrá fin". No sólo en cuanto Dios, sino también en cuanto
hombre. Y al presente reina sobre muchos y finalmente reinará sobre todos
porque todas las cosas le están sometidas ( 1Cor 15).
Beda
Que deje ya Nestorio de decir
que el hombre sólo ha nacido de la Virgen y que éste no ha sido recibido por el
Verbo de Dios en unidad de persona. Cuando dice que el mismo que tiene por
padre a David será llamado "Hijo del Altísimo", demuestra la unidad
de persona de Cristo en dos naturalezas. No emplea el ángel palabras que se
refieran al tiempo futuro, como dicen algunos herejes, que creen que Jesucristo
no existió antes que María, sino que en una sola persona el Hombre-Dios recibe
el nombre de Hijo.
Lc 1, 34-35
dijo María al Angel: "¿Cómo se
hará esto, porque no conozco varón?" Y respondiendo el Angel, le dijo:
"El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y te hará sombra la virtud del
Altísimo. Y por eso el fruto santo que nacerá de ti será llamado Hijo de
Dios". (vv. 34-35)
San Ambrosio
Ni María debió rehusar de creer
al ángel, ni usurpar temerariamente las cosas divinas. Por eso se dice:
"Dijo María al ángel: ¿Cómo se hará esto?" Esta respuesta fue más
oportuna que la del sacerdote. Esta dice: "¿Cómo se hará esto?" y
aquél dijo: "¿Cómo podré saber esto?". Aquél se niega a creer y
parece como que busca otro motivo que confirme su fe, éste no duda que debe
hacerse, puesto que pregunta cómo se hará. María había leído ( Is 7,14): "He aquí que una virgen concebirá y
dará a luz un hijo" y, por tanto, creyó que iba a suceder. Pero no había
oído antes el cómo había de suceder. No se había revelado -ni aun al Profeta-
cómo aquéllo se había de llevar a cabo. Tan gran misterio debía ser proclamado,
no por la boca de un hombre, sino por la de un ángel.
San
Gregorio Niseno, Orat. in diem Nat. Christi
Considerad también las palabras
de la purísima Virgen. El ángel le anuncia el parto; pero ella insiste en su
virginidad creyendo que ésta podría mancharse con sólo el aspecto de un ángel.
Por eso dice: "Porque no conozco varón".
San Basilio, epistola 2, 35
El conocimiento se entiende de
muchas maneras. Se llama conocimiento la sabiduría de nuestro Señor; también la
noticia de su grandeza; el cumplimiento de sus mandatos; los caminos que
conducen a El y la unión nupcial, como aquí se entiende.
San
Gregorio Niseno, Orat. in diem Nat. Christi
Estas palabras de la Virgen son
indicio de aquellas que encerraba en el secreto de su inteligencia. Porque si
hubiese querido desposarse con José a fin de tener cópula, ¿por qué razón había
de admirarse cuando se le hablase de concepción, puesto que esperaría ser madre
un día según la ley de la naturaleza? Mas como su cuerpo, ofrecido a Dios como
una hostia sagrada, debía conservarse inviolable, dice: "Puesto que no
conozco varón". Como diciendo: Aun cuando tú seas un ángel, sin embargo,
como no conozco varón, esto parece imposible. ¿Cómo, pues, seré madre si no
tengo marido? A José sólo lo conozco como esposo.
Griego
Mas considerad cómo el ángel
deshace la duda a la Virgen y le explica su misión inmaculada y el parto inefable.
Pues sigue: "El Angel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre
ti,...".
San Juan Crisóstomo, homiliae, in Gen., 49
Como si dijese: No te fijes en
el orden natural cuando se trata de cosas que traspasan y superan el orden de
la naturaleza. Tú dices: "¿Cómo se hará esto, puesto que no conozco
varón?" Pues por lo mismo que no conoces varón sucederá esto, porque si
hubieras conocido varón, no serías considerada digna de este misterio. No
porque el matrimonio sea malo, sino porque la virginidad es más perfecta.
Convenía, pues, que el Señor de todos participase con nosotros en el nacimiento
y se distinguiese en él. Tuvo de común entre nosotros el nacer del vientre de
una mujer y nos superó naciendo sin que aquélla se uniese a un hombre.
San
Gregorio Niseno, Orat. in diem Nat. Christi
¡Cuán bienaventurado aquel
cuerpo que por la exuberante pureza de la Virgen María se vinculó a sí mismo el
don del alma! En cada uno de los demás, apenas el alma sincera conseguirá la
presencia del Espíritu Santo; mas ahora la carne resulta ser la mansión del
Divino Espíritu.
San
Gregorio Niseno, Orat. in diem Nat. Christi
El verdadero Legislador fabricó
nuevamente de nuestra tierra las tablas de la naturaleza que la culpa había
roto, creando -sin unión carnal- el cuerpo que toma su divinidad y que esculpe
el dedo divino, a saber, el Espíritu Santo que viene sobre la Virgen.
San Gregorio Niseno, lib. De Vita Moysis
Además: "La virtud del
Altísimo te hará sombra". La virtud del Rey altísimo es Cristo, formado en
la Virgen por la venida del Espíritu Santo.
San Gregorio Magno, Moralia 10,18
Por las palabras: "Te hará
sombra", se significan las dos naturalezas de Dios encarnado. Pues la
sombra se hace con la luz y con el cuerpo. El Señor es la luz por su divinidad.
Y como la luz incorpórea había de tomar cuerpo en las entrañas de la Virgen,
oportunamente se dice que la virtud del Altísimo le haría sombra, esto es, en
ti el cuerpo de la humanidad recibirá la luz incorpórea de la divinidad. Se
dice también esto a María por el dulce consuelo dado por el cielo.
Beda
No concebirás, pues, en virtud
de la obra de un hombre sino que concebirás por virtud del Espíritu Santo, de
quien serás llena. No se darán en ti los ardores de la concupiscencia, puesto
que el Espíritu Santo te hará sombra.
San
Gregorio Niseno, Orat. in diem Nat. Christi
O dice: "Te hará
sombra" porque, así como la sombra de un cuerpo toma su forma de lo que
está delante de ella, así los signos de la divinidad del Hijo de Dios brillarán
con el milagro de su generación. Así como en nosotros se observa cierta virtud
vivificante en la materia corpórea con la que se forma el hombre, así en la
Virgen, la virtud del Altísimo, por medio del Espíritu Santo vivificante, tomó
de un cuerpo virginal materia de carne inherente al cuerpo para formar un
hombre nuevo. Por lo cual sigue: "Por eso, lo que nacerá de ti,...".
San Atanasio, Epistola at Epictetum
Profesamos que el cuerpo tomado
de la materia de la naturaleza humana existe verdaderamente; y que es el mismo
-según la naturaleza- que nuestro cuerpo. María es, pues, nuestra hermana,
puesto que todos descendemos de Adán.
San Basilio, lib.de Spiritu Sancto, 5
De donde San Pablo dice: Envió
Dios a su Hijo nacido, no por medio de una mujer, sino de mujer ( Gál 4,4). Porque si dijese que por medio de una
mujer, podía entenderse que se refería a un concepto transitorio de natividad.
Pero como dice que nació de mujer, manifiesta la comunidad de la naturaleza del
Engendrado respecto de la Madre.
San Gregorio Magno, Moralia 18, 34
A diferencia de nuestra
santidad, se asegura singularmente que Jesucristo nacerá Santo. Pues nosotros,
aunque nos hagamos santos, no nacemos tales, sino constreñidos por la condición
de una naturaleza culpable, pudiendo decir con el profeta: "He aquí que he
sido concebido en pecado,..." ( Sal 50). Aquél verdaderamente ha nacido el sólo
Santo, que no ha sido concebido de unión carnal alguna; que no -como neciamente
creen los herejes- es uno en la humanidad y otro en la divinidad de modo que
siendo un simple hombre concebido, luego Dios hubiera asumido su cuerpo. Sino
que, anunciando el ángel y viniendo el Espíritu Santo, Verbo al punto en el
seno, es decir, al instante es Verbo carne dentro del vientre; de donde sigue:
"Será llamado,...".
Teofilacto
Considerad cómo el ángel
menciona a la Virgen toda la Santa Trinidad. Nombra al Espíritu Santo, el
Poder, esto es al Hijo y al Altísimo, ciertamente el Padre.
Lc 1, 36-38
"Y he aquí que Isabel, tu
pariente, también ella ha concebido un hijo en su vejez. Este es el sexto mes a
ella, que es llamada la estéril, porque no hay cosa imposible para Dios".
Y dijo María: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu
palabra". Y se retiró el Angel de ella. (vv. 36-38)
San Juan Crisóstomo, homiliae in Gen., 49
Como lo que se ha dicho
superaba a lo que la Virgen podía comprender, el ángel habló de cosas humildes,
para persuadirla por medio de cosas sensibles, y por ello le dice: "Y he
aquí que Isabel, tu parienta". Observa la prudencia de Gabriel. No le
recuerda a Sara, ni a Rebeca, ni a Raquel, porque estos ejemplos eran ya
antiguos, sino que cita un hecho reciente para robustecer su inteligencia. Y
por esto hace mención de la edad, cuando dice: "También ella ha concebido
un hijo en su vejez", dando a entender su incapacidad natural. Prosigue:
"Y está en el sexto mes". No anunció desde el principio el embarazo
de Isabel, sino después de transcurridos seis meses, a fin de que la hinchazón
del vientre sirviese de prueba.
San Gregorio Nacianceno, carm. de gen. Christi, 18
Pero alguno preguntará: ¿En qué
sentido se refiere Jesucristo a David? María, en efecto, desciende de la sangre
de Aarón, porque el ángel dice que es prima de Isabel. Mas esto sucedió por
disposición divina, para que la estirpe regia se enlazase con la descendencia
sacerdotal, a fin de que Cristo, que es Rey y Sacerdote a la vez, naciese de
las dos, según la carne. Se lee también en el Exodo ( Ex 6,13), que Aarón, primer sacerdote según la ley,
se casó con Isabel, de la tribu de Judá, hija de Aminadab. Y admiremos la
economía santísima del Espíritu Santo cuando ordena que la esposa de Zacarías
se llame Isabel, recordándonos aquella otra Isabel que se casó con Aarón.
Beda
Así pues, recibe el ejemplo de
la anciana estéril no porque haya desconfiado de que una virgen pueda dar a
luz, sino para que comprenda que para Dios todo es posible, aun cuando parezca
contrario al orden de la naturaleza. Por esto sigue: "Porque no hay cosa
alguna imposible para Dios".
San Juan Crisóstomo
Pues como El es el Señor de la
naturaleza, puede todo lo que quiere, puesto que hace y dispone todas las cosas
gobernando las riendas de la vida y de la muerte.
San Agustín, contra Faustum, 26,5
Si alguno dice: si Dios es
omnipotente, que haga que no suceda lo que ya ha sucedido, no se da cuenta que
lo que está diciendo es: que haga que aquellas cosas que son verdaderas, sean
verdaderas y falsas a la vez. El puede hacer que no exista algo que antes
existía, como cuando alguno que empieza a existir cuando nace, deja de existir
muriendo. Pero ¿quién dirá: que haga que no sea aquello que ya no existe? Pues,
todo lo que ha pasado, ya no existe. Si puede hacerse algo de ello, aún hay
materia de la cual puede hacerse. Y si hay materia, ¿cómo puede decirse que ya
ha pasado? Así, aquello que dijimos que ha sido, en realidad no es. Pero es
verdad aquello que ha sido, porque lo verdadero no está en la cosa que ya no
es, sino en nuestra sentencia sobre ella. Dios no puede hacer que esta
sentencia sea falsa. No llamamos a Dios omnipotente en este sentido, según el
cual creamos que El también puede morir. Aquél se llama con toda propiedad el
sólo Omnipotente que verdaderamente existe y de quien únicamente procede todo
lo que es.
San Ambrosio
Ved la humildad de la Virgen,
ved su devoción. Prosigue, pues: "Y dijo María: He aquí la sierva del
Señor". Se llama sierva la que es elegida como Madre, y no se enorgullece
con una promesa tan inesperada. Porque la que había de dar a luz al manso y al humilde, debió ella misma manifestarse humilde.
Llamándose también a sí misma sierva, no se apropió la prerrogativa de una
gracia tan especial, porque hacía lo que se le mandaba. Por ello sigue:
"Hágase en mí según tu palabra". Tienes el obsequio, ves el voto.
"He aquí la sierva del Señor", es su disposición a cumplir con su
oficio. "Hágase en mí según tu palabra", es el deseo que concibe.
Eusebio
Cada uno celebrará a su manera
las palabras de la Virgen. El uno admirará su constancia, el otro la prontitud
de su obediencia; éste que no se dejó seducir por las promesas de un arcángel,
espléndidas y sublimes; el otro que no ha excedido la medida en su resistencia,
sino que ha evitado igualmente la ligereza de Eva y la obstinación de Zacarías.
Yo no admiro menos lo profundo de su humildad.
San Gregorio, Moralia 18, 34
Por un misterio profundo, a
causa de su concepción santa y su parto inefable, la misma Virgen fue Sierva
del Señor y Madre, según la verdad de las dos naturalezas.
Beda
Recibido el consentimiento de
la Virgen, el ángel regresó inmediatamente al cielo, de donde prosigue: "Y
el ángel se separó de ella".
Eusebio
No sólo pidiendo lo que deseaba,
sino admirándose estupefacto de la forma virginal y de la plenitud de la
virtud.