San Juan Apocaleta



Difundid Señor, benignamente vuestra luz sobre toda la Iglesia, para que, adoctrinada por vuestro Santo Apóstol y evangelista San Juan, podamos alcanzar los bienes Eternos, te lo pedimos por el Mismo. JesuCristo Nuestro Señor, Tu Hijo, que contigo Vive y Reina en unidad del Espíritu Santo, Siendo DIOS por los Siglos de los siglos.












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lunes, 2 de febrero de 2015

Fiesta de la Presentación del Niño Jesus en el templo, o Purificación de la Santísima Virgen María o de las Candelas





Tomado del MISAL DIARIO COMPLETO por el P. Luis Ribera CMF, España 1954:

    Esta fiesta nos recuerda la escena Evangélica de la Presentación de María en el Templo a los cuarenta días del alumbramiento, como ordenaba la ley a toda madre que daba a luz a un hijo.   El origen de la procesión es de las mas remota antigüedad  pero la bendición de las candelas es de época más posterior, o sea del siglo X.

EPÍSTOLA:

      De Malaquias Profeta 3, 1-4- Esto dice el Señor DIOS:  He aquí que yo envío a mi Ángel para preparar el camino delante de mi.    Y luego vendrá a su tiempo el dominador que vosotros buscáis, y el Ángel tan deseado de vosotros. Vedle ahí que viene, dice el Señor de los Ejércitos;    Y ¿Quien podrá pensar en lo que sucederá el día de su venida?, Y ¿Quien podrá pararse a mirarle?  Porque Él será como fuego que derrite y como la hierba jabonera de los bataneros.    Y sentarse ha como el que funde y purifica la plata;   Y de este modo purificará a los hijos de Leví, y los acrisolará como el oro y la plata;  Y así ofrecerán al Señor sacrificios con Santidad    Y entonces será grato al Señor el sacrificio de Judá y de Jersusalén.   Como en los siglos pasados y en los años antiguos:  dice DIOS omnipotente.

EVANGELIO:

      + Evangelio según San Lucas 2, 22-32.-  Cumplido el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor:  todo primogénito varón serpa consagrado al Señor;   Y para presentar la ofrenda de un par de tórtolas, o dos palominos, como está ordenado en la Ley del Señor.   Había a la sazón en Jerusalén un hombre justo y temeroso de Dios, llamado Simeón, el cual esperaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo moraba en él.   Él Espíritu Santo le había revelado que no había de morir antes de ver al Cristo.   Así vino inspirado de Él al templo.    Y al entrar con el Niño Jesús sus padres, para practicar con Él lo prescrito por la Ley, tománmdole Simeón en sus brazos, bendijo a DIOS, diciendo:  Ahora, Señor, sacad en paz de este mundo a vuestro siervo, según vuestra promesa, porque ya mis ojos han visto al Salvador que nos has dado, para que, expuesto a la vista de todos los hombres, sea luz que ilumine a los gentiles, y gloria de Israel, vuestro pueblo.-