¿QUÉ PENSAR
DE “NON POSSUMUS”?
Antimilenarismo
Judaizante o Ignorancia Supina.
Non Possumus
se aferra a cualquier texto que encuentren para publicarlo sin
analizar su
contenido, denotando que tiene grandes falencias exegéticas que han
sido
refutadas.
El papel
judáico que juegan, queda vislumbrado con estos textos del P. Castellani y
se hace
prácticamente manifiesto al desplegar con furibunda tenacidad visceral su
fobia
antiapocalíptico-milenarista y que tienen un gran trasfondo de supina
ignorancia.
Pero como no hay peor sordo que el que no quiere oír ni ver, Non
Possumus
confirma el nombre que caracteriza su miserable impotencia ante lo que
le supera, y
todo en aras de una hipotética, ilusoria y falsa restauración que esperan
sin Parusía,
tanto Mons. Williamson y compañía, quedando evidenciado su
judaizante
proceder: “Pero ¿qué cosa más judaizante que esperar un gran triunfo
terreno de la Iglesia antes de la Segunda Venida de Cristo? (Etudes
1919, Sobre el
Apokalypsis, tomos 159 y 160). El actual socialismo comunista, por
ejemplo, es
netamente milenista carnal (y ateo), es decir ‘judaizante’ ” (El Apokalypsis de San
Juan, ed.
Paulinas, Buenos Aires 1963, p.87).
Incluso los
que esperan un triunfo bajo un gran rey o emperador: “Desde aquí nos
separamos de Holzhauser, para quienes Sardes duraría ‘desde Carlos V y
León X
hasta el Emperador Santo y el Papa Angélico’ que él esperaba vendría;
por la
sencilla razón de que no vinieron; ni tenemos la menor esperanza de
que vengan.
Esa leyenda medieval de que vendría un tiempo de ‘inimaginable’
esplendor y
triunfo de la Iglesia, por obra de un Gran Rey y un Pontífice
comparable a un
Ángel, que inspiró numerosas profecías privadas, ni tiene fundamento
escriturístico ni de ninguna clase, es una ilusión poética. Parece ser
fue inventada
den el siglo XV por el monje Petrus Galatinus en su libro ‘De arcanis
Fidei
misteriis contra Iudeaeos’ ” (Ibídem, p. 56-57).
De otra
parte sabemos por el P. Meinvielle, que Pedro Galatino, era uno de los
grandes
cabalistas de su tiempo en la edad de oro de la cábala que penetró en el
cristianismo
en Italia, como se puede ver: “Con Pico de la Mirándola y Reuchlín, a
quienes no es posible separar, la Cábala entra triunfalmente en la
Cristiandad.
Pero con el De arte cabalística estamos ya en 1517, cuando Italia
conoce la
extraordinaria generación de Galatino (1460-1540), Justiniano
(1470-1536),
Jorge de Venecia (1460-1540), Pablo Ricci (+1541), card. G. P. De
Viterbo (1465-
1532), para no citar sino a los más eminentes representantes de la
Cábala
cristiana” (P. Julio Meinvielle, De la Cábala al
Progresismo, ed. Calchaquí, Salta,
1970,
p.219).
El siguiente
texto del P, Castellani, nos sirve para redondear la idea: “Doctores de
la Fe se pretenden estos, y son tenidos de muchos por tales; incluso
publican libros
con aprobaciones episcopales, en gran peligro de ser engañados andan
los fieles.
Uno de ellos muy famoso del siglo XIX (y muchos dellos hoy día) enseñó
que la
Iglesia antes del Juicio Universal tiene que llegar a un triunfo y
prosperidad
completos, en que no quedará sobre el haz de la tierra un solo hombre
por
convertir (‘un solo rebaño y un solo Pastor’) y sin más ni más se
cumplirán todas
las exuberantes profecías viejotestamentarias. De acuerdo a algunas
profecías
privadas, se imaginan al Papa (al ‘Pastor Angélico’ que debería haber
sido Pío
XII) reinando sobre todo el mundo apoyado en un Monarca Católico
vencedor
(que los franceses dicen será francés ¡Enrique V! o ¡Luis Carlos I!
pues hasta el
nombre le saben; los alemanes que será alemán, etc.) el cual sin
embargo,
mandará menos que el Papa, pues el Papa mandará en todo el mundo y así
en las
Santas Pascuas y grandes fiestas ¡hasta la resurrección de la carne! Y
después a
mayores fiestas… Es el mismo sueño carnal de los judíos que los hizo
engañarse
respecto a Cristo. Estos son milenaristas al revés. Niegan
acérrimamente el
Milenio metahistórico después de la Parusía, que está en la Escritura;
y ponen un
Milenio que no está en la Escritura, por obra de las solas fuerzas
históricas, o sea
una solución intrahistórica de la Historia; lo mismo que los impíos ‘progresistas’
como Condorcet, Augusto Comte y Kant; lo cual equivale a negar la
intervención
sobrenatural de Dios en la Historia; y en el fondo, la misma
inspiración divina de
la Sagrada Escritura” (Ibídem, p.
366-367).
Ante todo
esto el remedio nos lo da el Apocalipsis como hace ver el P. Castellani:
“El Apokalypsis es el único antídoto actual contra esos ‘pseudoprofetas’
” (Ibídem,
p.367).
Así a Mons.
Williamson y a Non Possumus les está pasando lo mismo que a los
progresistas,
tal como se puede verificar por lo dicho aquí: “Hoy día muchísimos
católicos, incluso escritores, incluso predicadores, incluso sabios
como Berdaieff o
Dawson, sueñan con una especie de gran triunfo temporal de la Iglesia
vecino a
nuestros tiempos y anterior a los parusíacos. En eso soñó León Bloy y
Veuillot y
Hello y toda la escuela de apologistas románticos franceses comenzando
por
Chateaubriand y Lammenais. En eso sueña Papini. ¿Y es otra cosa que
eso el
fondo del llamado mensaje del gran orador Milanesi? ¿Y es eso otra
cosa que un
milenarismo anticipado, tan imaginario y mucho menos fundado que el
mío? …
Yo por lo menos no sueño en el vacío” (Los Papeles de Benjamín Benavides, ed.
Dictio, Bs.
As. 1978, p.387).
“No quedamos en las mismas –dijo don Benya– porque quedamos en una o
en
otra condicionalmente; y tuvimos excluimos ese gran triunfo temporal
de la
Iglesia antes de la Parusía, que me parece un peligroso ensueño
contemporáneo…
– ¡Es un anzuelo del Anticristo! Exclamó el chileno. ¡Es él quien
prometerá
realizar ese ensueño con las solas fuerzas del hombre ensoberbecido!
¡Él
prometerá la paz, la prosperidad, el nuevo Edén!, y se pondrá a
edificar
sacrílegamente la nueva Babel” (Ibídem, p.398).
“Pero de un milenarismo malo, que espera el Reino de Cristo en la
tierra antes de
la Venida de Cristo, y obtenido por medios temporales, y consistente
en un
esplendor de la Iglesia también temporal…” (Ibídem, p.287).
Publica Non
Possumus, el sábado 6 de Diciembre de 2014, en el artículo ¿Qué
Pensar del
Milenarismo? Parte IV, un fragmento de Theologiae cursus completus,
tom. XI,
Parisiis, 1838, p. 644-646, tomado ¡oh
sorpresa!, del sitio sedevacantista
Amor de la
Verdad (Moimunanblog) cuyo director es Antonio Moiño Munitiz; blog
éste
caracterizado por un dogmatismo visceral (los extremos se unen por lo visto,
aunque
espero que no caigan en esa distorsión del verdadero sedevacantismo que
es una
conclusión teológica evidente quoad sapientes y que ha sido eclipsado por la
dialéctica
estulta entre sedevacantismo y antisedevacantismo ultra-dogmáticosviscerales).
En dicho
artículo se pretende aplastar el milenarismo al decir: “Las sentencias
sobre el reino milenario de Cristo con sus santos ni siempre, ni en
cualquier lugar,
ni por todos ha sido dada en la tradición en los primeros tres siglos
de la Iglesia”,
lo cual es
un error que contradice la historia, pues en la Iglesia primitiva esa era la
exégesis
común de los tres primeros siglos de la Iglesia como muestra el P. Alcañiz
con su,
tesis doctoral que fue traducida por el P. Castellani y enmarcada con sus
comentarios
bajo el título La Iglesia Patrística y la Parusía, diciéndolo así el P.
Castellani en el prefacio: “El joven castellano recorrió los escritos
de los Santos
Padres y Doctores de los cinco primeros siglos y encontró … lo que
encontrarán
ustedes: todos los santos Padres primitivos son milenistas; con
las
pequeñas especificaciones de exactitud que hallarán ustedes en la
tabla sinóptica
del fin del librito” (ed. Paulinas, Bs.
As. 1962, p.9).
“El milenismo espiritual por el contrario no ha sido condenado, ni
jamás lo será:
la Iglesia no va a serruchar la rama donde está sentada; es decir, la
Tradición”
(Ibídem,
p.350).
“El milenarismo real no enseña otra cosa sino que Apokalypsis XX y I
Corintios
15, pueden ser interpretados literalmente sin quiebra de la fe ni
inconveniente
alguno; que así lo entendieron los Padres apostólicos…” (Los Papeles de Benjamín
Benavides,
p.418).
“El milenarismo ingenuo, aún no teológico, fue la opinión de la
primitiva Iglesia,
como se puede colegir de sus expositores primeros, ‘de grandes varones
de Iglesia
y numerosos mártires’, para usar la fórmula de su mismo encarnizado
adversario
San Jerónimo” (Ibídem, p.413).
“En el siglo primero todos los testimonios que se refieren a los
últimos días hablan
milenísticamente: en este tiempo no aparece ningún antimilenismo” (La Iglesia
Patrística y
la Parusía, p. 303).
“Siglo segundo. Más rico en testimonios acerca de la Parusía que el
primero. En el
surge a escena el Apokalipsi y suministra nuevos elementos al milenio
mismo”
(Ibídem,
p.304).
“Así entendieron ese capítulo casi todos los padres de los cuatro
primeros siglos,
desde el primer siglo en que todavía vivían los Apóstoles. Creían
tranquilamente
que iba a haber un Reino de Mil Años; y que la Iglesia va a ser en él
sumamente
próspera y va a ser regida de hecho por Jesucristo, después de la
Parusía, o sea
después de que Jesucristo haya bajado a vencer el Anticristo” (P. Castellani,
Catecismo
para Adultos, ed. Patria Grande, Bs. As. 1979, p.176).
Más adelante
el P, Castellani refiriéndose al Padre Florentino Alcañiz dice: “Hizo
su tesis en Roma de Doctor en Escritura Sacra sobre ‘La Iglesia
Patrística y la
Parusía’, a la cual ya me referí, y la traduje al castellano porque él
me pidió que lo
hiciera y me regaló su libro, lo modifiqué un poco, lo amplié y está
impreso. Ahí él
hizo un trabajo minuciosísimo sobre todos los Padres de los primeros
siglos de la
Iglesia, hasta el siglo V y resulta que en el siglo I, todos sin
excepción, eran
milenistas y después en el siglo II, III, IV, V, fueron disminuyendo,
sobre todo
después de la exégesis de San Agustín muchos abandonaron la idea
milenista y se
hicieron alegoristas. Al final hace un esquema donde pone a los Santos
Padres por
orden, por siglos y por fechas, donde uno ve que la tradición de la
Iglesia entonces
era el milenismo espiritual que dicen ahora. Por eso digo yo que jamás
va a
condenar la Iglesia el milenismo espiritual, porque eso sería cortar
la rama donde
está sentada; porque ella está sentada sobre la Tradición” (Ibídem, p. 180-181).
“Pero hoy día hay una especia de conjura que impide la exégesis
antigua y vuelve
de hecho obligatoria la alegórica de San Agustín por medio de castigos
o
amenazas” (Ibídem, p. 179-180).
“Pero el Milenarismo y antimilenarismo representan en la realidad
histórica
hodierna dos espíritus, dos modos de leer la Escritura y de ver en
consecuencia la
Iglesia y el mundo, De ahí la lucha” (Los Papeles. p. 412).
Y así,
poniendo el dedo en la llaga, el P, Castellani expresa: “! Dios mío! En
suma:
es la vulgar actitud conciliadora y contemporizadora del ‘evolucionismo
teológico’, la herejía más difundida y menos conocida de nuestros
días; que tiene
como raíz el no pensar en la Parusía ni tenerla en cuenta, ni creerla
quizá, sin
negarla explícitamente; polarizando las esperanzas religiosas de la
humanidad
hacia el foco del ‘progresismo mennesiano* ’ ” (Ibídem p.312).
P. Basilio
Méramo
Bogotá, 1o de diciembre de 2014