San Juan Apocaleta



Difundid Señor, benignamente vuestra luz sobre toda la Iglesia, para que, adoctrinada por vuestro Santo Apóstol y evangelista San Juan, podamos alcanzar los bienes Eternos, te lo pedimos por el Mismo. JesuCristo Nuestro Señor, Tu Hijo, que contigo Vive y Reina en unidad del Espíritu Santo, Siendo DIOS por los Siglos de los siglos.












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lunes, 24 de noviembre de 2014

ANTIAPOCALI􀆵PTICAMENTE JUDAIZANTES ( El R.P Basilio Méramo)

Las febriles arremetidas de las páginas de internet Syllabus y Non Possumus que
amparados y respaldados por Mons. Williamson, no ocultan su visceral y estulta
posición antiapocalíptica y antisedevacantista; no quieren admitir la evidencia de los hechos de la hora presente, que desde el retorno del pueblo elegido a Tierra Santa en 1948 con la erección del Estado de Israel, son eminentemente apocalípticos. Se está cumpliendo lo dicho y profetizado por el P. Castellani: “Eso de llamar Dios a Cristo no distingue hoy más a los cristianos de los herejes: estos hoy día no tienen reparo en hacerlo pero han enturbiado el nombre; se ha gastado el cuño de la moneda. Lo que distingue a los verdaderos cristianos, es que esperan la Segunda Venida”. (Los Papeles de Benjamín Benavides, ed. Dictio, Bs.As. 1978, p.426).

“Los fieles de los últimos tiempos sólo se salvarán por una caridad inmensa, una fe heróica y la esperanza firme en la próxima Segunda Venida”. (Ibídem, p.135).
Jerusalén será hoyada por los gentiles: “Jerusalén será pisoteada por los gentiles
hasta que el tiempo de los gentiles sea cumplido” (Luc. 21,24) y esto siempre ha sido interpretado por los exégetas que sucederá hacia el fin de los tiempos apocalípticos poco antes de la Parusía, pero por su afán de orgullo frustrado, son impelidos en una ilusoria reconquista falsa y quijotesca por no decir grotesca; y qué más judaizante que esa falsa restauración progresista nos advierte el P. Castellani: “Pero ¿qué cosa más judaizante que esperar un gran triunfo de la Iglesia antes de la Segunda Venida del Cristo? El actual socialismo comunista, por ejemplo, es netamente milenista carnal (y ateo), es decir, ‘judaizante’ ”. (El Apokalypsis de San Juan, ed. Paulinas, Bs.As. 1963, p.87).

El origen de la falsa restauración está expuesto claramente aquí: “Doctores de la Fe
se pretenden estos, y son tenidos de muchos por tales; incluso publican libros con
aprobaciones episcopales, en gran peligro de ser engañados andan hoy los fieles.
Uno de ellos muy famoso del siglo XIX (y muchos dellos hoy día) enseñó que la
Iglesia antes del Juicio Universal tiene que llegar a un triunfo y prosperidad
completos en que no quedará sobre el haz de la tierra un solo hombre por convertir (‘un solo rebaño y un solo Pastor’) y sin más ni más se cumplirán todas las exuberantes profecías viejotestamentarias. De acuerdo a algunas profecía
privadas, se imaginan al Papa, (‘al Pastor Angelicus’ que debería haber sido Pío
XII) reinando sobre todo el mundo apoyado en un Monarca Católico vencedor (que los franceses dicen será francés ¡Enrique V¡ o ¡Luis Carlos I!, pues hasta el nombre le saben, los alemanes que será alemán, etc.) el cual sin embargo mandará menos que el Papa, pues el Papa mandará en todo el mundo; y así en Santas Pascuas y grandes fiestas ¡hasta la resurrección de la carne¡ y después a mayores fiestas… el mismo sueño carnal de los judíos, que los hizo engañarse respecto a Cristo. Estos son milenistas al revés. Niegan acérrimamente el Milenio metahistórico, después de la Parusía, que está en la Escritura; y ponen un Milenio que no está en la 2 Escritura, por obra de las solas fuerzas históricas, o sea una solución infrahistórica de la Historia; lo mismo que los impíos ‘progresistas’, como Condorcet, Augusto Comte y Kant; lo cual equivale a negar la intervención sobrenatural de Dios en la Historia; en el fondo, la misma inspiración divina de la Sagrada Escritura”.
(Ibídem, p.366-367).
Contra este triunfo y restauracionismo iluso el antídoto lo tenemos en el Apocalipsis:
“El Apokalypsis es el único antídoto actual contra esos ‘pseudoprofetas’ ”. (Ibídem,
p.367).
Por eso como judaizantes lo combaten febril y frenéticamente. Eso demuestra en el
fondo a qué intereses sirven y para quiénes trabajan y como hace ver el P. Castellani  al decir: “No se puede. El que ‘deja allí’ el Apokalypsis canónico, cae en los Apokalypsis falsos”. (Ibídem, p.367). 

Esto explica la insistencia y persistencia de un Monseñor Williamson y de su ciego
séquito en avalar apariciones de dudosa legitimidad como Akita, Valtorta y ahora la
americana Anderson y su visceral urticaria por todo lo apocalíptico según las
Escrituras.

Por eso podemos decir entonces, Non Possumus, no podemos, no se puede ni se debe ser antiapocalíptico.
El triunfo temporal de la Iglesia tiene su origen en Pedro Galatino: “Esa leyenda
medieval de que vendría un tiempo de ‘inimaginable’ esplendor y triunfo de la
Iglesia, por medio de un gran rey un Pontífice, comparable a un ángel, que inspiró numerosas profecías privadas, no tiene fundamento escriturístico ni de ninguna clase, es una ilusión poética. Parece ser fue inventada en el siglo XV por el monje Petrus Galatinus en su libro ‘De arcanis Fidei mysteriis contra Iudaeos’ ”. (Ibídem,  p. 56-57). Sí contra los judíos pero no por eso dejó de ser un cabalista y judaizante.

Pues abemos por boca del P. Julio Meinvielle que Pedro Galatino es un cabalista, y
por lo tanto un gnostico judaizante: “Con Pico de La Mirándola y Reuchlin, a quienes no es posible separar, la Cábala entra triunfante en la Cristiandad. Pero con el De arte cabalística estamos ya en 1517, cuando Italia conoce la extraordinaria generación de Galatino (1460-1540), Justiniano (1470-1536), Jorge de Venecia (1460-1540), Pablo Ricci (+1541), cardenal G. P. de Viterbo (1465-1532), para no citar sino a los más eminentes representantes de la Cábala cristiana”. (De la Cábala al Progresismo, ed. Calchaquí, Salta 1970, p. 219).
Galatino lleva el apellido de los Colonna (Columna), de esa poderos familia: “Pedro
Galatino fue un franciscano, Pedro Columna, que tomó ese nombre. Su obra De
arcanis, fue muy difundida con el renacimiento”. (Ibídem, p.221).

Los antimilenaristas por asombroso, paradójico e increíble que parezca, son
milenaristas al revés (o invertidos): “Un último punto curioso deseo brevemente
revelar: muchos de los actuales alegoristas, sino todos, son en el fondo milenistas
carnales. En efecto, negando el postparusíaco Reino de Cristo, se ven obligados a
reponer el cumplimiento de las profecías en un futuro gran triunfo temporal de la
Iglesia antes de la Segunda Venida; o sea, en una ‘Nueva Edad Media’ (Berdiaeff y también R.H. Benson en ‘The Dawn of All’) con el Papa como Monarca temporal universal, comandando ejércitos de alegres (josistas) en bicicleta y camiseta de sport… coinciden con el sueño de la Sinagoga antes de la Primera Venida.

Coinciden también el haz con la extraña visión de milenismo ateo de Carlos Marx;
no menos que con la barrocas promesas de la muy extendida secta protestante
judaizante llamada en Norteamérica ‘La Nueva Dispensación’. Son todos pájaros
de la misma pluma”. (La Iglesia Patrística y la Parusía, Alcañiz-Castellani, ed.
Paulinas, 1962, p.353).

No nos quepa lugar a dudas, la única y verdadera restauración (apocatástasis o
palingenesia) es por mano divina, no humana, es por intervención divina directa, lo
cual requiere o produce un corte en la historia, y eso sólo puede ser producido por la Parusía: “… pero también y paralelamente, el proceso de defensa y de final
Restauración, dependiente no de las fuerzas humanas sino de la potencia
suprahistórica que gobierna la historia; la cual debe ser por hipótesis
infaliblemente triunfante”. (El Apok. p.374).

Así los Restauracionistas soñadores e ilusos o quizás mejor sonámbulos (pues van
caminando dormidos por la vida) preparan el reino Anticristo: “Hoy en día
muchísimos católicos, incluso escritores, incluso predicadores, incluso sabios como  Berdaieff, o Dawson, sueñan con una especie de gran triunfo temporal de la Iglesia vecino a nuestros tiempos y anterior a los Parusíacos. En eso soñó León Bloy, y Veuillot y Helo y toda la escuela de apologistas románticos franceses, comenzando por Chateaubriand y Lammenais. En eso sueña Papini. ¿Y es otra cosa que eso el  fondo del llamado mensaje del gran orador Milanesi? ¿Y es eso otra cosa que un milenarismo anticipado, que tan imaginario y mucho menos fundado que el mío?...

Yo por lo menos no sueño en el vacío. Es verdad –dijo don Benya– nuestra época
está llena de profetismo como todas la épocas de crisis, porque queremos saber a
dónde vamos, pues sin saber a dónde va, nadie puede dar un paso. Y los profetas
de hoy se dividen rigurosamente en dos: los que creen que los actuales son dolores
de parto y los que los creen dolores de agonía; los cuales remiten el enfantement de la Nueva Era o después de la Parusía… Los primeros preparan el Anticristo –dijo ferozmente el otro–. Los segundos creen en Cristo”. (Los Papeles de Benjamín
Benavides, p.387).

El falso argumento antisedevacantista basado en que las puertas del infierno no
prevalecerán contra la Iglesia, está mal traído, pues eso no impide que un Papa se
desvíe de la fe y sea un hereje o un apostata, interpretando mal e idolátricamente el
dogma de su infalibilidad, cayendo en esa herejía prevista por el P. Le Floch, quién
fuera el rector del Seminario Francés en Roma en la época cuando Mons. Lefebvre
era uno de sus seminaristas.

El P. Le Floch afirmaba en 1926 (casi proféticamente podemos decir hoy): “La herejía que viene será la más peligrosa de todas, ella consiste en la exageración del respeto debido al Papa y la extensión ilegítima de su infalibilidad”, tal cual pasa hoy. De otra parte pretenden garantizar contradictoriamente la indefectibilidad de la Iglesia y su visibilidad y existencia con un Papa que pontifica en el error y la herejía juntamente  4  con toda la Jerarquía oficial, lo cual es absurdo y contradictorio, no puede haber Iglesia en esta tierra sin fe, que visibilidad puede haber en el error y la herejía, que indefectibilidad sin verdad ni fe, imposible. Pretenden tener una visibilidad de la Iglesia representada por una jerarquía cismática, herética o apóstata, olvidándose  que sin fe no hay Iglesia Militante es aberrante. Además no se percatan que las  puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia por lo mismo que Nuestra Señora en Fátima dice: al fin mi Inmaculado Corazón triunfará, y este triunfo es  inseparable del triunfo de su divino Hijo el día de su Parusía, cuando venga como Rey con todo el poder de su Gloria y Majestad.

Se olvidan de lo que dijo al respecto de la visibilidad de la Iglesia Mons. Lefebvre:
“No somos nosotros, sino los modernistas que salen de la Iglesia. Entre a decir ‘salir de la Iglesia visible’ es equivocarse asimilando Iglesia oficial a la Iglesia visible. (…) ¿Salir, por lo tanto, de la Iglesia oficial? En cierta medida, sí obviamente”. (Fideliter n° 66 Noviembre-Diciembre 1988). Y mas tarde: “Es increíble que se pueda hablar de Iglesia visible en relación a la iglesia conciliar y en oposición con la Iglesia católica que nosotros intentamos representar y seguir. No digo que seamos la Iglesia católica nunca lo he dicho, nadie me puede acusar de haberme tomado por un Papa, nosotros representamos de verdad la Iglesia católica tal como era antes puesto que seguimos eso que siempre ha hecho. Somos nosotros quienes tenemos las notas de la iglesia visible: la unidad, la catolicidad la apostolicidad, la santidad. Eso es lo que constituye la Iglesia visible”. (Fideliter n° 70 Julio-Agosto 1989).

¿Qué Iglesia puede ser representada por los herejes apóstatas y cismáticos en
ruptura con la Sacrosanta Tradición Católica? Por algo las Escrituras hablan de un
pequeño rebaño fiel y así también decía el Cardenal Pie: “la Iglesia será reducida a
proporciones individuales y domésticas”. (Le Cardinal Pie de A á Z - Textes
Sélectionnés et Classés par Jaques Jammet, Editions de París 2005, p. 187).
A los falsos discípulos y traidores que niegan el reconocer que vivimos en tiempos
apocalípticos, además de lo que dijera en su primera Encíclica E Supremi  postolatus San Pío X, que veía próxima la aparición del Anticristo, si era que ya no
había nacido: “Es indudable que quien considere todo esto tendrá que admitir de
plano que esta perversión de las almas es como una muestra, como el prólogo de los males que debemos esperar en el fin de los tiempos; o incuso pensara que ya habita en este mundo el hijo de perdición de quien habla el Apostol”.
Mons. Lefebvre nos precisa en el mismo sentido al ver la crisis actual: “Este
sacudimiento de la fe parece preparar la venida del Anticristo, según las
predicciones de San Pablo a los Tesalonicenses y de acuerdo a los comentarios de
los Padres de la Iglesia”. (Carta a los fieles con ocasión de la Cuaresma, 25 de enero
de 1987).

Hoy se parece olvidar lo que ya en su momento dijo Mons. Lefebvre sobre la
apostasía de Roma: “Lo que interesa a todos ustedes es conocer mis impresiones
después de la entrevista con el Cardenal Ratzinger el 14 de Julio último.
Lamentablemente debo decir que Roma ha perdido la fe, Roma está en la apostasía, estas no son palabras en el aire, es la verdad: Roma está en la apostasía”.  5 

(Conferencia Retiro Sacerdotal Ecône, 4 de Septiembre de 1987). Y esta alusión no
es a los habitantes de Roma, como dice Non Possumus y el Syllabus.
No sólo la apostasía fue señalada por Mons. Lefebvre, sino el cisma y la herejía: “Nos encontramos verdaderamente frente a un dilema gravísimo, que creo no se planteó jamás en la Iglesia: que quien está sentado en la Sede de Pedro, participe en cultos de falsos dioses; creo que esto no sucedió jamás en toda la historia dela Iglesia. ¿Qué conclusión deberemos quizás sacar dentro de algunos meses antes estos actos repetidos de comunión con falsos cultos? No lo sé. Me lo pregunto. Pero es posible que estemos en la obligación de creer que este Papa no es Papa. No quiero decirlo aún de una manera solemne y formal, pero parece, sí, a primera vista, que es imposible que un Papa sea hereje pública y formalmente”. (Sermón del Domingo de Pascua del 30 de Marzo de 1986).

Quince días después, a la entrada las vacaciones de Pascua, les dice a los
seminaristas: “Entonces el problema se plantea. Primer problema: La comunicatio in sacris. Segundo problema: la cuestión de la herejía. Tercer problema: ¿el Papa es un Papa cuando es hereje? ¡Yo no sé, no zanjo! Pero pueden plantearse la cues tión ustedes mismos. Pienso que todo hombre juicioso debe plantearse la cuestión, No sé. Ahora, ¿es urgente hablar de esto? Se puede no hablar, obviamente.

Podemos hablar entre nosotros, privadamente, en nuestras oficinas, en nuestras
conversaciones privadas, entre seminaristas, entre sacerdotes. ¿Es necesario
hablar a los fieles? Muchos dicen, no, no habléis a los fieles. Van a escandalizarse,
eso va a ser terrible, eso va a ir lejos. Bien, yo dije a los sacerdotes en Paris cuando los reuní, luego a vosotros mismos, ya os había hablado, dije, pienso que, muy suavemente es necesario, a pesar de todo, esclarecer un poco a los fieles, no digo que sea necesario hacerlo brutalmente, lanzar eso como un condimento a los fieles para asustarlos, no. Pero pienso que, a pesar de todo, es una cuestión precisamente de fe. Es necesario que los fieles no pierdan la fe. Estamos encargados de guardar la fe de los fieles, de protegerla. Van a perder la fe, incluso nuestros tradicionalistas no tendrán ya la fe en Nuestro Señor Jesucristo. ¡Ya que esta fe se pierde! Se pierde en los sacerdotes, se pierde en los obispos”. (Conferencia en Ecône 15 de Abril de 1986).

Sobre el cisma en la misma conferencia dice: “Y se dice: Monseñor va a hacer un
cisma ¿pienso pero quién hace cisma? No soy yo. Para hacer un cisma es necesario dejar la Iglesia y dejar la Iglesia es dejar la fe, en primer lugar. ¿Quién deja la fe de la Iglesia? La autoridad está al servicio de la fe. Si ella abandona la fe, es ella quien hace cisma. Entonces no somos nosotros quienes hacemos cisma”.
Creo que a esta altura de los acontecimientos y como broche de oro de toda esta
apostasía, con las palabritas de Francisco, no nos debe de quedar ninguna duda y
cada uno tiene derecho de sacar las conclusiones y consecuentemente y en
consciencia, como el mismo Mons. Lefebvre nos lo acaba de manifestar, toda
persona juiciosa puede hoy afirmar como conclusión teologica que la Sede está
Vacante, ocupada por un usurpador, que representa no a la Iglesia católica sino a la
contraiglesia del Anticristo, sinagoga de Satanás, pues solo así se puede explicar que diga. “Yo creo en Dios, no en un Dios católico, no existe un Dios católico. Existe Dios”
6
(Entrevista entre Bergoglio y Scalfari para La República, Martes 1 de Octubre de
2013) Si esto no es herejía y no es un apostasía, díganme entonces qué es.
Esta es la hora de la verdad: Sí, sí, No, no, y toda otra cosa proviene de Satanás padre de la mentira.

La Iglesia será eclipsada y Roma perderá la fe, así lo dijo Nuestra Señora en La
Salette, y esto es un hecho consumado.


P. Basilio Méramo

Bogotá, 23 de Noviembre de 2014