La Arquidiócesis Primada de México cuestionó la resolución de la Suprema Corte de declarar la constitucionalidad de estas uniones.
La Arquidiócesis Primada de México que encabeza el Cardenal Norberto Rivera Carrera se pronunció este domingo en contra de la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que declaró la constitucionalidad de los matrimonios entre personas del mismo sexo, calificándola de aberrante.
En un pronunciamiento leído por un matrimonio católico al final de la misa dominical en la catedral metropolitana, el cardenal rivera aseguró que: "las uniones de facto o legaloides de personas del mismo sexo son intrínsecamente inmorales, pues contradicen el proyecto divino y desvirtúa la naturaleza del matrimonio elevado por Cristo a la dignidad de sacramento".
"Ante el aberrante juicio de constitucionalidad que avala la inmoral rerfoma de ley que permite las uniones entre personas de mismo sexo- abusivamente llamado matrimonio- por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la Iglesia no puede dejar de llamar mal al mal", señala el texto leído por Dennise Herington y Cruz Huelitl.
El pronunciamiento señala que "tal actividad inmoral' jamás podrá ser equivalente a la expresión sexual del amor conyugal, pues pone en peligro la dignidad y los derechos de las familias que constituyen el bien común de la sociedad.
"Las injusticias cometidas contra las personas homosexuales nunca serán una justificación para conceder falsos derechos que, por si fuera poco, afectarán a niños inocentes, a quienes se les negará el derecho de tener una madre y un padre para su adecuado desarrollo moral y psico afectivo", sostiene el texto del Cardenal.
Agrega que es su deber como Pastor de la Arquidiócesis primada de México hacer un llamado al pueblo de Dios a que de muestra de bondad y misericordia hacia las personas homosexuales, siguiendo el ejemplo de Jesucristo, "que no vino para condenar sino para salvar".
El Cardenal explica en el texto que si bien la Iglesia debe respetar las leyes civiles, tiene el deber moral de no hacer vanos los mandamientos de Dios y "evitar caer en permisivismos que lesionan los derechos fundamentales de nuestra fe y el valor precioso de la familia".
Agrega que esta institución hoy es objeto de ataques y banalización como si hubiera la "intención perversa de intereses oscuros" por destruirla y con ello orillar al país, ya herido por la violencia, y la descomposición social, a su ruina.
El texto del Cardenal califica de absurda la ley que reconoce los matrimonios homosexuales podrá ser legal pero nunca moral, y exhorta a los fieles católicos a estar consciente del valor inigualable de la familia, que es fundamento de la vida y del amor.
Les pide tambíen seguir elevando sus oraciones por los gobernantes mexicanos para que, a ejemplo de Santo Tomás Moro, sepan servir no al poder sino al supremo ideal de justicia, tutelando la familia, el derecho a la vida desde su gestación, la dignidad de la persona, la justicia social y la paz.
En el texto, el Cardenal pide que la Ley de Cristo sea la ley suprema que libre a los cristianos del poder del maligno, "presente en la violencia exacerbada que se inicia con la eliminación de los más desprotegidos en el vientre de sus propias madres y se multiplica en el crimen organizado y en legislaciones inmorales que sirven como su instrumento".
Al término de la lectura, los asistentes a la Misa celebraron con un aplauso el texto.