San Juan Apocaleta



Difundid Señor, benignamente vuestra luz sobre toda la Iglesia, para que, adoctrinada por vuestro Santo Apóstol y evangelista San Juan, podamos alcanzar los bienes Eternos, te lo pedimos por el Mismo. JesuCristo Nuestro Señor, Tu Hijo, que contigo Vive y Reina en unidad del Espíritu Santo, Siendo DIOS por los Siglos de los siglos.












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"Sancte Pio Decime" Gloriose Patrone, ora pro nobis.





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miércoles, 18 de febrero de 2009

Respuesta de Monición Canónica

Orizaba, 11 de Febrero de 2009
Estimado Padre Mario Trejo:


Ante su Monición Canónica, siendo ésta firmada por usted, y no por el Superior General como debería ser, me permito precisarle:

1.- Que adolece de competencia, pues la supuesta falta, no tiene que ver con el Distrito de México sino directamente con el superior General y estimo que él es la única instancia que para tal caso tenga autoridad y competencia, y si usted actúa como legado (simple intermediario ó instrumento) esto debe quedar específicamente mencionado, de lo contrario esta actuando fuera de su competencia pues, una Monición en vías de una expulsión únicamente es de la competencia del Superior General (que cobardemente no quiere dar la cara estampando su firma), y no de un simple Superior de Distrito del cual se vale utilizándolo de pantalla, y que tendrá que rendir cuentas ante Dios y la Iglesia el día del Juicio. Le recuerdo que mi carta es del 26 de enero (como usted mismo lo señaló), luego, ni la carta del Superior General del 31 de enero ni su supuesta última prohibición del 29 que fue en realidad el 30 por teléfono desde la Argentina) vienen a cuento, son posteriores y a nadie se le puede imputar en tal caso, a menos


2.- Impugno además la Monición, pues se trata de una cuestión Teológica-Religiosa y no de una falta jurídico-disciplinar. Además apelo haciendo recurso a Roma (con lo cual jurídicamente queda suspendida la cuestión) y esto de modo indeterminado, pues la Roma eterna está hoy invadida por indignos personajes que no cumplen su deber ex oficio confirmando a los fieles en la fe sino que hacen todo lo contrario para corromper, prostituir y violar la fe pura y virginal cual anticristos, y esto para colmo, como si fueran Dios, es decir, en el nombre de Dios, habrase visto mayor abominación y desolación en lugar santo, haciéndose además adorar como Dios, o sea, con el poder y la autoridad divinas, invertidas.

3.- Mi actitud no es de Rebelión, pues no soy ningún rebelde ni subversivo sino un sacerdote fiel a Cristo y a su única y verdadera Iglesia Católica Apostólica y Romana fuera de la cual no hay salvación, y que fiel a su orden sacerdotal, no se adhiere a quienes hoy son sus indignos representantes, en contubernio con los poderes de este mundo y la están crucificando cual Cristo en su cuerpo místico. No se trata de desobedecer sino de fidelidad en la defensa intransigente contra el enemigo y contra el error, aunque aprovechan la investidura de la jerarquía para imponer cual golpe maestro de Satanás, como decía Mons. Lefebvre “la desobediencia por la obediencia” decir non posumus es no querer hacerse cómplice y es señalar el error de los que obstinadamente se suman a éste bajo apariencia de bien y traicionándose así el heroico y glorioso combate de la Tradición contra el Modernismo.

4.- Usted habla de conversaciones que tuvimos y de “la última prohibición hecha el jueves 29 de enero”. Estas conversaciones fueron por teléfono y usted estaba de vacaciones por la Argentina y habíamos convenido y usted mismo aceptado que el problema era con la Casa General y directamente con el Superior General Mons Bernard Fellay y no con el Distrito de México ni con usted como Superior del mismo. Usted mismo envió una carta el 26 de enero desde allá para informar a todos los Padres del Distrito de México que el asunto quedaba a cargo de la Casa General, reconociendo por lo mismo que usted declinaba toda autoridad y competencia frente al mismo.

5.- Además sobre el punto de guardar silencio en los medios de comunicación masivos (a menos que se juegue con las palabras) estaba dirigido específica y exclusivamente en torno al caso de Mons. Williamson y nada más.

6.- Nadie puede por otra parte, por muy Superior que sea, anular (como argumento ad hominem) el derecho fundamental de libre expresión en este mundo democrático y liberal. Se habla mucho de los derechos del hombre y se suprime la libertad de la Verdad que nos hace libres. Que hipocresía, que cinismo, que fariseísmo atroz y vergonzante cuando esto pasa en el ámbito eclesial.

De nada le valen sus argumentaciones basadas mediocre y deficientemente en algunos artículos del Derecho Canónico, que está para el bien de las almas y su salvación, no para castrar el bien común el bien de la Justicia y la Verdad Eterna.

Mis escritos no pueden ser prohibidos sin un juicio teológico y filosófico competente es decir, peritos en la materia y donde se me pruebe error en la fe ó que contengan herejías.

La obediencia mi estimado Padre, no es la obsecuencia estulta y servil de las personas sino la sumisión a los superiores legítimos que saben gobernar con autoridad paterna y llevar a las almas a Dios que es la Suma y Eterna Verdad. Fuera de ese contexto no hay legítima obediencia debida a ningún hombre, pues primero hay que obedecer a Dios que a los hombres, como lo dijo san Pedro.

Por último, si lo que queréis es acumular excusas para expulsarme, no hacen falta argumentos canónicos farisaica e injustamente esgrimidos, para darle un barniz de aparente legalidad y de justicia, sino franca y directamente decir el verdadero motivo.

Si me expulsáis es porque no comparto ni compartiré la traición de poner la gran Obra de Mons Lefebvre, la Fraternidad y a todos los fieles tradicionalistas a los pies de Roma Modernista, Protestantizada y Apóstata.

Todo esto es ponerse al servicio del príncipe de este mundo y sus secuaces enemigos de la Verdadera y Única Iglesia de Cristo que es hoy perseguida por el Dragón y su Pseudo Profeta, siendo reducida a un pequeño rebaño fiel disperso por el mundo esperando la gloriosa venida de Cristo Rey.


Basilio Méramo Pbro.