San Juan Apocaleta



Difundid Señor, benignamente vuestra luz sobre toda la Iglesia, para que, adoctrinada por vuestro Santo Apóstol y evangelista San Juan, podamos alcanzar los bienes Eternos, te lo pedimos por el Mismo. JesuCristo Nuestro Señor, Tu Hijo, que contigo Vive y Reina en unidad del Espíritu Santo, Siendo DIOS por los Siglos de los siglos.












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"Sancte Pio Decime" Gloriose Patrone, ora pro nobis.





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viernes, 25 de marzo de 2016

CONSUMATUM EST?

     
     AVE MARIA PURISSIMA
     SINE LABE ORIGINALI CONCEPTA


     Datos curiosos para esta semana Santa,  El hecho de que convergen en este Viernes Santo,  25 de Marzo del 2016, precisamente el día de Hoy tanto el Vienes Santo, como la festividad de la Encarnación del Divino Verbo,  que además se debe aderezar con que también convergen en este dia, el 25° aniversario luctuoso de S.E.R. Mons. Marcel Lefebvre de Santa memoria: Con la particularidad de que el pasado 25 de Marzo del año 2005 ocurrió mientras JP2, se encontraba hospitalizado y proximo a su muerte, mientras que el "Cordenal" RataSinger presidia el "via crucis" en el circo romano, esto aunado a que aunque oculto, el hecho de que el próximo día 2 De Octubre de los corrientes, la creación alcanza sus 6,000 años,

     Y tomando en consideración (solo para quienes tienen ojos)  que el Un tiempo (Paulo 666) , Dos tiempos (JP1 y JP2) y medio tiempo mas (De la Rata Cantante), quien dicho sea de paso, tuvo casi 8 años de pontificado Anticristiano, y fungió tanto como profeta (en el novus ordo) y del  AntiCristo, (JP2),  como el séptimo rey del "vatidillo" acorde a la revelación, de manera "compartida" con el "Pedro Romano" (por su invalida ordenación), quien a partir de su "elección" el 13 del 03 del 2013 que desde esa fecha, los 1290 días que señala el Santo Profeta Daniel, se cumplen el 28 de Diciembre, también de este año,  y los 1335 días del Mismo Santo Profeta se cumplen el 11 de Febrero del próximo 2017, año repleto de centenarios como los de Fátima, y otras cosas "curiosas" como los 70 años de la promulgación de Israel como estado, la séptima semana del Santo Profeta Daniel,  los 100 del milagro del Sol de Fátima, y todo esto  en la conjugación de las profecías de los lemas de San Malaquías,  Lo mas probable Y POR LO MENOS,  es que no tenga lugar para el universo una semana santa IGUAL A ESTA, sobre todo, porque no solo la encarnación del Divino Verbo, si no su muerte, tuvieron lugar precisamente en un dia como hoy, y nunca obviamente, pudo haber convergido con el citado aniversario luctuoso del fundador de la "otrora" Fraternidad Sacerdotal San Pio X en este marco de los 6000 años de la Creación;   (Hoy fornicaternidad de sat felon ajenjo  y la falsa resistencia del hijo de willy). Y aquí distingase de manera preponderante, las diferencias entre la abominación (Ab Homine) desoladora (causaría desolación), del herético conciliábulo vatidillo II, a diferencia de la GRAN ABOMINACIÓN DE LA DESOLACIÓN, (esta ultima, la de felón y Williamson;  son consecuencias),  tan es así  que para que pudiera perfeccionarse tanto la profecía del Santo Profeta Daniel, como el mismo Apocalipsis,  era menester que para los últimos tiempos, los judas modernos,  pudieran regocijarse en la sangre del Cordero,  cosa que la iglesia del AntiCristo, ya NO poseía.

SEA PARA GLORIA DE DIOS

Sermón de Viernes Santo


Amados hermanos en nuestro Señor Jesucristo:
Que esta Semana Santa nos sirva como medio para acercarnos más a nuestro Señor. Vemos el altar despojado, desolado, desnudo; no hay Santísimo, se le hace a la Cruz velada una reverencia profunda.

Después de la adoración, en que se devela la Cruz y todas las cruces, se le debe una genuflexión en honor a nuestro Señor. Hay una significación profunda de esta desolación del altar y no es únicamente lo que mira al pasado; ciertamente lo es la desolación por la muerte de nuestro Señor, los tres días que duró en la tumba, aunque no tres días de veinticuatro horas, pero sí tres en la manera de contar de los judíos; ese desamparo tiene un significado que no dudo en llamar apocalíptico, profético, porque no solamente mira hacia atrás sino hacia adelante, hacia el futuro, hacia el fin de los tiempos.

La Iglesia nos está predicando a través de esa aflicción de Semana Santa y de ese vaciamiento del altar, del sagrario, de esa velación de Cristo, de las imágenes, el eclipse de la Iglesia al fin de los tiempos. Y lo digo con todo el énfasis que le pueda dar y mucho más, para que se les grabe, porque esta verdad ha dejado de ser explícitamente enseñada por la Iglesia a través de la predicación, por falta de ese tesón profético, apocalíptico, y en vez de prepararnos, vamos a encontrarnos como sin saber qué hacer cuando llegue la hora, la de las tinieblas que están presagiadas en este altar vacío, sin Cristo; será la hora de Satanás, de la herejía, de la gran apostasía, de la abominación en el lugar santo.

Todo eso tiene una connotación y una realidad apocalípticas para los últimos tiempos, que hoy, nos gusten o no, nos toca vivir, sin saber cuándo sea exactamente ni el día ni la hora, pero cuando veamos los árboles reverdecer como la higuera sabremos que ya está a las puertas. Nadie sabe el día en que se va a morir, pero cuando vemos que alguien cae gravemente enfermo ya pensamos en la muerte; del mismo modo sin saber el día ni la hora, nuestro Señor, la Iglesia, nos prepara para la segunda venida de nuestro Señor. Pero antes de ésta, ese reino de nuestro Señor que pedimos en cada Padrenuestro, porque si fuese el reino del Sagrario no hay que pedirlo, ése lo tenemos todos los días; si es la Iglesia, esa la tenemos diariamente mal que bien, pero el reino de la plenitud de Cristo no solamente de derecho, sino de hecho, cuando todos los pueblos, todas las naciones adoren al verdadero Dios, ese es el reino que estamos pidiendo en el Padrenuestro.

Pero antes de que venga habrá una falsificación, reino ficticio, una falsa paz, un falso cristo que es el anticristo que propugna el judaísmo por no haber aceptado a nuestro Señor; por eso Él les dijo que a Él, que no venía en su nombre propio sino en el de su Padre no lo aceptaban, pero que a aquel, el otro, ese que vendrá en su propio nombre, sería aceptado como rey de los judíos. A esa instauración, duplicidad, falsificación de Cristo y de la Iglesia de nuestro Señor es a la que se encamina la obra mancomunada de hoy entre los poderes ocultos que detentan los resortes del mundo.

Debemos, pues, estar preparados para reconocer la verdadera faz de la Iglesia de Cristo y para que no claudiquemos dentro de una falsa Iglesia, dentro de un falso Cristo, cayendo así en la abominación de la desolación, adorando un dios impostor. Eso no se enseña desde hace mucho tiempo por ignorancia, por ceguera, por cobardía, por estupidez del clero comprometido con los reyes de este mundo, con los poderes de esta tierra. A eso se debe la decadencia dentro de la jerarquía de la Iglesia, que ha sido instaurada por nuestro Señor para defender la verdad y no para que ceda ante ella y por eso ese oscurecimiento de la Iglesia hacia el fin de los tiempos, presagiada, prefigurada en la liturgia de cada año en Semana Santa. Por ello no es simplemente un hecho del pasado que evocamos, sino que también apunta hacia la segunda venida de nuestro Señor, sin la cual la primera no tendría su coronamiento, su perfección, su plenitud.

Por haber sido castrado el aspecto profético apocalíptico en la mentalidad del clero dirigente de la Iglesia desde hace muchos años, vivimos en esta confusión, en esta anemia sobrenatural, viendo languidecer la fe y la verdad, para que se predique otra religión en nombre de Cristo pero sin Él, sin Cruz, sin su divinidad. Si hoy se confesara lo celestial de nuestro Señor no se aceptaría como doctrina común que las falsas religiones sean también caminos de salvación, porque la verdad excluye el error y éste está hoy siendo propagado a través de ese ecumenismo que pone en el mismo plano de igualdad a nuestro Señor y a su Iglesia con las doctrinas infieles, como nos lo dice el salmo 95,5: “Pues todos los dioses de los gentiles son demonios”16.

La religión de los gentiles (y estos en el Antiguo Testamento son los pueblos que no tienen la revelación que era el patrimonio del pueblo elegido, del pueblo judío) tiene por padre a Satanás. ¡Y que ahora se viene a decir y creer lo contrario! Esa es una prueba entonces de la gran falsificación que se agudizará. Por tanto, es mi deber en la medida en que pueda, recordárselo a los fieles para que estemos todos preparados, porque todavía tenemos un lugar sagrado, como esta capilla donde se puede libremente decir la Santa Misa; pero no sabemos si estaremos obligados a huir como en el tiempo de las catacumbas donde la situación era de “sálvese quien pueda”, guardando su fe en el corazón y teniendo que profesarla manifestándola con el derramamiento de la propia sangre, como han hecho muchos mártires.

Es de vital importancia no caer en una práctica abur-guesada de la religión, de acomodaticios, porque la religión requiere sacrificio; pero en el mundo de hoy, tanto el hombre como la mujer rehuyen todo lo difícil.

Sin sacrificio, sin Cruz, no hay religión católica, no hay virtud, no hay imitación de nuestro Señor Jesucristo, no hay martirio y no debemos olvidar que nuestro Señor fue una víctima en la Cruz, no lo olvidemos; la inmolación es el testimonio. ¿De qué? De que nuestro Señor dio su sangre. Y así entonces los mártires son los que dan su vida en prueba y fidelidad a imitación de nuestro Señor. Luego sería un error concebir una religión, una Iglesia católica sin Cruz, sin sacrificio.

No es de extrañar tampoco, mis estimados hermanos, que la Misa haya sido modificada, cambiada, trastocada, para hacer desaparecer en la medida de lo posible todo contenido de inmolación; por lo mismo hoy se habla mucho de misterio pascual. La Misa no es eso, no es la celebración de la Pascua de nuestro Señor, es de su muerte; son dos términos muy distintos. Distinto es que en el fallecimiento de nuestro Señor también prefiguramos su resurrección, porque de hecho resucitó al tercer día; con la Santa Misa no conmemoramos la resurrección sino la muerte de nuestro Señor y por eso lo tenemos ahí clavado en la Cruz, por si no nos damos cuenta.

Eso demuestra hasta dónde hay la adulteración de la verdad, muy sutilmente manipulada. Y si no hay sacerdotes y obispos lúcidos, ¿cómo va el pueblo a poder detectar eso?, ¡imposible!; hasta se diría que prácticamente la gente no tendría mayor culpa, salvo si adhiere conscientemente al error; pero, de hecho, nadie quiere ser engañado, y eso es lo que pasa hoy.

En consecuencia, la Pasión de nuestro Señor, acontecida hace dos mil años, debe recordarnos ese mensaje profético de la Pasión de la Iglesia hacia el fin de los tiempos. Ésta va a hacer su subida al calvario al fin de lo vida; ese es el mensaje de cada Semana Santa hacia el futuro, porque así como nuestro Señor sufrió y padeció en su cuerpo físico, al final de los tiempos la Iglesia, su Cuerpo Místico, sufrirá, pasará su Pasión.

Esa es la razón por la cual la Iglesia está padeciendo hoy esta Pasión que se irá acrecentando y a la cual nuestra Señora, en La Salette, se refirió al hablar del eclipse de la Iglesia. Y la divisa del actual pontificado de Juan Pablo II, “De labore solis”, en buen latín literario como el de Cicerón, traduce: el eclipse del sol, labore solis, labore lunae, de luna, eso se puede ver en cualquier diccionario de latín-español; que no cometan el error gramático de decir que los trabajos del sol, que no tiene ningún contenido, ningún significado, cuando diferente sí es y lo tiene al traducir el eclipse del sol. ¿Qué da luz? El sol, que es nuestro Señor, el sol que es la Iglesia. Ya se entiende entonces y, ¿quién osa decirlo? nadie y, sin embargo, es así. Para que nos demos cuenta una vez más de cuán engañados se nos tiene, adormilados, anestesiados, como cuando a alguien que va a ser intervenido en una operación quirúrgica, le aplican una inyección le pueden cortar la cabeza, y queda ahí campante sin enterarse; así sucede hoy.

No es de extrañar que se pierda la fe, el dogma, la moral, el sentido sagrado, sacramental y trascendental de la religión, todo eso se está olvidando y es un síntoma más de la decadencia anunciada para los últimos tiempos; no es de un día para otro, lleva un proceso lento, firme y seguro; y cuando comienza ese gran “caterpillar”, si podemos imaginarlo así, a andar lentamente, ¿quién se le pone por delante, quién lo para?, ¡nadie! Pues así mismo no lo va a detener nadie sino nuestro Señor cuando venga con el fulgor de su presencia majestuosa al fin de los tiempos.

Si esta devastación nos sorprende los sentidos al ver el tabernáculo vacío, desnudo el altar, desolada la Iglesia, humillada, eso tiene un significado para ella; estamos en la hora de las tinieblas, de su Pasión, como nos lo ha indicado más de una vez en sus verdaderas apariciones nuestra Señora, como en La Salette; y también con las lágrimas que ha derramado en esa gran manifestación de 1953 en Siracusa, donde hubo conversiones de miles de comunistas al ver a esa imagen llorar durante cuatro días consecutivos, reconocidas por Pío XII. Nuestra Señora no hizo más que llorar, y ¿cuándo lo hace una madre sin hablar? Cuando el mal ya es inevitable, inminente, ¿qué hace?, gime, y si esas lágrimas de una madre no hacen reflexionar a sus hijos cualquier palabra es vana, nula, porque todo hijo bien nacido reaccionaría ante el desconsuelo de su madre.

Ese es el significado de las lágrimas que nuestra Señora derrama sin parar y que a pesar de que ya han pasado cincuenta años sin que estos hechos se conozcan. Aquí en Colombia se saben gracias a monseñor Cadavid, quien reunió en un pequeño libro esa y otras apariciones ordenándolas y dándoles ese contexto profundamente teológico y apocalíptico de los verdaderos mensajes de nuestra Santísima Madre del cielo, para que estuviésemos preparados a la hora de la gran prueba de la Iglesia y de nosotros, que somos miembros de la Iglesia.

La Tradición de la Iglesia sufre, gime y es perseguida y nosotros debemos padecer pero sabiendo por qué. Porque el hombre no sufre como el animal, que no se da cuenta. Por eso, en realidad el animal no sufre si siente dolor, porque el sufrimiento es el daño comprendido por un alma racional, así que es tonto decir que el animal padece; a éste le duele, gime, llora, pero no sufre porque esta connotación tiene una relación del dolor sensible con el alma espiritual; es muy distinto.

Y cuando se sabe por qué se tolera, entonces así se asimila la Cruz y nos transfiguramos en imagen del Cristo inmolado y doliente y eso lo sabe todo aquel que soporte con un mínimo de fe y el que no lo sabe es porque no tiene fe y el que no la tiene, sufre como un condenado porque como lo dice el poeta: “Hay tres cruces en el Calvario; elige sabiamente puesto que es necesario o sufrir como santo o como penitente o si no como réprobo que pena eternamente”. Sufrir sin fe es hacerlo como los demonios, como los réprobos, como los condenados. De ahí la necesidad de la fe para padecer en compañía de nuestro señor Jesucristo y comprender el misterio de la Cruz.

En la medida en que podamos decir que entendemos, participamos de los dolores de la Pasión y la muerte de nuestro Señor. Captar también el significado real de la Semana Santa. Si no lo asimilamos no entenderemos absolutamente nada de ese gran ejemplo del cual dan testimonio todos los santos con sus vidas, ese arte de saber sufrir en armonía con la Pasión de nuestro Señor. Si comprendemos eso aunque sea un poquito, habremos sabido más que cualquier erudito el significado de ésta y de todas las Semanas Santas, de la Pasión y de la muerte de nuestro Señor Jesucristo.

P. BASILIO MÉRAMO
18 de abril de 2003


LA ANUNCIACIÓN DEL ARCANGEL SAN GABRIEL A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA Y LA ENCARNACIÓN DEL VERBO DIVINO


NOTA DEL EDITOR: Paradójicamente o Por Gracia Divina, hoy 25 de Marzo de 2016, coinciden 2 fiestas Importantísimas en la Iglesia, El Viernes Santo y la Anunciación. Y pareciera que DIOS Nuestro Señor nos manda como "Signo" del ciclo que se cierra. Cada vez está más cerca el retorno de Nuestro Señor JesuCristo.
También hoy es el aniversario Luctuoso de Mon. Marcel Lefebvre de santa memoria.
¿COINCIDENCIAS?


Escrito tomado de la CATENA AUREA de Santo Tomás de Aquino.
San Lucas capítulo 1, versículos 26 al 38.


Lc 1, 26-27
Y al sexto mes, el Angel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David, y el nombre de la Virgen era María. (vv. 26-27)
Beda
Como la encarnación de Cristo debía tener lugar en la sexta edad del mundo y había de aprovechar para el cumplimiento de la ley, el ángel enviado a María anuncia oportunamente, en el sexto mes de la concepción de Juan, al Salvador que había de nacer. Por eso se dice: "En el sexto mes". El sexto mes es el de marzo, en cuyo día 25 nuestro Señor fue concebido y se dice que padeció. Así como nació el día 25 de diciembre por lo que si, según algunos creen, en este día tiene lugar el equinoccio de la primavera, o si en aquél creemos que se verifica el solsticio del invierno, conviene que sea concebido y nazca con el incremento de la luz Aquel que ilumina a todo hombre que viene a este mundo ( Jn 1,9). Mas si alguno objetare que los días crecen o son mayores que la noche antes del tiempo del nacimiento y de la concepción de nuestro Señor, le contestamos que San Juan anunciaba el reino de los cielos antes de su advenimiento.
San Basilio
Los espíritus celestiales no vienen a nosotros por sí mismos, sino cuando conviene para nuestra utilidad, porque atienden al decoro de la divina sabiduría; de donde sigue: "Fue enviado el ángel Gabriel".
San Gregorio Magno, homiliae in Evangelia, 34
A María Virgen no se envía un ángel cualquiera, sino el arcángel San Gabriel. Procedía que viniese un ángel de los primeros a anunciar los misterios. Se le designa por su propio nombre, el cual muestra lo que vale en sus obras, pues el nombre de Gabriel significa fortaleza de Dios 1. Por la fortaleza de Dios había de ser anunciado el que, siendo Dios de las virtudes y poderoso en la guerra para vencer en todas las batallas, venía a destruir las potestades del infierno.
Glosa
Se indica, pues, el lugar a donde se envía cuando se añade: "A la ciudad de Nazaret". Porque nazareno, esto es, Santo de los Santos, era el que se anunciaba que había de venir.
Beda, in homilia de Fest. Annunt
Digno principio de la restauración humana ha sido que se enviare por Dios un Angel a la Virgen, que había de ser consagrada con un parto divino. Porque la primera causa de la perdición humana fue que la serpiente fuese enviada a la mujer por el espíritu de la soberbia. De aquí se sigue, que el Angel fue enviado a una virgen.
San Agustín, de sancta virginitate, 5
Sólo la virginidad pudo decentemente dar a luz a Aquel que en su nacimiento no pudo tener igual. Convenía, pues, que nuestro Redentor naciese, según la carne, de una Virgen por medio de un milagro insigne para dar a entender que sus miembros debían nacer de la Iglesia virgen, según el espíritu.
San Jerónimo
Con razón se envía un ángel a la Virgen, porque la virginidad es afín de los ángeles. Y ciertamente, vivir en carne fuera de la carne, no es una vida terrestre, sino celestial.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, 4
No anuncia el Angel a la Virgen después del parto, para que entonces no se turbe en demasía, sino que le habla antes de la concepción. No en sueños, sino presentándose de una manera visible. Porque como había de recibir una gran revelación, necesitaba de una visión solemne antes del cumplimiento.
San Ambrosio
Dijo bien ambas cosas la Sagrada Escritura: que sería desposada y Virgen. Prosigue, pues, diciendo "desposada". Virgen, para que constase que desconocía la unión marital. Desposada, para que quedase ilesa de la infamia de una virginidad manchada, cuando su fecundidad pareciese signo de corrupción. Quiso más bien el Señor que algunos dudasen de su nacimiento que de la pureza de su Madre. Sabía que el honor de una Virgen es delicado y la reputación del pudor, frágil. Y no estimó conveniente que la fe de su nacimiento se demostrase con las injurias de su Madre. Se sigue también que, así como la Santísima Virgen fue íntegra por su pudor, así su virginidad debió ser inviolable en la opinión. No convenía dejar a las vírgenes que viven en mala reputación esa apariencia de excusa, es decir, que la Madre misma del Señor pareciese difamada. ¿Qué se hubiera podido reprochar a los judíos y a Herodes si hubiese parecido que perseguían el fruto de un adulterio? ¿Cómo hubiera podido decir El mismo: "No vine a destruir la ley, sino a cumplirla" ( Mt 5,17), si hubiese parecido comenzar por una violación de la ley, que condena el parto de la que no está casada? ¿Qué, por otra parte, da más fe a las palabras de la Virgen y remueve todo pretexto de mentira? Madre, sin estar casada, hubiera querido ocultar su falta con una mentira. Pero casada, no tenía motivo para mentir, puesto que la fecundidad es el premio y la gracia de las bodas. Tampoco es pequeña causa que la virginidad de María engañase al príncipe del mundo, el cual, viéndola desposada con un hombre, nada pudo sospechar respecto de su parto.
Orígenes
Si no hubiese tenido esposo, aquel misterio hubiese dado que pensar al diablo, respecto de cómo pudo quedar embarazada la que no había tenido trato con varón. Esta concepción -diría- debe ser divina, debe ser algo superior a la naturaleza humana.
San Ambrosio
Sin embargo, engañó más a los diablos. Porque la malicia de los demonios descubre hasta las cosas ocultas. Mas los que se ocupan en las vanidades del mundo no pueden conocer las cosas divinas. Por eso Dios se sirve del marido -el testigo más seguro del pudor- que hubiese podido quejarse de la injuria y vengar el oprobio, si no conociese el misterio. Se dice de él: "Se llamaba José, de la casa de David".
Beda, homil. de Annunt. Sup
Lo cual no sólo se refiere a San José, sino también a la Virgen María. Estaba mandado por la ley que cada uno tomase mujer de su propia tribu o familia. Prosigue el mismo evangelista: "Y el nombre de la Virgen era María".
Beda
La palabra María en hebreo quiere decir estrella del mar, y en siríaco Señora. Y con razón, porque mereció llevar en sus entrañas al Señor del mundo y a la luz constante de los siglos.
Notas
1. Gabriel: hombre de Dios o Dios se ha mostrado fuerte.

Lc 1, 28-29
Y habiendo entrado el Angel donde estaba María, le dijo: "Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres": Y cuando ella esto oyó, se turbó con las palabras de él, y pensaba qué salutación sería ésta. (vv. 28-29)
San Ambrosio
Conoce aquí a la Virgen por sus costumbres. Sola en sus habitaciones, a quien ningún hombre veía, sólo un ángel podía encontrarla. Por ello se dice: "Y habiendo entrado el ángel a donde estaba María". Y para que no fuese manchada con un coloquio indigno de ella, es saludada por el ángel.
San Gregorio Niseno, orat. in Christi Nativit
En contraposición de la voz dirigida a la primera mujer, ahora se dirige la palabra a la Virgen. En aquélla se castiga con los dolores del parto la causa del pecado, en ésta se destierra la tristeza por medio del gozo. Así el ángel anuncia con razón la alegría a la Virgen, diciendo: "Dios te salve". Según otros comentaristas, el ángel atestigua que es digna de ser desposada cuando dice: "Llena de gracia". Esta abundancia de gracias se muestra al esposo como una dote o arras, de las cuales se dice: Estas son de la esposa, aquéllas del esposo.
San Jerónimo
Y en verdad que es llena de gracia, porque a los demás se distribuye con medida, pero en María se derramó al mismo tiempo toda la plenitud de la gracia. Verdaderamente es llena de gracia aquella por la cual toda criatura fue inundada con la lluvia abundante del Espíritu Santo. Ya estaba con la Virgen quien le enviaba su ángel y el Señor se anticipó a su enviado. No pudo ser contenido en un lugar, Aquel que está en todas partes; de donde sigue: "El Señor es contigo".
San Agustín, en el serm. de Nativit. Dom. 4
Más que contigo, El está en tu corazón, se forma en tu seno, llena tu espíritu, llena tu vientre.
Griego
Este es el complemento de toda la embajada: el Verbo de Dios como Esposo que se une de una manera superior a la razón, como engendrando El mismo y siendo engendrado, adaptó a sí mismo toda la naturaleza humana. Al final se pone como complemento perfectísimo: "Bendita eres entre las mujeres", a saber, una sola entre todas las mujeres. Para que también sean bendecidas en ti las mujeres como los hombres serán bendecidos en tu Hijo, o más bien en los dos unos y otros. Porque así como por medio de una mujer y un hombre entraron en el mundo el pecado y la tristeza, así ahora por una mujer y por un hombre vuelven la bendición y la alegría, y se derraman sobre todos.
San Ambrosio
Conoced a la Virgen por la vergüenza, porque se turbó, pues sigue: "Y cuando ella esto oyó, se turbó". Temblar es propio de las vírgenes, y el sobresaltarse cuando se acerca un hombre y temer todo trato de los hombres. Aprended, vírgenes, a evitar toda licencia de palabras. María se conturbaba hasta de la salutación del ángel.
Griego
Como ella estaba acostumbrada a aquella clase de apariciones, el Evangelista no atribuye la turbación a lo que ve, sino a lo que oye, diciendo: "Se turbó con las palabras de él". Considerad el pudor y la prudencia de la Virgen y su alma, al mismo tiempo que su voz. Oída la alegre noticia, examinó lo que se le había dicho y no resiste abiertamente por incredulidad, ni se somete al punto por ligereza, evitando a la vez la ligereza de Eva y la resistencia de Zacarías. Por esto continúa: "Y pensaba qué salutación sería ésta", no la concepción. Porque todavía ignoraba la profundidad del misterio. ¿Mas la salutación es por ventura libidinosa, como dirigida por un hombre a una Virgen? ¿Es divina, puesto que se hace mención de Dios, diciendo: "El Señor es contigo"?
San Ambrosio
Admiraba también la nueva fórmula de salutación, que nunca se había oído hasta entonces, pues estaba reservada solamente para María.
Orígenes
Si María hubiese conocido que se había hecho una salutación semejante a algún otro -como que conocía perfectamente el concepto de la ley- nunca se hubiese asustado ante ésta como si fuese extranjera.

Lc 1, 30-33
Y el Angel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios: he aquí que concebirás en tu seno y parirás un hijo y llamarás su nombre Jesús. Este será grande y se llamará Hijo del Altísimo, y le dará al Señor Dios el trono de David, su Padre: y reinará en la casa de Jacob por siempre, y no tendrá fin su reino". (vv. 30-33)
Beda
Como había visto que la Virgen se había turbado con aquella salutación no acostumbrada, la llama por su nombre, como si la conociese más familiarmente, y le dice que no debe temer. Por ello se añade: "Y el Angel le dijo: No temas, María".
Griego
Como si dijese: No he venido a engañarte, sino más bien a dar la absolución del engaño. No he venido a robarte tu virginidad inviolable, sino a preparar tu seno para el autor y el defensor de la pureza. No soy ministro de la serpiente, sino enviado del que aplasta la serpiente. Vengo a contratar esponsales, no a maquinar asechanzas. Así, pues, no la dejó atormentarse con alarmantes consideraciones, a fin de no ser juzgado como ministro infiel de su negociación.
Crisóstomo
Quien merece gracia delante de Dios, nada tiene que temer; así, prosigue: "Hallaste gracia delante de Dios". ¿Cómo puede encontrar esta gracia cualquiera que sea, sino por medio de la humildad? Pues Dios da la gracia a los humildes ( Stgo 4; 1Pe 5).
Griego
La Virgen encontró gracia delante de Dios porque, adornando su propia alma con el brillo de la pureza, preparó al Señor una habitación agradable. Y no sólo conservó inviolable la virginidad, sino que también custodió su conciencia inmaculada.
Orígenes
Muchos habían encontrado gracia antes que ella; y por lo mismo añade lo que es propio de este caso, diciendo: "He aquí que concebirás en tu seno".
Griego
La palabra "he aquí" denota la prontitud y la presencia, insinuando con dicha palabra que la concepción se había celebrado al punto.
Severo de Antioquía
Dice: "concebirás en tu seno" para demostrar que el Señor toma carne del mismo seno virginal y de nuestra sustancia. Vino, pues, el Verbo Divino a limpiar la naturaleza humana, el parto y el origen de nuestra generación. Por eso, sin pecado y sin concurso de hombre, es concebido en carne y llevado en el vientre nueve meses como nosotros.
San Gregorio Niseno
Y como acontece especialmente que es concebido el Divino Espíritu y ella da a luz al Espíritu de salvación, según anunciara el profeta, el ángel añade: "Y dará a luz un Hijo".
San Ambrosio
No todos son como María, que cuando conciben al Verbo del Espíritu Santo, lo dan a luz. Hay de aquellos que abortan al Verbo antes de dar a luz ( Lc 22), y hay de aquellos que tienen a Cristo en su seno pero que todavía no lo han formado.
San Gregorio Niseno, Orat. in diem Nat. Domini
Como la expectación del parto infunde temor a las mujeres, el anuncio de un parto dulce apaga esa aprehensión de temor cuando se dice: "Y llamarás su nombre Jesús". La venida del Salvador es el alejamiento de todo temor.
Beda
La palabra Jesús quiere decir Salvador o saludable.
Griego
Dice, pues: "Tú lo llamarás". No el padre, porque carece de padre en cuanto a la generación humana, así como carece de madre respecto de la generación divina.
San Cirilo, de fidei ad Theod
Este nombre fue impuesto de nuevo al Verbo Divino, y convenía a la natividad de su carne, según aquello del Profeta: "Serás llamado con un nombre nuevo, que la boca del Señor te dará" ( Is 62).
Griego
Mas como este nombre le es común con el sucesor de Moisés ( Jos 1), insinuando el ángel que no será semejante a aquél, añade: "Este será grande".
San Ambrosio
Se ha dicho también respecto de San Juan que sería grande. Pero aquél fue grande como hombre y Este es grande como Dios. Porque la virtud de Dios se difunde ampliamente, así como la grandeza de la sustancia no varía con el tiempo.
Orígenes
Considerad, pues, la grandeza del Salvador, cómo se extiende por todo el orbe. Subid a los cielos, y veréis cómo llena los espacios celestes. Bajad con el pensamiento a los abismos y veréis que allí ha descendido también. Y cuando hayáis visto todo esto, comprenderéis también el cumplimiento de estas palabras: "Este será grande".
Griego
Ni la asunción de la carne humilla la grandeza de la divinidad, sino que más bien se sublima la humildad de la carne. Por ello sigue: "Y se llamará Hijo del Altísimo". No eres tú quien le impones el nombre, sino que será llamado. ¿Por quién sino por su Padre consustancial? Nadie conoce al Hijo sino el Padre ( Mt 11,27). Quien tiene conocimiento infalible del Engendrado es el único verdadero intérprete, respecto de la imposición del nombre del Hijo; por quien se dice: "Este es mi hijo muy amado". ( Mt 17,5) Existe desde la eternidad, aunque ahora para nuestra inteligencia se manifiesta su nombre. Y por esto dice "será llamado", no "será hecho" ni "será engendrado", porque ya antes de los siglos era consustancial al Padre. Concebirás, pues, a Este, serás su Madre. Tu vientre virginal contendrá a Aquel que el espacio del cielo no puede contener.
San Juan Crisóstomo
Acaso parecerá a algunos enorme -o indecente- que Dios habite un cuerpo. ¿Mas por ventura el sol, cuyo cuerpo es sensible, mancha su propia pureza a cualquier parte que envíe sus rayos? Pues con mucha más razón el Sol de justicia, tomando un cuerpo purísimo de las entrañas de la Virgen, no sólo no se manchó sino que antes, por el contrario, santificó más a la Madre.
Griego
Y para recordar a la Virgen los profetas, añade: "Y le dará el Señor Dios el trono de David,...". Para que se sepa con claridad que el que había de nacer de Virgen era el mismo Cristo que los profetas prometieron que nacería de la descendencia de David.
San Cirilo, contra Juliano, 8
Sin embargo, el cuerpo purísimo de Jesucristo no procede de José, aunque descendía de la misma línea de parentesco que la Virgen, de la cual el Unigénito del Padre tomó la forma humana.
San Basilio, epistola 2,36
El Señor no se sienta en el trono material de David, puesto que el reino judío había pasado a Herodes. Pero llama trono de David a aquel en que se sienta el Señor para gobernar un reino indisoluble. Por ello sigue: "Y reinará en la casa de Jacob".
Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, 7
Llama aquí casa de Jacob a todos aquéllos del número de los judíos que creyeron en El. Porque como dice San Pablo ( Rom 9,6), no todos los que pertenecen a Israel son israelitas; sino solamente se consideran como pertenecientes a Israel los que son hijos de promisión.
Beda
O llama casa de Jacob a toda la Iglesia. Esta, o bien ha nacido de buena raíz, o bien, siendo un olivo silvestre, fue injerto por medio de la fe en una oliva buena ( Rom 11).
Griego
Sólo Dios puede reinar eternamente. Por esto sucede que aunque se diga que toma el trono de David por la encarnación, en cuanto Dios es reconocido como Rey eterno. Prosigue: "Y su reino no tendrá fin". No sólo en cuanto Dios, sino también en cuanto hombre. Y al presente reina sobre muchos y finalmente reinará sobre todos porque todas las cosas le están sometidas ( 1Cor 15).
Beda
Que deje ya Nestorio de decir que el hombre sólo ha nacido de la Virgen y que éste no ha sido recibido por el Verbo de Dios en unidad de persona. Cuando dice que el mismo que tiene por padre a David será llamado "Hijo del Altísimo", demuestra la unidad de persona de Cristo en dos naturalezas. No emplea el ángel palabras que se refieran al tiempo futuro, como dicen algunos herejes, que creen que Jesucristo no existió antes que María, sino que en una sola persona el Hombre-Dios recibe el nombre de Hijo.

Lc 1, 34-35
dijo María al Angel: "¿Cómo se hará esto, porque no conozco varón?" Y respondiendo el Angel, le dijo: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y te hará sombra la virtud del Altísimo. Y por eso el fruto santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios". (vv. 34-35)
San Ambrosio
Ni María debió rehusar de creer al ángel, ni usurpar temerariamente las cosas divinas. Por eso se dice: "Dijo María al ángel: ¿Cómo se hará esto?" Esta respuesta fue más oportuna que la del sacerdote. Esta dice: "¿Cómo se hará esto?" y aquél dijo: "¿Cómo podré saber esto?". Aquél se niega a creer y parece como que busca otro motivo que confirme su fe, éste no duda que debe hacerse, puesto que pregunta cómo se hará. María había leído ( Is 7,14): "He aquí que una virgen concebirá y dará a luz un hijo" y, por tanto, creyó que iba a suceder. Pero no había oído antes el cómo había de suceder. No se había revelado -ni aun al Profeta- cómo aquéllo se había de llevar a cabo. Tan gran misterio debía ser proclamado, no por la boca de un hombre, sino por la de un ángel.
San Gregorio Niseno, Orat. in diem Nat. Christi
Considerad también las palabras de la purísima Virgen. El ángel le anuncia el parto; pero ella insiste en su virginidad creyendo que ésta podría mancharse con sólo el aspecto de un ángel. Por eso dice: "Porque no conozco varón".
San Basilio, epistola 2, 35
El conocimiento se entiende de muchas maneras. Se llama conocimiento la sabiduría de nuestro Señor; también la noticia de su grandeza; el cumplimiento de sus mandatos; los caminos que conducen a El y la unión nupcial, como aquí se entiende.
San Gregorio Niseno, Orat. in diem Nat. Christi
Estas palabras de la Virgen son indicio de aquellas que encerraba en el secreto de su inteligencia. Porque si hubiese querido desposarse con José a fin de tener cópula, ¿por qué razón había de admirarse cuando se le hablase de concepción, puesto que esperaría ser madre un día según la ley de la naturaleza? Mas como su cuerpo, ofrecido a Dios como una hostia sagrada, debía conservarse inviolable, dice: "Puesto que no conozco varón". Como diciendo: Aun cuando tú seas un ángel, sin embargo, como no conozco varón, esto parece imposible. ¿Cómo, pues, seré madre si no tengo marido? A José sólo lo conozco como esposo.
Griego
Mas considerad cómo el ángel deshace la duda a la Virgen y le explica su misión inmaculada y el parto inefable. Pues sigue: "El Angel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti,...".
San Juan Crisóstomo, homiliae, in Gen., 49
Como si dijese: No te fijes en el orden natural cuando se trata de cosas que traspasan y superan el orden de la naturaleza. Tú dices: "¿Cómo se hará esto, puesto que no conozco varón?" Pues por lo mismo que no conoces varón sucederá esto, porque si hubieras conocido varón, no serías considerada digna de este misterio. No porque el matrimonio sea malo, sino porque la virginidad es más perfecta. Convenía, pues, que el Señor de todos participase con nosotros en el nacimiento y se distinguiese en él. Tuvo de común entre nosotros el nacer del vientre de una mujer y nos superó naciendo sin que aquélla se uniese a un hombre.
San Gregorio Niseno, Orat. in diem Nat. Christi
¡Cuán bienaventurado aquel cuerpo que por la exuberante pureza de la Virgen María se vinculó a sí mismo el don del alma! En cada uno de los demás, apenas el alma sincera conseguirá la presencia del Espíritu Santo; mas ahora la carne resulta ser la mansión del Divino Espíritu.
San Gregorio Niseno, Orat. in diem Nat. Christi
El verdadero Legislador fabricó nuevamente de nuestra tierra las tablas de la naturaleza que la culpa había roto, creando -sin unión carnal- el cuerpo que toma su divinidad y que esculpe el dedo divino, a saber, el Espíritu Santo que viene sobre la Virgen.
San Gregorio Niseno, lib. De Vita Moysis
Además: "La virtud del Altísimo te hará sombra". La virtud del Rey altísimo es Cristo, formado en la Virgen por la venida del Espíritu Santo.
San Gregorio Magno, Moralia 10,18
Por las palabras: "Te hará sombra", se significan las dos naturalezas de Dios encarnado. Pues la sombra se hace con la luz y con el cuerpo. El Señor es la luz por su divinidad. Y como la luz incorpórea había de tomar cuerpo en las entrañas de la Virgen, oportunamente se dice que la virtud del Altísimo le haría sombra, esto es, en ti el cuerpo de la humanidad recibirá la luz incorpórea de la divinidad. Se dice también esto a María por el dulce consuelo dado por el cielo. 
Beda
No concebirás, pues, en virtud de la obra de un hombre sino que concebirás por virtud del Espíritu Santo, de quien serás llena. No se darán en ti los ardores de la concupiscencia, puesto que el Espíritu Santo te hará sombra.
San Gregorio Niseno, Orat. in diem Nat. Christi
O dice: "Te hará sombra" porque, así como la sombra de un cuerpo toma su forma de lo que está delante de ella, así los signos de la divinidad del Hijo de Dios brillarán con el milagro de su generación. Así como en nosotros se observa cierta virtud vivificante en la materia corpórea con la que se forma el hombre, así en la Virgen, la virtud del Altísimo, por medio del Espíritu Santo vivificante, tomó de un cuerpo virginal materia de carne inherente al cuerpo para formar un hombre nuevo. Por lo cual sigue: "Por eso, lo que nacerá de ti,...".
San Atanasio, Epistola at Epictetum
Profesamos que el cuerpo tomado de la materia de la naturaleza humana existe verdaderamente; y que es el mismo -según la naturaleza- que nuestro cuerpo. María es, pues, nuestra hermana, puesto que todos descendemos de Adán.
San Basilio, lib.de Spiritu Sancto, 5
De donde San Pablo dice: Envió Dios a su Hijo nacido, no por medio de una mujer, sino de mujer ( Gál 4,4). Porque si dijese que por medio de una mujer, podía entenderse que se refería a un concepto transitorio de natividad. Pero como dice que nació de mujer, manifiesta la comunidad de la naturaleza del Engendrado respecto de la Madre.
San Gregorio Magno, Moralia 18, 34
A diferencia de nuestra santidad, se asegura singularmente que Jesucristo nacerá Santo. Pues nosotros, aunque nos hagamos santos, no nacemos tales, sino constreñidos por la condición de una naturaleza culpable, pudiendo decir con el profeta: "He aquí que he sido concebido en pecado,..." ( Sal 50). Aquél verdaderamente ha nacido el sólo Santo, que no ha sido concebido de unión carnal alguna; que no -como neciamente creen los herejes- es uno en la humanidad y otro en la divinidad de modo que siendo un simple hombre concebido, luego Dios hubiera asumido su cuerpo. Sino que, anunciando el ángel y viniendo el Espíritu Santo, Verbo al punto en el seno, es decir, al instante es Verbo carne dentro del vientre; de donde sigue: "Será llamado,...".
Teofilacto
Considerad cómo el ángel menciona a la Virgen toda la Santa Trinidad. Nombra al Espíritu Santo, el Poder, esto es al Hijo y al Altísimo, ciertamente el Padre.

Lc 1, 36-38
"Y he aquí que Isabel, tu pariente, también ella ha concebido un hijo en su vejez. Este es el sexto mes a ella, que es llamada la estéril, porque no hay cosa imposible para Dios". Y dijo María: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra". Y se retiró el Angel de ella. (vv. 36-38)
San Juan Crisóstomo, homiliae in Gen., 49
Como lo que se ha dicho superaba a lo que la Virgen podía comprender, el ángel habló de cosas humildes, para persuadirla por medio de cosas sensibles, y por ello le dice: "Y he aquí que Isabel, tu parienta". Observa la prudencia de Gabriel. No le recuerda a Sara, ni a Rebeca, ni a Raquel, porque estos ejemplos eran ya antiguos, sino que cita un hecho reciente para robustecer su inteligencia. Y por esto hace mención de la edad, cuando dice: "También ella ha concebido un hijo en su vejez", dando a entender su incapacidad natural. Prosigue: "Y está en el sexto mes". No anunció desde el principio el embarazo de Isabel, sino después de transcurridos seis meses, a fin de que la hinchazón del vientre sirviese de prueba.
San Gregorio Nacianceno, carm. de gen. Christi, 18
Pero alguno preguntará: ¿En qué sentido se refiere Jesucristo a David? María, en efecto, desciende de la sangre de Aarón, porque el ángel dice que es prima de Isabel. Mas esto sucedió por disposición divina, para que la estirpe regia se enlazase con la descendencia sacerdotal, a fin de que Cristo, que es Rey y Sacerdote a la vez, naciese de las dos, según la carne. Se lee también en el Exodo ( Ex 6,13), que Aarón, primer sacerdote según la ley, se casó con Isabel, de la tribu de Judá, hija de Aminadab. Y admiremos la economía santísima del Espíritu Santo cuando ordena que la esposa de Zacarías se llame Isabel, recordándonos aquella otra Isabel que se casó con Aarón.
Beda
Así pues, recibe el ejemplo de la anciana estéril no porque haya desconfiado de que una virgen pueda dar a luz, sino para que comprenda que para Dios todo es posible, aun cuando parezca contrario al orden de la naturaleza. Por esto sigue: "Porque no hay cosa alguna imposible para Dios".
San Juan Crisóstomo
Pues como El es el Señor de la naturaleza, puede todo lo que quiere, puesto que hace y dispone todas las cosas gobernando las riendas de la vida y de la muerte.
San Agustín, contra Faustum, 26,5
Si alguno dice: si Dios es omnipotente, que haga que no suceda lo que ya ha sucedido, no se da cuenta que lo que está diciendo es: que haga que aquellas cosas que son verdaderas, sean verdaderas y falsas a la vez. El puede hacer que no exista algo que antes existía, como cuando alguno que empieza a existir cuando nace, deja de existir muriendo. Pero ¿quién dirá: que haga que no sea aquello que ya no existe? Pues, todo lo que ha pasado, ya no existe. Si puede hacerse algo de ello, aún hay materia de la cual puede hacerse. Y si hay materia, ¿cómo puede decirse que ya ha pasado? Así, aquello que dijimos que ha sido, en realidad no es. Pero es verdad aquello que ha sido, porque lo verdadero no está en la cosa que ya no es, sino en nuestra sentencia sobre ella. Dios no puede hacer que esta sentencia sea falsa. No llamamos a Dios omnipotente en este sentido, según el cual creamos que El también puede morir. Aquél se llama con toda propiedad el sólo Omnipotente que verdaderamente existe y de quien únicamente procede todo lo que es.
San Ambrosio
Ved la humildad de la Virgen, ved su devoción. Prosigue, pues: "Y dijo María: He aquí la sierva del Señor". Se llama sierva la que es elegida como Madre, y no se enorgullece con una promesa tan inesperada. Porque la que había de dar a luz al manso y al humilde, debió ella misma manifestarse humilde. Llamándose también a sí misma sierva, no se apropió la prerrogativa de una gracia tan especial, porque hacía lo que se le mandaba. Por ello sigue: "Hágase en mí según tu palabra". Tienes el obsequio, ves el voto. "He aquí la sierva del Señor", es su disposición a cumplir con su oficio. "Hágase en mí según tu palabra", es el deseo que concibe.
Eusebio
Cada uno celebrará a su manera las palabras de la Virgen. El uno admirará su constancia, el otro la prontitud de su obediencia; éste que no se dejó seducir por las promesas de un arcángel, espléndidas y sublimes; el otro que no ha excedido la medida en su resistencia, sino que ha evitado igualmente la ligereza de Eva y la obstinación de Zacarías. Yo no admiro menos lo profundo de su humildad.
San Gregorio, Moralia 18, 34
Por un misterio profundo, a causa de su concepción santa y su parto inefable, la misma Virgen fue Sierva del Señor y Madre, según la verdad de las dos naturalezas.
Beda
Recibido el consentimiento de la Virgen, el ángel regresó inmediatamente al cielo, de donde prosigue: "Y el ángel se separó de ella".
Eusebio

No sólo pidiendo lo que deseaba, sino admirándose estupefacto de la forma virginal y de la plenitud de la virtud.