San Juan Apocaleta



Difundid Señor, benignamente vuestra luz sobre toda la Iglesia, para que, adoctrinada por vuestro Santo Apóstol y evangelista San Juan, podamos alcanzar los bienes Eternos, te lo pedimos por el Mismo. JesuCristo Nuestro Señor, Tu Hijo, que contigo Vive y Reina en unidad del Espíritu Santo, Siendo DIOS por los Siglos de los siglos.












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"Sancte Pio Decime" Gloriose Patrone, ora pro nobis.





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sábado, 6 de septiembre de 2014

El. R.P. Basilio Méramo envía una carta...

   Le reenvío para su publicación, la siguiente carta del Padre Eugène Robin, que
apareció ayer 5 de Septiembre en el Blog La Sapinière, desconocido para mí hasta
ahora, pero que es un excelente e insuperable escrito por su concisión y
contundencia, dado el momento en que se escribió y además con una óptica
eminentemente apocalíptica que resume mi pensamiento. Esta carta es la que
habría que de nuevo reescribir y enviársela a “Francisquito” y hacerla suya, todo
fiel íntegro, verdadero católico, sin resabios liberales, que acaban por aceptar las
premisas del enemigo.
Sin más, un abrazo en Cristo.

(He aquí el artículo de La Sapinière: http://www.lasapiniere.info/archives/1996)



En 2012, el Papa Benedicto XVI reconoció las “virtudes heroicas” de Pablo VI. El 19
de octubre de 2014 Francisco procederá a su 'beatificación' a raíz de la
canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, el 27 de abril. Mientras que la secta
conciliar celebra a los héroes que abrieron “la Iglesia a otras religiones y la
sociedad”, las autoridades de la Fraternidad San Pío X, que tratan de llegar a un
acuerdo canónico...
En este contexto de abandono de la batalla de la fe y de su testimonio, es bueno
leer y releer la "Carta a Pablo VI escrita por el padre Eugène Robin, fiel sacerdote
de Deux-Sèvres quien murió en Saint Maixent en 1979.
Este sencillo cura de aldea es un ejemplo de fuerza, fe y de sentido común.
Entonces, como ahora, puede fortalecernos y consolarnos en nuestra lucha
agotadora de la fe. Fue un sacerdote del Señor, desprendido de todo, con "el bastón
de la cruz y la honda del Santo Rosario en la mano para derribar a todos los
enemigos de Dios. Lúcido y celoso, él escribió:
"En la tormenta actual de la Iglesia, sólo los héroes y santos desobedecen... Los
sacerdotes que arrullan la misa judía y pagana de Pablo VI están marcados con el
hierro candente por el diablo. "
"Es preciso ahora y siempre hasta la muerte, amar a Dios más que todo, más que a
los superiores, más que al pecado, más que a nosotros mismos. Resistir, hacerse
matar en el acto, puede convertirse en el simple, banal y oscuro deber del riesgo
cotidiano, para los tiempos que vivimos, que son los últimos y que veremos muy
pronto peores... se tiene raramente en ésta vida la ocasión de ser bravos, pero
todos los días tenemos la de no ser laxos; peor aún, rara vez hay una oportunidad
única para ser valiente, pero cada día hay una para no ser un cobarde”.
"Evitar los problemas, combinar, huir, desertar, traicionar, qué horrible destino
para el que deberá pagar su bajeza en el otro mundo, donde sólo el coraje será
recompensado, si el soldado ha combatido del lado del vencedor definitivo, del lado
del Eterno”.
“El católico liberal, adoptando las palabras y las formas del adversario, acaba
ordinariamente por aceptar para sí y para los otros el sentido y los principios
mismos del adversario… El Católico liberal siembra la división. Desintegra junto
con la doctrina, las filas de los que la defienden, sin remordimientos”.
Este valiente luchador también ha escrito dos libros bajo el seudónimo de Marie
Michel: "El Cisma de Los Eunucos” y “Liberalismo, Mentalidad Liberal y
Duplicidad en el Padre Georges de Nantes”. Es en el segundo que encontramos su
carta a Pablo VI y algunas citas que hacemos.
Su estilo combativo es remarcable. Incluso si todos los argumentos que utiliza no
son del mismo peso, las palabras son claras, la fe está protegida y la Iglesia
continúa. Podremos marchar sobre sus trazos.
Carta del Padre Eugene Robin a Pablo VI
El 3 de septiembre de 1976, la Fiesta de San Pío X.
Santo Padre,
Tengo el honor de solicitar de vuestra rareza, la gracia infinita de ser excomulgado
con Monseñor Lefebvre, a fin de poder ir directamente al cielo.
Fundador de una capilla de San Pío V, no llevará a cabo ninguna cuenta de su
excomunión tomado de la tesorería del infierno. Soy un sacerdote para la
eternidad.
Conocemos demasiado sus transgresiones más sacrílegas contra la Sagrada
Escritura revelada (su religión del hombre), (“maldito el varón que confía en el
hombre” Jer. XVII, 5), contra el Catecismo dogmático reducido a casi nada, y sobre
todo contra el Santo Sacrificio de la Misa, a pesar de las reglas inmutables de San
Pío V. La verdadera Iglesia sólo puede ser fiel a estos papas canonizados.
Puesto que de estas Verdades inalienables se trata. Su cena protestante fue
anunciada 700 años antes de Cristo por el profeta Isaías: “En el tiempo del
Anticristo, a causa de los pecados de los hombres, se le dará al diablo el poder de
atacar el Santo Sacrificio y de destruir su Lugar Santo” (Is. VII, 10-12). ¡Ya está
hecho! Y es Vuestra Santidad destronada quién es el único responsable ante el
Juez eterno.
Por vuestra magia, los fieles inconscientes e ignorantes del mundo entero han
pasado al protestantismo sin ni siquiera darse cuenta. Vuestros sacerdotes,
vaciados de su sustancia sacerdotal, ya no ofrecen el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
No es por ignorancia, sino por complacer a los poderes fácticos, que ellos han
perjurado. Vos habíais confiado en su temor. Allí, teníais razón... Pero el castigo
será terrible.
Así pues, pisoteando el Santo Sacrificio de la Cruz en la Misa, habéis ido a tomar
vuestro modelo sobre el de Lutero, monje que colgó los hábitos, insultador de
Cristo del Calvario y su Santísima Madre, concubinario notorio manteniendo cinco
esposas a la vez, y venimos de descubrir por los escritos de dos testigos (1552), que
este miserable inventor del protestantismo se ahorcó en su cama, después de que lo
habían llevado y acostado como de costumbre cada noche, borracho como una
cuba. Obligados al secreto bajo la coacción de amenazas, estos dos testigos libraron
su conciencia sobre un pergamino, seis años después de la muerte de Lutero
(1546).
Mezclar la religión de un hombre, y ¡qué hombre! con la del Hijo de Dios, es un
crimen de apostasía. El Papa Pablo VI murió en vos, si alguna vez lo fue, porque
erais un hereje antes de ser Papa, y además sois un judío, de ahí la
incompatibilidad jurídica, según las decisiones a perpetuidad de Pablo III y de
Pablo IV. Ya que portáis sobre vuestro pecho el efod que portaba Caifás al condenar
a Jesús, probáis que no sois más que un falso converso y que habéis tenido siempre
el odio judío contra Cristo. Es por eso que atacáis todos los sacramentos con el fin
de destruir la Iglesia. De todos modos, os habéis depuesto vos mismo, según la
enseñanza de San Roberto Belarmino, Doctor de la Iglesia, por vuestras herejías
después de vuestra elevación desastrosa al Soberano Pontificado. La Iglesia sigue
sin vos, en el único pequeño rebaño fiel, seguro de la realización de la promesa de
Cristo: “Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella”. “No temas pequeño
rebaño”. “¿Pero cuando el hijo del hombre regrese sobre la tierra, encontrará aún la
fe?” (Palabras del Evangelio).
El Espíritu Santo no podría cambiar al revés La Iglesia después de dos mil años. Él
no puede contradecirse, porque Él no puede ni engañarse ni engañarnos. Vuestro
nuevo ecumenismo o melaza de todas las religiones es la negación de la revelación,
a la que vos deberíais ser el primer y más sumiso. Citadme una sola palabra de la
Biblia o de los Evangelios recomendando éste género de reconciliación con el
diablo. "Debemos juzgar el árbol por sus frutos." Es muy sencillo! Frutos de muerte
espiritual por miles de millones! Algunos quieren hacernos creer, como Courier
Roma, que vos no lo sabéis porque estaríais mal informado. Mal argumento, la
única injuria que podríamos todavía ahorraros, es la de creeros iletrado…
El obispo de Poitiers, Rozier Pigalle, predica con la primera serpiente del Génesis,
la sexualidad abierta, así los pocos sacerdotes que le quedan no se privan de esto.
Muy pronto en la Iglesia de Pablo VI, inexistente en teología, excepto para el Padre
de Nantes, no habrá más que obispos sin sacerdotes… ¿A esto es a lo cual también
vos queréis llegar?... Pero en la Iglesia de Cristo, Monseñor Marcel Lefebvre
contará con muchos verdaderos sacerdotes sacrificadores, religados a San Pedro y a
Nuestro Señor Jesucristo, Cabeza invisible de la Iglesia, por encima de la cabeza de
Pablo, perseguidor de los cristianos.
Que Santa Juana de Chantal, que vivió desde sus 15 a sus 20 años en éste lugar
bendito donde habito me dé la fuerza de guardar y de defender mi Fe hasta el
martirio, con Monseñor Marcel Lefebvre despedazado por los tigres.
Le ruego acepte, Su Santidad, la expresión de mi profunda conmiseración!
Eugène Robin + Sacerdote