San Juan Apocaleta



Difundid Señor, benignamente vuestra luz sobre toda la Iglesia, para que, adoctrinada por vuestro Santo Apóstol y evangelista San Juan, podamos alcanzar los bienes Eternos, te lo pedimos por el Mismo. JesuCristo Nuestro Señor, Tu Hijo, que contigo Vive y Reina en unidad del Espíritu Santo, Siendo DIOS por los Siglos de los siglos.












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"Sancte Pio Decime" Gloriose Patrone, ora pro nobis.





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lunes, 21 de marzo de 2011

Para Reflexionar Apocalípticamente

Lo que más cuesta a los fieles es ver y admitir en estos últimos tiempos apocalípticos que la crisis de la hora presente, no es una crisis más sino la última, definitiva e irreversible, propia de los tiempos preparusiacos. Es la Gran Crisis (Tribulatio Magna – Gran tribulación) cual no se ha visto ni se verá jamás, es la Crisis Universal predicada por Nuestro Señor Jesucristo para inmediatamente antes de su Parusía. No verlo o no quererlo ver, es una locura o una ceguera imperdonable, que lleva inexorablemente a equivocarse buscando soluciones vanas, inútiles, y en definitiva a hacerle el juego al impostor, al enemigo, al Anticristo en su doble versión tanto política, lo que común (aunque parcialmente) la gente entiende por el Anticristo, como religiosa el pseudoprofeta, que es tanto o más Anticristo que el político, pues el uno tiene poder sobre el cuerpo, pero el otro sobre el alma. Es peor, mucho peor matar el alma destruyendo la Fe, que matar el cuerpo. El sida espiritual, como decía Monseñor Lefebvre refiriéndose a la perdida de la Fe, después del nefasto Concilio Vaticano II, es peor mucho peor que el sida físico. El justo vive de la fe, y sin fe es imposible agradar a Dios.

Se trata pues en primer lugar, esencial y fundamentalmente de una crisis espiritual religiosa, sobrenatural, de Fe. Es una crisis religiosa, teológica y dogmática, con repercusiones morales, sociales, políticas y hasta económicas, y si se quiere hasta cosmológicas. Es la última crisis que está en el vértice y en el desenlace de la Metafísica de la historia, es decir de la lucha perenne entre el Bien y el Mal, entre Dios y Satanás, entre Cristo y el Anticristo, entre la Iglesia y la Contra Iglesia o Sinagoga de Satanás. Para poder verlo o ayudar a verlo sirvan estos textos llenos de luz exegética y profética del Padre Castellani:

“La mujer significa en la Escritura constantemente Israel, es decir, la religión. Dios apostrofa a su pueblo como a una adultera o la requiebra como a una novia. Los deuteroprofetas abandonan incluso la imagen de Reino para insistir en la figura de Esposa. Cristo llamo a su gente ‘generación adultera’. San Pablo represento a la Iglesia con la figura de una doncella, ‘virgenem castam exhibere Christo’, una virgen pura que dar en matrimonio a Cristo. Las Dos mujeres del Apokalipsis representan la religión corrompida y la religión fiel, la Forneguera sobre la Bestia Roja y la Parturienta vestida de sol de la Fe, pisando la luna del mundo mudable, y coronada de la venticuatral diadema estelar patriarcal y apostólica. Estos dos aspectos de la religión son perfectamente distinguibles para Dios, pero no siempre para nosotros. La cizaña se parece al trigo y no será separada hasta la siega.” (Los Papeles de Benjamín Benavides, ed.Dictio 1978, p.225-226).

“Cuando vino Cristo eran tiempos confusos y tristes. La religión estaba pervertida en sus jefes y consiguientemente en parte del pueblo. (…) Cristo no abandonó la Sinagoga por eso, sino que se hizo matar por purificarla. De su corazón abierto nació la Iglesia, que primordialmente fue Judía. Cuando Cristo vuelva la situación será parecida. Solamente el fariseísmo, el pecado contra el Espíritu Santo, es capaz de producir esa magna apostasía que Él predijo: la ‘mayor tribulación desde el diluvio acá, será producida por la peor corrupción, la corrupción de lo optimo. El dolor solo remediable por Dios en persona es el producido por la corrupción irremediable, ‘la sal que pierde su salinez’. Por eso San Juan vio en la frente de la Ramera la palabra misterio, y dice que se asombro sobremanera, y el Ángel le dice: ‘Ven, y te explicare el arcano de la Bestia’. Es el misterio de Iniquidad, la ‘abominación de la desolación’; la parte carnal de la Iglesia ocultando, adulterando y aun persiguiendo la verdad, Sinagoga Satanae. Por eso la parte fiel de la Iglesia padecerá entonces ‘dolores como de parto’, y el Dragón estará a punto de tragar a su hijo, que solo se salvara por milagro, y ella se salvar solamente huyendo a la soledad con dos alas de águila, y aun allí la perseguirá la riada de agua sucia y torrentosa que el Dragón lanzara contra ella… la nueva Esposa pura y sin macula, inmaculadamente concebida de nuevo.” (Los Papeles. p.226-227).

“El Misterio de Iniquidad es el odio a Dios y la adoración del hombre. Las Dos Bestias son el poder político y el instinto religioso del hombre vueltos contra Dios y dominados por el Pseudo Cristo y el Pseudoprofeta”. (Cristo ¿vuelve o no vuelve? ed. Dictio, 1976 p.28).

“El Misterio de Iniquidad es el principio de la Ciudad del Hombre, que lucha con la Ciudad de Dios desde el comienzo; es la raíz de todas las herejías y el fuego de todas las persecuciones; ‘es la quietud incestuosa de la criatura asentada sobre su diferencia específica’; es la continua rebelión del intelecto pecador contra su principio y su fin, eco multiplicado en las edades del ‘No serviré’ de Satanás. La cúspide del misterio de Iniquidad es el odio a Dios y la adoración idolátrica del Hombre.” (Cristo. p. 28).

“(…) la Mujer Ramera y Blasfema es la religión adulterada ya formulada en Pseudo Iglesia en los últimos tiempos, prostituida a los poderes de este mundo y asentada sobre la formidable potencia política y tiránico imperio del Anticristo…”.(Los Papeles. p.229).

“La mujer perdida se glorifica a si misma ahora, con la sangre de los mártires y la de los Santos; se ufana y emborracha con ella.” (El Apokalipsis de San Juan, ed. Paulinas, 1963, p. 264-265).

“¿Qué es la ‘abominación de la desolación’? Tengo entendido que los Santos Padres entienden por esa expresión semítica la idolatría…La peor idolatría, pues en el fondo del modernismo está latente la idolatría mas execrable, la apostasía perfecta, la adoración del hombre en lugar de Dios, y eso bajo formas cristianas y aun manteniendo tal vez el armazón exterior de la Iglesia.” (Los Papeles. p.47).

“La presión enorme de las masas descreídas y de los gobiernos o bien maquiavélicos o bien hostiles pesara horriblemente sobre todo lo que aun se mantiene fiel; la Iglesia cederá en su armazón externo; y los fieles ‘tendrán que refugiarse’ volando ‘en el desierto’ de la Fe. Solo algunos contados, ’los que han comprado’ con la renuncia a todo lo terreno, ‘colirio para los ojos y oro puro afinado’ mantendrán inmaculada su Fe, (…) Esos pocos ‘no podrán comprar ni vender’, ni circular, ni dirigirse a las masas por medio de los grandes vehículos publicitarios, caídos en manos del poder político; y después, del Anticristo: por eso serán pocos.” (Los Papeles. p.292-293).

“El estado descompuesto y falsificado de la Iglesia (‘el Atrio pisoteado por los paganos’) los sumirá en desconsuelo y perplejidad, los prelados ‘mercenarios’ los castigaran y hostigaran, hasta hacerles imposible el ganarse la comida. Su fidelidad a la Iglesia – a la imagen lejana de la Iglesia, y el núcleo atormentado de hoy – será más que heroica, casi imposible.” (El Apokalipsis. p. 223).Tal y como hoy sucede con los fieles tradicionalistas, podemos decir.

“Esta historia de una religión falsa, falseada, falsificada, falluta (de ‘fallo-fallere’, caer) (…) y la tal religión ‘fornicaria’ es necesaria para que pueda surgir el culto sacrílego del Anticristo, ‘que sedera en el templo de Dios, haciéndose como si fuese Dios’, según predice San Pablo. Lo que llama Daniel ‘la abominación de la desolación’ – y repite Jesucristo.” (El Apokalipsis. p. 211).

“Son los mártires de los últimos tiempos, los más ‘mártires’ de todos, dice San Hipólito. ‘Vírgenes’ y ‘sin mancha’ los llama Juan, porque se guardaran de la apostasía y la idolatría del Anticristo, la cual en las Sagradas Letras es llamada ‘fornicación’. ‘No se ensuciaron con Mujeres’, es decir, con ‘la mujer’ que aparecerá más tarde, la Meretriz Magna, fautora de la religión falsificada. Varones los pinta el Profeta, no porque no haya mujeres en ellos, sino en seña de Fortaleza.” (El Apokalipsis. p. 218).

“(…) ‘Vírgenes’ significa que no se manchan con la ‘fornicación’ (o sea idolatría) de la religión falsificada; la cual fornicación o apostasía propaga la mujer Ramera.” (El Apokalipsis. p. 96).
“La medición del templo significa la reducción de la Iglesia fiel a un pequeño grupo perseverante y la vasta adulteración de la verdad religiosa en todos los restantes; y en esto son unánimes todos los Santos Padres.”. (El Apokalipsis. p. 94-95).

“El mismo templo y la cuidad santa serán profanados, ni serán ya santos. No serán destruidos. La religión será adulterada, sus dogmas vaciados y rellenados de substancia idolátrica; no eliminada, pues en alguna pate debe estar el Templo en que se sentara el Anticristo ‘haciéndose adorar como Dios’, que dice San Pablo. La Gran Apostasía será a la vez una grande, la más grande Herejía. ¿Qué es lo que puede corromper a la Iglesia? Lo mismo que corrompió a la Sinagoga, el Fariseísmo.” (El Apokalipsis. p. 153).

“Solo el Tabernáculo (o Sancta Sanctorum) será preservado: un grupo pequeño de cristianos fieles y perseguidos; el Atrio, que comprende también las Naves (no las había en el Templo de Jerusalén) será pisoteado. Y esa es ‘la abominación de la desolación’, que dijo Daniel y repitió Cristo.” (El Apokalipsis. p. 154).

“Pues sí, señor. San Victorino Mártir continuamente dice que la Iglesia será quitada: ‘El coelum recissit tanquam liber qui involvitur’, y el interprete interpreta: ‘el cielo es plegado, es decir, la Iglesia es quitada’; ‘de medio fiet’ –escribe Victorino en su bajo latín – que en latín significa ‘más todavía: ‘La Iglesia liquidada’.” (Los Papeles. p.273).

“San Victorino Mártir netamente asevera que ‘la Iglesia será quitada’; pero eso no significa que será extinguida del todo y absolutamente, como opino Domingo Soto, sino su desaparición de la sobre haz de la tierra y a su vuelta a unas más oscura y horridas catacumbas.” (Los Papeles. p. 344).

“Se atropellará lo más sagrado, y ninguna palabra tendrá Fe, ni pacto alguno vigor, fuera de la fuerza. La caridad heroica de algunos fieles, transformada en amistad hasta la muerte, mantendrá en el mundo los islotes de la Fe; pero ella misma estar de continuo amenazada por la traición y el espionaje. Ser virtuosos será un castigo en sí mismo, y como una especia de suicidio.” (El Apokalipsis. p. 200).

“Ni quedara intacta la Iglesia visible; dentro de ella habrá santuario y atrio. Habrá fieles, clero, religiosos, doctores, profetas que serán pisoteados, que cederán a la presión, que tomaran la marca de la Bestia.” (Los Papeles. p. 294).

“La Religión idolátrica. He insistido en este libro sobre el ‘naturalismo religioso’, o ‘modernismo’ como religión del Anticristo, pro ser lo que yo he estudiado y lo que se ve; (…)” (El Apokalipsis. p. 340).

“(…) Los ‘enciclopedistas’ o ‘iluministas’, que a través del ‘liberalismo religioso’, o racionalismo, o naturalismo, han llegado hasta nosotros en el hoy vigente ‘modernismo’, que ya espantaba a Newman; y es la peor herejía que se puede imaginar: la adulteración sutil y total del Cristianismo.” (El Apokalipsis. p. 327-328).

“El ‘enciclopedismo’ de los sedicentes ‘filósofos’ del siglo XVIII; o sea el ‘naturalismo religioso’ que empezó por el ‘deísmo’ y se prolonga en el actual ‘modernismo’: la peor herejía que ha existido, pues encierra en su fino fondo la adoración del hombre en lugar del Dios, la religión del Anticristo.” (El Apokalipsis. p. 136).

“No hay en la Escritura mención de otro delito del Anticristo que este de la blasfemia y el sacrilegio máximo (‘la abominación de la desolación’) y la iniquidad y tiranía contra los cristianos, que en su consecuencia; va a exigir honores y cultos divinos, para lo cual aparecerá como bueno e incluso santo. Será un hipócrita; no con la gruesa hipocresía del ‘paliolo’, como el Tartufo de Moliere, cuya falsía es tranparente y él sabe que es un falso, sino con la hipocresía sustancial de los Fariseos del siglo I, que no sólo eran tenidos, mas aun ellos mismos se tenían por santos.” (El Apokalipsis. p. 344). Se ve netamente el carácter predominantemente religioso del asunto, indicado por la escritura.

“(…) la estructura temporal de la Iglesia existente será presa del Anticristo, fornicara con los reyes de la tierra –al menos una parte ostensible de ella, como paso ya en la historia-, y la abominación de la desolación entrara en lugar santo. ‘Cuando veáis la desolación abominable entrar a donde no debe, entonces ya es’ ¿Sera el reinado de un Antipapa, o Papa falso? ¿Sera la destrucción material de Roma? ¿Será la entronización en ella de un culto sacrílego? No lo sabemos.” (Cristo. p. 29).

“La persecución de Juliano, la formación de una religión falsa parecida a la Cristiana, obra de Pseudoprofeta o segunda Bestia, que puede ser un Antipapa, (…)” (Cristo. p.56).
“El anticristo será, pues, un Imperio Universal Laico unido a una Nuevo Religión Herética; encarnados ambos en un hombre o quizá en dos hombres, el tirano y el Pseudoprofeta.” (Cristo. p.47-48).

“Nada impide que la ‘propaganda sacerdotal’ del Anticristo (Lacunza, Pieper) este encabezada por un Obispo apóstata (Solovief) o incluso un Antipapa; así sucede en la historia humana: cuerpo pide cabeza.” (El Apokalipsis. p.334).

“Esta bestia es pues evidentemente un movimiento religioso, una herejía parecida al Cristianismo, la ultima herejía, la mas nefanda y sutil de todas, la adoración del Hombre; encarnada ella quizá en un genio religiosos, una especie de inmenso Lutero, Focio, Mahoma. Quizá sea un antipapa y los dos cuernos signifiquen la mitra episcopal. No lo sabemos.” (Los Papeles. p.297).

“El neo paganismo es apostasía larvada, es haber rechazado a Dios y lo sobrenatural, conservando los ropajes de la Fe católica, convertidos en ‘estética’, convención, rutina y mitología: el cristianismo estético los diletantes, el cristianismo conceptual de los filósofos, el cristianismo político de los policastros, el cristianismo adulterado modernistas (…)”(Los Papeles. p.134).

“Los fieles de los últimos tiempos solo se salvaran por una caridad inmensa, una fe heroica y la esperanza firme en la próxima Segunda Venida.” (Los Papeles. p.135).

“Antes para reconocer a Cristo bastaba creer que había venido; hay es necesario creer que ha de volver.” (Los Papeles. p.425).

“Lo que distingue a los verdaderos cristianos es que esperan la Segunda Venida…” (Los Papeles. p.426).

El que quiera ver que vea y el que quiera oír que oiga.

Padre Basilio Méramo
17 de Marzo de 2011
Bogotá Colombia

viernes, 4 de marzo de 2011

La alergia antiapocalíptica y antiparusiaca‏. Escrito del P. Basilio Méramo

La alergia antiapocalíptica y antiparusiaca viene en última instancia del Anticristo y su espíritu, y del desconocimiento o el desprecio de lo que dijo a principios del siglo XX, San Pio X.

Lo primero lo dice el P. Castellani en estos términos refiriéndose al Anticristo -y en mi opinión del Anticristo Pseudo profeta, si nos atenemos a la sugerencia que el mismo P.Castelleni hace cuando afirma: “La visión de la derrota de los Anticristos” (El Apokalypsis, Ediciones Paulinas 1963, p. 279) “No agarrará a los dos Anticristos para hundirlos en el Orco” (Apok p.289)- : “El
Anticristo no será un demonio, sino un hombre ‘demoniaco’: tendrá ojos como de hombre, levantados con la plenitud de la ciencia humana, y hará gala de humanidad y ‘humanismo’; aplastara a los santos y abatirá la Ley, tanto de Cristo como la de Moisés[…] hará imperar la abominación de la desolación, o sea, el sacrilegio máximo; será soberbio, mentiroso y cruel, aunque se fingirá virtuoso[…] Reducirá a la Iglesia a su extrema tribulación, al mismo que fomentará una falsa Iglesia. Matara a los profetas y tendrá de su lado una manga de profetoides, de vaticinadores y cantores del progresismo y de la euforia de la salud del hombre por el hombre, hierofantes que proclamaran la plenitud de los tiempos y una felicidad nefanda. Perseguirá sobre todo la predicación y la interpretación del Apokalipsis; y odiara con furor aun la mención de la Parusía. En su tiempo habrá verdaderos monstruos que ocuparan cátedras y sedes, y pasaran por varones píos, religiosos y aun santos: porque el Hombre de Pecado tolerara y aprovechara un cristianismo adulterado.” (Apok p.198-199).


Queda claro que oponerse a la predicación del Apocalipsis y su interpretación y a la mención de la Parusía procede de ese espíritu anticatólico y del Anticristo.

Es más, no hay derecho a ser indiferentes o despectivos como muchos que, aun dentro de la tradición católica y que se dicen tradicionalistas (sea sacerdotes o laicos), así lo expresan con su actitud, frente al tema.

No se dan cuenta que desechan lo que San Pio X dijo en su primera encíclica E Suprimí Apostolatus del 4 de Octubre de 1903, después de referirse al funesto ataque que en todo el mundo se promueve y se fomenta contra Dios, y a que en la mayoría se ha extinguido el temor al Dios eterno y no se tiene en cuenta la ley de su poder supremo en las costumbres, ni en público ni en privado, y a la lucha condenonado esfuerzo y con todo tipo de maquinaciones para arrancar de raíz incluso el mismo recuerdo y noción de Dios; para concluir: “Es indudable que quien considere todo esto tendrá que admitir de plano que esta perversión de las almas es como una muestra, como prologo de los males que debemos esperar en el fin de los tiempos; o incluso pensará que ya habita en este mundo el hijo de la perdición de quien habla el Apóstol. En verdad, con semejante osadía, con este desafuero de la virtud de la religión, se cuartea por doquier la piedad, los documentos de la fe revelada son impugnados y se pretende directa y obstinadamente apartar, destruir cualquier relación que medie entre Dios y el hombre. Por el contrario –esta es la señal propia del Anticristo según el mismo Apóstol-, el hombre mismo con temeridad extrema ha invadido el campo de Dios, exaltándose por encima de todo aquello que recibe el nombre de Dios; hasta tal punto que- aunque no es capaz de borrar dentro de sí la noción que de Dios tiene-, tras el rechazo de su majestad, se ha consagrado a si mismo este mundo visible como si fuera su templo, para que todos lo adoren. Se sentara en el templo de Dios, mostrándose como si fuera Dios. Efectivamente nadie en su sano juicio puede
dudar de cuál es la batalla que esta librando la humanidad contra Dios.” Que no diría hoy este Papa Santo.

Luego el que niegue esto no está en su sano juicio según lo afirmado por San Pio X, a menos que sea un supino ignorante, y esto de parte del clero es una aberración. Si nos fijamos bien San Pio X hace además alusión a la virtud de religión conculcada y a los documentos de la fe revelada impugnados, lo cual concuerda con lo que dijo Nuestra Señora en Fátima relacionado con el tercer Secreto (o 3ª parte del Secreto): “En Portugal se conservara siempre el dogma de la Fe”. Y Santo Tomas en su comentario a San Mateo sobre el pasaje que habla de la Gran Tribulación dice que: “Habrá una perversión de la doctrina cristiana a causa de una falsa doctrina y si no fuesen abreviados los días, es decir por el ejemplo de la doctrina, gracias al aditamento de la verdadera doctrina, nadie se salvaría, todos se convertirían a la falsa doctrina. (In Math. c. 24)”

Luego no se puede desconocer el tema apocalíptico y de la parusía sin que medie el espíritu del Anticristo o (en el mejor de los casos) por grave ignorancia de parte del clero que no predica ni ilumina a los fieles.

Y los que por una falsa óptica esperan una restauración o triunfo de la Iglesia antes de la Parusía, son milenaristas al revés como dice el P. Castellani: “Es el mismo sueño carnal de los judíos, que los hizo engañarse respecto a Cristo. Estos son milenistas al revés. Niegan acérrimamente el Milenio metahistórico después de la Parusía, que está en la Escritura; y ponen un Milenio que no
está en la Escritura; por obra de las solas fuerzas históricas o sea una solución intrahistórica de la Historia; lo mismo que los impíos ‘progresistas’; […] lo cual equivale a negar la intervención sobrenatural de Dios en la Historia. (El Apokalipsis de San Juan, ediciones Paulinas, 1963, p.367).
Como se ve se trata de ese gran espejismo del triunfo intrahistórico antes de la Parusía: “Hoy día, muchísimos católicos, incluso escritores, incluso predicadores, incluso sabios, sueñan con una especie de gran triunfo temporal de la Iglesia vecino a nuestros tiempos y anterior a los parusiacos. (…) ¿Y es otra cosa que un milenarismo anticipado…?” (Los Papeles de Benjamín Benavides, Ed. Dictio 1978, p. 387).

El triunfo intramundano de la Iglesia, intrahistórico es un milenarismo progresista, pues se trata, como el P.Castellani afirma: “De un milenarismo malo, que espera el Reino de Cristo en la tierra antes de la Venida de Cristo, y obtenido por medios temporales, y consistente en un esplendor de la Iglesia también temporal. (Pap. p. 289)

Que se trata de un milenarismo progresista lo podemos además ver, si recordamos que el Concilio Vaticano II se convocó con el espíritu de apertura al mundo, precisamente para hacer las paces con un mundo que debe aun durar miles de años descartando la Parusía como un presagio de profetas de desgracias, lo cual queda expresado en el discurso de apertura por Juan XXIII: “Mas nos parece justo disentir de esos profetas de calamidades que siempre están anunciando infaustos sucesos como si fuese inminente el fin de los tiempos.” (Discurso de apertura, 11 de Octubre de 1962). La actitud anti apocalíptica de Juan XXIII es manifiesta y es una de las razones que da origen al Concilio Vaticano II, y es totalmente contraria a lo que ya vimos de San Pio X en su primera encíclica E Supremi Apostolatus, sobre los últimos tiempos apocalípticos; y es contraria también a la de su predecesor Pio XII: “ Es necesario quitar la piedra sepulcral con la cual han querido encerrar en el sepulcro a la verdad y al bien; es preciso conseguir que
Jesús resucite; con una verdadera resurrección, que no admita ya ningún dominio de la muerte (…) ¡Ven, Señor, Jesús! La humanidad no tiene fuerza para quitar la piedra que ella misma ha fabricado, intentando impedir tu vuelta. Envía tu ángel, oh Señor, y haz que nuestra noche se ilumine como el día. ¡Cuántos corazones, oh Señor, te esperan! ¡Cuántas almas se consumen por
apresurar el día en que Tu solo vivirás y reinaras en los corazones! ¡Ven, oh Señor, Jesús! ¡Hay tantos indicios de que tu vuelta no está lejana! (Mensaje Pascual 21 de Abril de 1957).

Juan XXIII no quiso ser profeta de calamidades como los que piensan en la proximidad del fin de los últimos, luego hay que amigarse con un mundo que va a durar muchísimos años, hay que ponerse al día (aggiornamento), hay que abrir las ventanas de la Iglesia y se abrieron las puertas, para después preguntarse Pablo VI por cual fisura entro el humo de Satanás en la Iglesia y reconocer la obra de la autodestrucción: “La Iglesia se encuentra en una hora de inquietud, de autocritica, se diría incluso de autodestrucción.” (Discurso del 7 de Diciembre de 1968); y por paradójico que parezca llega a decir: “Por cual fisura el humo de Satanás ha entrado en el templo de Dios.” (Discurso del 29 de Junio de 1972); como si no supiera que Juan XXIII no solo abrió la ventana sino las puertas, y que el mismo Pablo VI reabrió el Concilio Vaticano II y oficializo con su firma todos sus documentos, y por insólito que parezca llega a reconocer “la apostasía practica que se ha esparcido.” (Discurso del 28 de Abril de 1968), siendo él
su máximo responsable.

Nicolás Gómez Dávila en sus Escolios de un Texto Implícito llegó a decir respecto a esta apertura: “Pensando abrirle los brazos al mundo moderno, la Iglesia le abrió las piernas”. (Franco Volpi, “Nicolás Gómez Dávila, El solitario de Dios” Villegas Editores 2005, p. 71).

Por si fuera poco se formula un nuevo Credo semiarriano en el cual se proclama la connaturalidad (misma naturaleza) de Cristo, negando el Concilio de Nicea que formulo infaliblemente el consustancial (de la misma sustancia) para refutar el arrianismo y su
versión light, el semiarrianismo.

Esto fue reconocido por el mismo Maritain, Padre del progresismo del Concilio Vaticano II, que señalo el grave error aunque su escrito permaneció 25 años inédito (oculto). Maritain dijo: “Finalmente hay que señalar un error de traducción que no es solo una inexactitud más o menos grave, sino un error pura y simplemente inaceptable. (…)Con el pretexto de que la palabra ‘sustancia’ y, a fortiori, la palabra ‘consustancial’ son hoy imposibles, la traducción francesa de la misa hace decir a los fieles, en el Credo, una fórmula que es errónea en sí, e incluso estrictamente hablando, herética. Nos hace decir que el Hijo, engendrado, no creado, es ‘de la misma naturaleza que el Padre’: que es exactamente el homoioousios de los arrianos o semiarrianos, contrapuesto al homoousios o consubstantialis, del Concilio de Nicea. Por rechazar una iota se padeció en aquel tiempo persecución y muerte. ” (Revista 30 días, Nº. 56, 1952, p.32)

Igualmente Etienne Gilson afirmo al respecto: “Habiendo siempre cantado en latín que el Hijo es consustancial con el Padre, me parece curioso que esta consustancialidad se haya cambiado en simple connaturalidad.(…) La amargura que tanto Gilson como Maritain sentían por la situación de la Iglesia posconciliar se resume en esta dramática frase que Gilson escribió el 5 de noviembre de 1969 al padre Chenu: ‘Moriré en comunión con la Iglesia en la que nací, pero no estoy seguro de que sea la misma’.”(Revista 30 días, Nº. 56, 1952, p.38)

Se evidencia que la Nueva Iglesia postconciliar es herética y arriana o semiarriana para ser más precisos, pues concibió un Credo herético opuesto al Credo de Nicea 325 con el que se fulmino al arrianismo y al semiarrianismo.

Todo esto nos sitúa históricamente en el fin de los últimos tiempos apocalípticos que los progresistas quieren negar sin tener en cuenta que la diáspora del pueblo hebreo terminaría para esa época, como lo dice la Sagrada Escritura y que así lo afirma la exegesis: “Y caerán a filo de espada, y serán deportados a todas las naciones y Jerusalén será pisoteada por los gentiles hasta que el tiempo sea cumplido” (Luc. 21,24).

Este tiempo del fin de la diáspora y retorno a Jerusalén es un hecho ocurrido hace más de 60 años cuando el 15 de Mayo de 1948 David Ben Gurrion proclama el nuevo Estado soberano de Israel, oficializándose así el fin de la diáspora.

Y que no se diga que todo esto no es apocalíptico o el texto de San Lucas no se refiere a ello, pues se trata de un relato paralelo al discurso esjatologico de San Mateo 24, además San Lucas 3 versículos mas abajo dice: “Entonces es cuando verán al Hijo del Hombre viniendo en una nube con gran poder y grande gloria. Mas cuando estas cosas comiencen a ocurrir, erguíos y levantad la cabeza, porque vuestra redención se acerca”. (Lc 21,27-28) y en seguida pasa el evangelista a la parábola de la higuera como signo del fin de los tiempos apocalípticos.

El progresismo, en última instancia, no quiere ni puede admitir que: “El mundo va hacia una catástrofe intrahistórica que condicione un triunfo extrahistorico; o sea una ‘trasposición’ de la vida del mundo en un trasmundo; y del Tiempo en un Supertiempo; en el cual nuestras vidas no van a ser aniquiladas y luego creadas de nuevo, sino (como es digno de Dios) transfiguradas ellas todas por entero, sin perder uno solo de sus elementos.” (Apok. p. 152-153)

En definitiva como dice el padre Castellani se puede resumir: “¡Dios mío! En suma: es la vulgar actitud conciliadora y contemporizadora del “evolucionismo teológico”, la herejía más difundida y menos conocida de nuestros días; que tiene como raíz el no pensar en la Parusía, ni tenerla en cuenta, ni creerla quizá, sin negarla explícitamente; polarizando las esperanzas religiosas
de la humanidad hacia el foco del “progresismo” mennesiano. (Pap. p. 312).

Así pues,podemos afirmar con el Padre Castellani que: “…excluimos ese gran triunfo temporal de la Iglesia antes de la Parusía, que me parece un peligroso ensueño contemporáneo… ¡Es el anzuelo del Anticristo!. ¡Es él quien prometerá realizar ese ensueño, con las solas fuerzas del hombre ensoberbecido! ¡El prometerá la paz, la prosperidad, el nuevo Edén!, y se pondrá a edificar sacrílegamente la nueva Babel” (Pap. p. 398). “La apostasía de la Fe y las artes del Anticristo habrán persuadido a la mayoría de que el mundo no tendrá fin, y de que debe seguir siempre adelante en un continuo progreso hasta convertirse en el Paraíso de la
Ciencia y de la Civilización, en el Edén del Hombre Emancipado.” (Pap. p. 415)

Padre Basilio Mèramo
Bogotá, 4 de Marzo de 2011