San Juan Apocaleta



Difundid Señor, benignamente vuestra luz sobre toda la Iglesia, para que, adoctrinada por vuestro Santo Apóstol y evangelista San Juan, podamos alcanzar los bienes Eternos, te lo pedimos por el Mismo. JesuCristo Nuestro Señor, Tu Hijo, que contigo Vive y Reina en unidad del Espíritu Santo, Siendo DIOS por los Siglos de los siglos.












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"Sancte Pio Decime" Gloriose Patrone, ora pro nobis.





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sábado, 17 de octubre de 2009

Respuesta ante las advertencias del Prior de Córdoba

El Padre Conte, Prior de Córdoba, y ciertamente bajo las directivas del Superior de Distrito, el Padre Bouchacourt, se ha atrevido creyéndose poseedor de la verdad, y en nombre de Dios, cual fariseo (que impugna la verdad conocida), advertir a los fieles (durante el sermón del Domingo) de no tener ni aceptar ningún contacto con el Padre Basilio Méramo, que ha abandonado la FSSPX; y recordando la actitud de Mons. Lefebvre de no tener ninguna relación ni contacto con quienes dejaban la FSSPX.
En primer lugar, no me fui sino que me fueron o mejor dicho me expulsaron, por no estar de acuerdo con los acuerdos con la Roma modernista y apóstata. Por denunciar la nueva orientación del Superior General Mons. Fellay, y tras de él la del Padre Schmidberger, quien desde hace mucho tiempo, y aún en vida de Mons. Lefebvre, comenzó a desviar insensiblemente la resistencia y el combate que encabezaba ante el mundo la FSSPX.
Este largo e insensible proceder da hoy sus resultados, lográndose desactivar y anular el glorioso y heroico combate de la Tradición contra el modernismo apóstata de los anticristos que ocupan Roma, como ya lo señaló en su momento el mismo Mons. Lefebvre. Si de alguien Mons. Lefebvre dijo que es un hereje con nombre y apellido fue del entonces Cardenal Ratzinger, con quien el Padre Schmidberger, siendo Superior General de la FSSPX, guardaba estrechos contactos manteniendo al margen al mismo Mons. Lefebvre (quien me lo confió de viva voz cuando era seminarista de Ecône), de las conversaciones entre ellos mantenidas en su lengua maternal, el alemán; y cuánto más ocupando hoy la Sede de Pedro.
Si esto pasaba en vida del fundador de la FSSPX, no es de extrañar que después de dieciocho años de muerto se llegue a la actual situación ante la cual los sacerdotes y los fieles quedan perplejos, sin capacidad de reacción ante la absorción enmascarada y la entrada el gran Panteón de las religiones que nos abre la Roma modernista con el ecumenismo sincretista y dialéctico, que el hoy Benedicto XVI con paternal sensibilidad nos prodiga.
No es el Padre Basilio Méramo el que traiciona y abdica, sino que es Mons. Fellay con toda su cúpula directiva quien hoy lo hace camufladamente. Y así acepta el Motu Proprio, que con el anzuelo de reconocerse que la Misa Tradicional nunca fue abolida (pues esto evidenciaría la ruptura y el cisma modernista), se admite que la nueva misa bastarda, como Mons. Lefebvre la calificaba, es un rito legítimo, y aún más la norma (es decir, el rito ordinario), mientras que la Misa Tridentina es algo inusual o esporádico (es decir, el rito extraordinario). Así el Motu Proprio legitima la nueva misa como culto y expresión del rito romano.
Además, el levantamiento del Decreto de las excomuniones pedido y aceptado por parte de los supuestamente “excomulgados” por la Nueva Iglesia posconciliar es reconocer y admitir que se estaba realmente excomulgado. Dejándose ver en estas falsas excomuniones el sello de garantía de no tener ninguna parte con el error y la herejía de la Nueva Iglesia posconciliar, como así Mons. Lefebvre lo decía y mantenía.
A los fieles se los ha llevado insensible y paulatinamente a un estado de anemia espiritual que no les permite la pronta y enérgica reacción ante el desvío de los superiores que dirigen y gobiernan la FSSPX, que era el último baluarte a nivel internacional que quedaba frente a la Roma anticristo, que hoy se manifiesta, como profética y apocalípticamente lo anunció Nuestra Señora de la Salette al decir “la Iglesia será eclipsada” y “Roma perderá la Fe y será la Sede del Anticristo”.
El golpe es mortal aunque los efectos no se evidencien inmediatamente pues al igual que un gran barco petrolero no se detiene inmediatamente sino que primero se desacelera, después se ponen marcha atrás las turbinas para seguir un largo recorrido de unos 40 kilómetros más hasta detenerse totalmente.
Hoy le llega el turno a la FSSPX después de una lenta y firme recuperación de los que resistían al modernismo, como pasó con Don Augustin (Flavigny), Don Gérard (Barroux), los Padres de Campos, por nombrar a los más conocidos en el mundo de la Tradición; y ahora como es lógico, le toca el turno a la misma FSSPX, pero como es un hueso más difícil de roer, hay que hacerlo por etapas mediante preámbulos sugeridos por la misma Roma y diálogos supuestamente doctrinales (aunque ya Mons. Fellay acepta el 95% del Concilio), que permiten el transcurso del tiempo mientras todo sigue su curso, favoreciendo el modernismo, perdiéndose la Fe, y reabsorbiendo dialécticamente a la Tradición.
Cuando todo sea claro ya será demasiado tarde.
Padre Basilio Méramo
Córdoba, 18 de Noviembre de 2009