San Juan Apocaleta



Difundid Señor, benignamente vuestra luz sobre toda la Iglesia, para que, adoctrinada por vuestro Santo Apóstol y evangelista San Juan, podamos alcanzar los bienes Eternos, te lo pedimos por el Mismo. JesuCristo Nuestro Señor, Tu Hijo, que contigo Vive y Reina en unidad del Espíritu Santo, Siendo DIOS por los Siglos de los siglos.












Website counter Visitas desde 27/06/10



free counters



"Sancte Pio Decime" Gloriose Patrone, ora pro nobis.





Link para escuchar la radio aqui

miércoles, 8 de julio de 2009

JUAN PABLO II, UN PAPA DESEADO POR LA SINARQUIA

Indice
Introducción
Sinarquía y Contra- Iglesia
Un Papa de corte Masónico
Sinarquía y Nueva Iglesia
Aggiornamento y Nuevo Orden Mundial
Gnosis y Ecumenismo
Ecumenismo Masónico
Cábala y Masonería
Conclusión

Introducción

La Sinarquía o Gobierno Oculto Mundial dirigido por la Judeo-Masonería, desde hace mucho tiempo emprendió la audaz y ardua tarea de obtener un Papa conforme a sus fines.

Un verdadero complot contra la Iglesia Católica se urdió en las Altas Logías masónicas, para obtener el fin deseado. Esto es, destruir la Iglesia desde adentro (sin hacer mártires) y utilizarla en la construcción de la Sinagoga de Satanás o Contra-Iglesia.

Desde hace más de un siglo se reveló el deseo expreso de crear una Nueva Iglesia, con un Nuevo Sacerdocio, lo cual requería la convocatoria de un futuro concilio según los designios de los grandes iniciados en las logias judeo-masónicas, es decir, los grandes ocultistas gnóstico-cabalistas.

Una nueva Iglesia Sinárquica requería un Nuevo Papado es decir, Papa conforme a los ideales judeo-masónicos de la Sinarquía, en vista a un Nuevo Orden Mundial, donde el Judaísmo vea realizado su falso (tergiversado) y anhelado Mesianismo.

De aquí la necesidad de conjugar eficazmente la finanza Internacional que digita la Política y Economía Mundial y la sabiduría oculta del judaísmo contenida en la Cábala o Gnósis judaica.

La masonería sería un instrumento de iniciación y poder para obtener los fines deseados, (judaización del mundo), y además captar a los católicos para utilizarlos junto con la Iglesia en sus planes de destrucción de la Cristiandad y de la misma Iglesia Católica Apostólica y Romana.
Revolución Judeo - Masónica

Monseñor Henri Delassus (verdadero Patriarca de la historia moderna) sostiene respecto a la ambición de Poder y Dominación Mundial: «Esta voluntad de llegar a la dominación del mundo es propia a los Judíos; los francmasones no son en esto mas que sus instrumentos; ello explica casi todos los acontecimientos de los dos últimos siglos, y sobre todo de la hora presente» (La Conjuration Antichretienne, Ed. Descleé de Brouwer, Lille 1910, tomo I p. 145).

El P. Julio Meinvielle, en su prólogo al libro «Imperialismo y Masonería» del P. Virgilio Filippo (Ed. Organización San José, Buenos Aires 1967, p. 13), afirma: «No hace falta, advertir que la Masonería, instrumento del judaísmo por una parte, y agente del comunismo por otra, bajo sus múltiples ritos y pantomimas, acompañadas las más de las veces de altisonantes vocablos, no es sino una vulgar secta subversiva que, bajo el disfraz de humanitarismo, trabaja a la vanguardia misma de la revolución mundial.»

Y más adelante prosigue el P. Meinvielle, refiriéndose a la Argentina, pero que muy bien se aplica a cualquier país: «La Masonería representa en la Argentina un verdadero imperialismo, el cual a su vez se robustece por las conexiones que le ligan al imperialismo judeo-.masónico, es decir, al poder oculto mundial que maneja luego todos los hilos de la conspiración que contra la Iglesia y contra el bienestar de los pueblos, se trama en todas partes» (Ibid. p. 14).

Mons. León Meurin, Arzobispo —Obispo de Port-Louis (Francia)— en su libro Filosofía de la Masonería[1] editorial Nuevo Orden, Buenos Aires, 1981, p. 35, dice refiriéndose a la Masonería y al Judaísmo: «El judaísmo, que ha acaparado el poder civil de este mundo, hace una guerra sin tregua ni merced a la Iglesia de Jesucristo, y a todos los que se niegan a doblar la rodilla ante el becerro de oro. La verdadera, la auténtica meta de la Masonería, es ceñir las sienes del judaísmo con la diadema real y poner a sus pies el reino del mundo.»

Con estas citas queda suficientemente demostrado, los fines de la Masonería y su conexión con el Judaísmo.

Sinarquía y Contra- Iglesia

La Sinarquía auspicia el Nuevo Orden Mundial que tendrá su plena realización con el advenimiento y el Reino del Anticristo. La oposición dialéctica entre Capitalismo Liberal y Comunismo (Capitalismo de Estado) confluirá en la gran síntesis del Nuevo Orden Mundial con la Primacía Judaica sobre las naciones a través de la Técnica y la Finanza.

La gran simbiosis (coagula) esta casi a punto de realizarse, será la obra del Anticristo, pero su aparición tendrá lugar cuando esté satánicamente preparado, para que emerja como la Bestia del Mar siendo universalmente aclamado y reconocido como el Redentor de la Humanidad, prometiendo Paz y Seguridad social con todo el poder del dinero y la técnica repartiendo bienes materiales, convirtiendo la tierra en una especie de Edén o Paraíso terrenal, ideal del Meseanismo Judaico en esta Tierra. Lo único que sobra es Cristo y su Iglesia, pues es el Paraíso Terrenal, pero sin Dios ni Fe.

Así el P. Castellani advierte que: «El Capitalismo y el Comunismo, tan diversos como parecen, coinciden en su fondo; digamos, en su núcleo ‘místico’: ambos buscan el Paraíso Terrenal por medio de la Técnica; y su ‘mística’ es un meseanismo tecnólatra y antropólatra - cuya difusión vemos hoy día por todos lados, y cuya dirección es la deificación del Hombre; la cual un día se encarnará en Un Hombre.» (El Apokalypsis, Ed. Paulinas Buenos Aires, 1963 p. 347). Y este hombre será precisamente el Anticristo pues como dice el P. Castellani en otro pasaje refiriéndose a los movimientos de unificación mundial: «Propician la amalgama del Capitalismo y el Comunismo, que será justamente la hazaña del Anticristo.» (Ibid p. 189).

De tal modo que bajo el bienestar terrenal más prodigioso se encontrará la impiedad diabólicamente institucionalizada, no siendo otra cosa que una verdadera Satanocracia, la Ciudad del Hombre bajo la que se esconde la Ciudad de Satanás, en contra de la Ciudad de Dios.

Sobre la Sinarquía el P. Meinvielle nos dice: «que es el movimiento de proyección universal, manejado por los judíos, que ejerce una especie de liderazgo sobre los negocios económicos y políticos de los pueblos. Sinarquía de la palabra griega ‘sym’, con, y, ‘arque’, principio, iniciación, significa cogobierno o gobierno equilibrado, porque en él se realiza un cierto equilibrio, poderes y tendencias del mundo. Es el programa para el gobierno mundial ideado por el famoso ocultista Saint Ives d’Alveydre, a fin del siglo pasado... El programa de la Sinarquía envuelve todos los problemas de la humanidad, tanto del plano biológico como económico, político, cultural y religioso.» (Los Tres Pueblos Bíblicos en su Lucha por la Dominación del Mundo, Ed. Dictio Buenos Aires, 1974, p. 294)

Para tener una idea cabal y sintética de lo que es la Sinarquía dentro del proceso de la Revolución, transcribimos las profundas palabras que al respecto emite el P. Meinvielle con singular maestría y penetración: «La Revolución Mundial es el proceso de destrucción de la civilización cristiana que se inicia hace siglos con el Renacimiento. Proceso de destrucción del orden social erigido en torno de Dios y de Jesucristo y de construcción de la Ciudad del hombre, del Humanismo. Se inicia en el Renacimiento, porque sólo entonces y no antes los hombres de la Iglesia toman contacto, en cierto modo oficial, con el libro secreto inspirador del judaísmo -la Cábala-, lo cual implica la construcción de una Humanidad Cabalística en sustitución de la Humanidad Cristiana. Esto significa que el proceso del mundo moderno, o de la Revolución Mundial, es al mismo tiempo el de la Judaización de los pueblos. Y la erección de la Ciudad del hombre es, por lo mismo, la erección de un mundo en glorificación del judío, ya que sólo a éste le corresponde en la tradición talmúdico-cabalista los atributos humanos, y al resto de los pueblos sólo los de bestias, de cosas que han de servir a aquel hombre».

«Las etapas de la Revolución Mundial se caracterizan por los mismos pasos por donde se va cumpliendo el proceso de destrucción del hombre cristiano. Una etapa de destrucción de los sobrenatural y de construcción del hombre naturalista, que llena los siglos XVIII; una segunda etapa de destrucción del hombre natural y de construcción con el liberalismo del hombre animal, que llena el siglo XIX; y una tercera etapa de destrucción del hombre animal y de construcción con el comunismo del hombre máquina, operación en la cual nos sorprende el siglo XX. En esta tarea de construcción del hombre máquina se halla empeñado lo que se llama la Sinarquía o sea el grupo de fuerza financiero-políticas que constituyen en este momento el Poder Oculto Mundial».

«La Sinarquía no es propiamente el comunismo ni el capitalismo -aunque pueda considerarse como variante de uno y otro-; es más bien en términos hegelianos, una síntesis o superación de uno y otro. Síntesis dialéctica del capitalismo tesis y del comunismo, antítesis, en un socialismo tecnocrático, que conserva del comunismo el igualitarismo y la nivelación social y del capitalismo el manejo y la organización de la sociedad a través de los grupos financieros empresariales. Nivelación universal y total en lo cultural-religioso, o sea la santocracia. Adviértase bien que no digo cultural y religioso, sino cultural-religioso porque en el plano sinárquico las expresiones culturales y filosóficas se confunden con las religiones, de suerte que se camina hacia una confluencia igualitaria de científicos-filosóficos-pensadores-religiosos, y en esto se incluye no sólo a católicos, judíos, protestantes, budistas, musulmanes, sino también a los ateos. En la concepción sinárquica, las religiones no son sino expresiones del hombre, y así como el hombre se expresa en la economía y en la política, también se expresa en su dimensión espiritual por la cultura y la religión. La Sinarquía es expresión total de todo lo humano -un humanismo integral- y una adoración del Hombre, culto del Hombre que, en realidad, es el culto cabalístico del ‘ojo que todo lo ve’ de la Cámara de meditación de las Naciones Unidas o el culto de Satán».

«La Sinarquía camina entonces a la confluencia y a la nivelación universal y total de todas las corrientes económicas, políticas, culturales y religiosas, y por lo mismo, al gobierno universal y totalitario de los pueblos. Un mundo unificado de corrientes socialistas bajo un gobierno totalitario universal».

«Este plan sinárquico encuentra un gran obstáculo en la estructura tradicional de la Iglesia, en los dogmas que la Iglesia profesa, en el gobierno de la Iglesia fundada sobre Pedro como sobre Roca, en los Sacramentos y en el culto cristiano. La Iglesia se presenta como un organismo con una osamenta, con unos huesos que le dan resistencia a todo intento de mezclarla con otras religiones y cultos. Habría que romper previamente esa osatura y convertir a la Iglesia en un molusco para hacerla luego confluir con las otras religiones, o falta de religión, y con las filosofías. Este cambio, esta transformación de las Iglesias en un molusco va a ser intentado por el Poder Oculto Mundial, y no por una acción desde fuera de la Iglesia, sino por una acción interna de disgregación.» (El Progresismo Cristiano, ed. Cruz y Fierro Buenos Aires 1983, pp 107 - 108 - 109).

Al respecto Pierre Virión, sobre la Sinarquía también dice: «Orgánicamente, es ante todo un conjunto de potencias ocultas de todos los órdenes y de todas las escuelas, unidas para contribuir a la formación de un gobierno mundial invisible. Políticamente, es la integración deseada de todas la potencias sociales y especialmente financieras, formando ese gobierno mundial en un régimen socialista generalizado, tecnificado, extendiéndose por el mundo, divididó en zonas geopolíticas. Ese régimen no planificaría al modo del comunismo: las diversidades étnicas, religiosas, culturales y nacionales; de acuerdo con el progreso sinárquico, no deberían ser suprimidas sino integradas en unas órdenes sometidas a una colegialidad supervisada secretamente. En consecuencia, el Catolicismo, al igual que todas las demás religiones, sería absorbido en un sincretismo universal. La iglesia quedaría enfeudada al Sistema. Se afirma, además, que ese sería el único medio de resolver la antinomanía del Poder civil y de la Iglesia.» (La Masonería dentro de la Iglesia, Ed. Cruz y Fierro, Buenos Aires, 1968, p. 17).[2]

De tal modo que: «La Sinarquía completamente realizada sería, ante todo, la Contra-Iglesia organizada.» (Ibid. p. 17-18).

En otro de sus libros el P. Meinvielle, afirma algo de sumo interés que conviene tener muy presente: «Para la Sinarquía ya ha pasado la era del capitalismo y del comunismo. Viene la era de la civilización socialista tecnocrática.» (La Iglesia y el Mundo Moderno, Ed. Theoría. Buenos Aires, 1966, p. 211).

Sobre la infraestructura del Poder Oculto de la Sinarquía, el P. Meinvielle dice: «Este poder Oculto tiene a nivel económico, el alto poder de la Banca Judía mundial, pero sería un error creer que es ésta el Poder Supremo. El Supremo es necesariamente teológico, teocrático. En las sectas de la Alta Masonería, donde se ha de rendir culto a Satanás, se toman las grandes decisiones que hacen a la vida de los pueblos. Pero el alto poder de los Banqueros va determinando la ejecución de estas decisiones.» (Ibid. p. 226).
Por esto, tal como dice Pierre Virión: «A fines del pasado siglo se urdió una formidable conjura contra la Iglesia, conjura que actualmente se desarrolla ante nuestros ojos. Un sacerdote de aquella época, después de apostar y de pasarse a las Altas Sociedades secretas, demuestra que sabía muchas cosas, había ya dicho y anunciado todo esto. Intérprete fiel y sumamente calificado de los grandes ‘iniciados’, vamos a seguirle en sus revelaciones, en su esperanza de ver caer al ‘Vaticano Real’ y reinar un Papa que será el Pontífice de la ‘Divina Sinarquía’, a la cabeza de un ‘nuevo catolicismo’ y que consagrara el espíritu de la sociedad moderna.» (La Masonería.... p. 16-17).

Este plan que lleva más de un siglo de preparación y existencia involucra a la misma Iglesia, y para ello es necesario primero infiltrarla e irla cambiando desde adentro, es decir corromperla en su propia salsa, guardando la imagen católica (su fachada) pero vaciada por dentro, en su culto, moral y dogma.

Tenemos así que la Masonería cambió de táctica para lograr absorber a la Iglesia en sus planes siniestros.

La Masonería ya no ataca de frente a la Iglesia, sino que busca el diálogo y el compromiso, para atraer hacia sí a la Iglesia y hacerla colaborar con sus fines.

Tan es así que refiriéndose a las fuerzas del mal, el P. Meinvielle observa lo siguiente: «Pero estas fuerzas que hasta ahora habían estado combatiendo abiertamente contra la Iglesia, en este preciso momento, cambian de táctica y pasan de una posición de ofensiva a otra, de diálogo, compromiso y aún de colaboración. Hasta ahora no se ha señalado, que sepamos, la significación y la importancia de esta táctica del enemigo. Pero ella está evidentemente vinculada al propósito, manifestado hoy de diversas maneras, sobre todo por el comunismo, de contar con la colaboración activa de los católicos y aún de la Iglesia misma en la construcción de la ciudad terrestre que están edificando apresuradamente las fuerzas del mal. Como la Masonería, en sus altas y secretas logías, constituye el enemigo primero y frontal donde se elabora la alta estrategia de la Construcción de un Mundo contra la Iglesia, es allí —en ese plano, el más profundo—, donde se ha de rastrear la penetración de la Contra -Iglesia dentro de la Iglesia misma.» (La Iglesia... p. 247).

Queda claro que el Nuevo Orden Mundial de la Sinarquía pretende absorber en su sincretismo a la Iglesia de Cristo, una vez corrompida y adulterada la Religión Católica.

El Sincretismo Sinárquico está cerrando el círculo. (Serpiente que se muerde la cola) englobando lo político y lo religioso bajo su Poder. Pero para lograrlo necesita que un Papa realice sus propósitos.


Un Papa de corte Masónico

Si, las fuerzas del mal (del maligno) necesitan un Papa que favorezca y realice los planes de la judeo-masonería y del Poder Oculto de la Sinarquía.

Mons. Delassus publicó un documento en el apéndice de su libro anteriormente mencionado, sobre las instrucciones secretas dadas a los miembros de la Alta Venta: «No pretendemos ganar a los Papas para nuestra causa, haciendo de ellos neófitos de nuestros principios, propagadores de nuestras ideas. Esto sería un sueño ridículo; y si por las vueltas de las cosas, por ejemplo, que cardenales o prelados, hayan entrado, en parte, de pleno acuerdo, o por sorpresa en nuestros secretos, no es de ningún modo motivo para desear su elevación a la sede de Pedro. Esta elevación nos perdería. La ambición solo los conduciría a la apostasía; las necesidades del poder los forzarían a inmolarnos. Lo que debemos pedir, lo que debemos buscar y esperar, como los judíos esperan el Mesías, es un Papa según nuestras necesidades.» (La Conjuration... p. 1040-1041).

Si la Masonería busca un Papa según sus necesidades, no le interesa que sea un masón, les basta que sin ser un iniciado, lleve a cabo en la Iglesia, los planes y fines por ellos deseados. Un Papa que sin ser masón, actúe y piense como un masón y así destruya la Iglesia de Cristo, convirtiéndola en Sinagoga de Satanás.

¿Cómo se logrará todo esto? Oigamos lo que al respecto dice Pierre Virión: «Saint-Yves no ha hecho más que bosquejar las grandes líneas de la Iglesia Universal, mescolanza de todas las religiones y de todas las sectas bajo el imperio de la ‘tecnocracia’ oculta. Roca, por su parte, ha comprendido que, para realizarla, hay que conducir al clero, o al menos a un cierto número de sacerdotes, a otro concepto de los dogmas, hay que insuflarles, sin que se den cuenta, el espíritu del universalismo masónico, hay que adoctrinarles acerca de la trascendencia de la Gnosis sobre la fe, de la unión íntima, de lo oculto y del Cristianismo, de la traición al Evangelio por parte del Vaticano. Hay que convencerles de que el Papado romano es culpable de haber sustituido el Magisterio inicial de Pedro por los honores y las riquezas de un imperialismo latino que debe caer bajo los golpes de un nuevo clero convencido de antemano de la inevitable victoria de una nueva Iglesia. Y esa última será instaurada por un futuro Pontífice que reunirá en su persona y en su cargo los del Papa y los del Mago de la Sinarquía.» (La Masonería... p. 41-42).

Y tal como advierte Virión para los que piensen que haya o pueda haber exageración, curándose en salud, afirma: «Por asombroso que eso pueda parecer no afirmamos nada que no se encuentre en los escritos de aquel clérigo tan trístemente célebre en su época, a la vez en las altas instancias iniciáticas y en los medios católicos de los cuales hablamos, y cuya obra no está hoy tan caída en el olvido como rodeada de un silencio cómplice, ocultando a demasiados de sus inconscientes discípulos el origen secreto del neo-cristianismo y de sus bases gnósticas. (Ibid. p. 42).

Así se manifiestan las bases gnósticas del sincretismo religioso universal de la Nueva Iglesia que se programó en las sectas masónicas. De ello hablaremos más adelante.

Veamos lo que el excanónico Roca decía hace más de un siglo sobre el Papado y la Iglesia, y que hoy es una triste realidad que se está cumpliendo paso a paso: «En su forma actual, el Papado desaparecerá, El Pontífice de la divina sinarquía se parecerá al Papa de nuestros días como este último se parece al Papa del Lago Salado... El viejo Papado, el viejo sacerdocio, abdicarán de buena gana ante el pontificado y ante los sacerdotes del futuro, que serán los del pasado convertido y transfigurados con vista a la organización científica del Planeta a la luz del Evangelio. Y esa nueva Iglesia, aunque tal vez no deba conservar nada de la disciplina escolástica y de la forma rudimentaria de la Iglesia antigua, recibirá sin embargo de Roma la Consagración y la Jurisdicción Canónica» (Ibid. p. 47).

Sinarquía y Nueva Iglesia

Esto fue siniestramente profético, porque hoy es un hecho. Tenemos una Nueva Iglesia a partir del Vaticano II, un nuevo sacerdocio, un nuevo Papado en ruptura con la Iglesia antigua (tradicional), recibiendo de Roma (modernista) la Jurisdicción.

Los únicos que permanecen fieles a la Fe de siempre, son rechazados, ultrajados y hasta excomulgados por la Nueva Iglesia, es un hecho y los hechos son irrefutables.

Si, la Nueva Iglesia de la revolución, de la Sinarquía que debía surgir a raíz de un futuro Concilio según los parámetros ya delineados por la Judeo-masonería, por los grandes iniciados de la gnosis, es hoy un hecho.

Oigamos al apóstata Roca quien decía en el siglo pasado: «Yo creo que el culto divino, tal como lo regulan la liturgia, el ceremonial, los ritos y los preceptos de la Iglesia Romana, sufrirá próximamente en un concilio ecuménico una transformación que, al mismo tiempo que le devolverá la venerable sencillez de la edad de oro apostólica, la pondrá en armonía con el Estado Nuevo de la Conciencia y de la civilización Moderna. « (Ibid. p.56).

Esto es ni más ni menos lo que aconteció con la Reforma Litúrgica y con la Nueva Misa. Esto es lo que a partir del Concilio Vaticano II se ha operado dentro de la Iglesia, tal como se lo previo desde hace por lo menos más de un siglo.

Esto es lo que Juan Pablo II realiza y pregona por todas partes, ni más ni menos, pero prosigamos con lo que desde entonces el desgraciado (sin gracia) ex Abate Roca presagiaba: «Sucederá algo que dejará estupefacto al mundo y que le hará caer de rodillas ante su Redentor. Y ese algo será la demostración del acuerdo perfecto entre los ideales de la Civilización Moderna y los ideales de Crito y de su Evangelio. Ello significará la consagración del nuevo orden social y el solemne bautismo de la Civilización Moderna.» (Ibid. p. 56 - 57).

Así se entiende plenamente porque dijo el Cardenal Suenens: «El Concilio es 1789 en la Iglesia,» o las palabras del Cardenal Ratzinger: «El problema del Concilio fue asimilar los valores de dos siglos de cultura liberal» (cfr. Mons. Lefebvre, Le Destronaron, Ed. San Pío X, Buenos Aires 1987, p. 10).

Así se comprende el pensar y el actuar de Juan Pablo II en todo el itinerario de su apostasía.

No exageramos, todo lo que está pasando hoy, fue sutil y eficazmente elaborado por los grandes iniciados de la judeo-masonería, por los grandes iniciados en los misterios de lo oculto y de la gnosis.

Continuemos con el ex-canónico Roca y saltará a la vista lo afirmado: «el reino divino de la Humanidad de Comte, el falansterio de Ch. Fovrier, el siglo de oro del futuro de Saint Simon, la sinarquía universal de Saint-Yves d’Alveydre, el socialismo y el comunismo de los anarquistas... los sacerdotes se convertirán en directores de las uniones sindicales, de las mutualidades y de las agencias cooperativas de producción y de consumo, de retiro obrero y de asistencia oficial.» (La Masonería... p. 54).

La realidad de hoy está calcada casi al pie de la letra con estas palabras que parecen de un profeta. Pero hay más, el Paraíso en esta tierra expresado por la divisa de la Revolución Francesa, corresponde al objetivo de la Sinarquía: «el reino de los cielos, es decir, el reinado impersonal y divino de la Verdad en la Libertad, de la Justicia en la Igualdad, de la Economía Social en la Fraternidad, lo cual constituye el trinomio sagrado de la sinarquía evangélica.» (Ibid p. 54).

La Iglesia post-conciliar ha hecho suyos estos principios judeo-masónicos de la revolución sinárquica, y de la Contra-Iglesia. Juan Pablo II es su porta Voz. Claro que ante esta acusación, dirán al igual que el apóstata Roca: «¡No! ¡No! Monsieur Veuillot[3] la humanidad no se descristianiza , sino que se desclericaliza, a fin de que el sacerdote se humanice, y ambos se cristianicen en el verdadero sentido del Evangelio.» (Ibid. p. 55).

¿Cuántos hoy en día, no piensan y dicen lo mismo? Casi todos. Lo cual es una prueba más de la penetración de las ideas masónicas dentro de la Iglesia, y por consiguiente de su judaización.
Aggiornamento y Nuevo Orden Mundial

El famoso aggiornamento (puesta al día) de la Iglesia no es más que la judaización de la Iglesia Católica, en vista del Nuevo Orden Mundial. Veámoslo preconizado admirablemente por el ex-canónigo Roca quien repetía el programa de sus amigos y altos maestros (Saint-Yves d’Alveydre,[4] Stanislas de Guaita[5]): « Y nosotros, sacerdotes, oremos, bendigamos, glorifiquemos esos maravillosos trabajos de los cuales surgirá la transfiguración científica, económica y social de nuestros misterios religiosos, de nuestros símbolos, de nuestros dogmas y de nuestros sacramentos. ¿Acaso no os dais cuenta de que nuestras formas han envejecido, de que están gastadas, abandonadas por el Espíritu, de que estamos solos, con las manos llenas de cáscaras vacías y de letras muertas?» (Ibid. p. 49).

Aquí está el verdadero motivo del aggiornamento operado en la Iglesia. Esta es la razón por la cual se abandona la liturgia tradicional y todo lo que hasta el concilio Vaticano II se hacía.

Por esto se está en contra de la Tradición de la Iglesia y se le excomulga, en aras del Ecumenismo que no es otro que el Ecumenismo Masónico, de un culto universal y sincretista. Así, el ex-canónigo Roca expreso: «Lo que la Cristiandad quiere edificar no es una pagoda, sino un culto universal que englobará a todos los cultos.» (Ibid. p. 43).

Y esto no puede realizarse sin que la Gnosis penetre la religión, dándole una interpretación cabalística. De aquí la necesidad de sacerdotes esotéricos y hasta de un Papa gnóstico, tal como se puede ver en la respuesta de Roca a Oswald Wirth (fundador de El Simbolismo, quien preconizaba un seudo-cristianismo esotérico) al felicitarle por la fundación del periódico El Socialista Cristiano: «Mi querido hermano en Cristo: No necesito deciros que ‘El socialista Cristiano’ no tiene otro objetivo que el de favorecer la iniciación de los sacerdotes y de los católicos al conocimiento de ese esoterismo que es la ciencia oculta y trascendente no ya de la letra, cuyo reinado ha concluido, sino del Espíritu, cuyo reinado empieza.» (Ibid. p. 41).

De aquí la necesidad de un Papa gnóstico tal como lo pinta Roca y con el toda la Sinarquía judeo-Masónica de la Contra-Iglesia: «No un Pontífice de la Fe o del pistilo, sino un Pontífice de la Gnosis o de la Ciencia Esotérica.» (Ibid. p. 207).

Este es el Papa que quiere la Sinarquía gnóstico-masónica. Sobre este Papa, Pierre Virión comenta, citando: «El que desean ver a la cabeza de un ‘Concilio ecuménico’ de la Humanidad Sinarquizada formado por sabios, jefes de Estado, cardenales y obispos, constituyendo la ‘primera cámara de la Sinarquía Trinitaria, cuyos marcos encontró el marqués de Saint-Yves d’Alveydre en la Antigua enseñanza de los templos’». (Ibid. p. 206).

De tal modo que del Papado católico quedará solo la apariencia, cumpliéndose lo que ya decían los grandes sinarquistas: «Se prepara una inmolación que expiará solemnemente... El Papado sucumbirá, morirá bajo el cuchillo sagrado que formarán los Padres del último Concilio. El César Papal es una Hostia coronada para el sacrificio» (Ibid. p. 58).

Esto es lo que obtendrá la Sinarquía cuando tenga un Papa gnóstico, tal como pensaba Stanislas de Guaita, fundador de la Orden Cabalística de la Rosa-Cruz, quien le asignaba como finalidad: «La lucha por revelar a la teología Cristiana las magnificencias esotéricas de las cuales está llena, a pesar suyo.» (Ibid. p. 35).

Gnosis y Ecumenismo

El afán de los ocultistas es mostrarle a la Religión Católica su contenido gnóstico.

De aquí que la relación entre el ocultismo y el modernismo es el cristianismo sincretista conforme a los secretos de la gnosis.

En este sentido dice Virión: «El lazo que une al ocultismo, al modernismo y, ahora a la Religión Universal de las Sectas, es el cristianismo sincretista que aparece aquí claramente.» (Ibid. p. 63).

Los mismos maestros del ocultismo cabalista así lo reconocen. En el prólogo a un opúsculo del mason Chevillon, Camille Savoire escribió: «Este libro constituye para el adepto un verdadero catecismo y una guía sobre el camino de la Iniciación que conduce a la Gnosis, ese conocimiento supremo que no conoce las limitaciones de conocimiento. En efecto, la adquisición de la Gnosis constituye el principal objetivo de la institución. Ya que es indispensable para la búsqueda de la Verdad, sin la cual no podría trabajarse en el perfeccionamiento individual y colectivo de los seres.» (Ibid. p. 108).

Como se puede observar la Gnosis es la doctrina que envuelve a la masonería, es la doctrina de los misterios más secretos. A través de la gnosis la masonería pretende destruir la Religión Católica convirtiéndola en un cristianismo esotérico, en un cristianismo gnóstico. Esta sería la Religión Universal de la Humanidad, la Religión Ecuménica de la Humanidad.

Por esto Virión bien dice: «Hay que convenir en que a fines del siglo pasado la obra de ex-canónigo Roca se presentó como el prototipo del cristianismo esotérico moderno y en que, según el abate Jeannin en su obra ‘Iglesia y fin del siglo,’ ese cristianismo es la ‘reedición’ de los misterios antiguos y, por consiguiente de los grandes misterios de las sociedades secretas. Es incluso el tronco principal de su religión universal, de la cual se habrá captado, a través de las citas presentadas en el curso de esta obra, el modo de universalizar el naturalismo sublimado hasta la divinización.» (Ibid. p. 244).

Esta apreciación es muy justa pues en definitiva la gnósis no es más que el naturalismo sublimado hasta la divinización del hombre.

A través de la gnósis-cabalística, se hace el sincretismo más acabado, logrando así el más perfecto y absoluto Universalismo o Ecumenismo - masónico de la Contra-Iglesia, del Anticristo.

Pierre Virión hace ver muy bien que del acercamiento entre la Iglesia y la Masonería, surgirá necesariamente un ecumenismo cristiano, pero que es un sincretismo gnóstico o un ecumenismo masónico, tanto lo uno como lo otro si bien se mira son las misma cosa: un ecumenismo gnóstico-masónico que corresponde al sincretismo universal al cual tiende la Sinarquía.

He aquí el texto de Virión que es bastante esclarecedor: «El resultado de esclarecimiento salta a la vista. O la Masonería se integra en un ecumenismo llamado cristiano, como pretenden algunos, entonces, de acuerdo con Saint-Yves d’Alveydre, el ‘catolicismo’ será un sincretismo que el patriarca de la Iglesia gnóstica explicara así: ‘el elemento común a todas las religiones (catolicismo) es racional y tradicional y, por consiguiente, eterno... El catolicismo propiamente dicho no está en juicio, sino únicamente la ortodoxia Romana, siempre destinada a caer un día’. O lo que viene a ser lo mismo, la Iglesia Católica será integrada, como dicen otros, en el ‘ecumenismo’ masónico, lo cual significará su sometimiento a la Sinarquía - Universal, de acuerdo también con Saint-Yves d’Alveydre.» (Ibid. p. 144).

Salta a la vista que para la Masonería y la Sinarquía el catolicismo es el elemento común a todas las religiones, es decir, que el catolicismo es la gnósis, o sea la Tradición Primordial y eterna, común a todas las religiones, de donde estas derivan.

Ecumenismo Masónico

El ecumenismo actual que invade la Iglesia es el Ecumenismo Masónico del que nos habla Pierre Virión, es el Ecumenismo del sincretismo gnóstico de la Cábala judía, es el Ecumenismo de la Sinarquía y de la Contra-Iglesia.

De este ecumenismo nos precisa Virión: «... hay un ecumenismo de procedencia masónica, neo-católico, para comunista, propagado en masa por los periódicos y revistas, confesionales o no, políticos, literarios; un ecumenismo total, resultante de una simple adición de cultos, en nombre del cual la Iglesia es elogiada por sus más audaces teólogos; pero vituperada por su pasado, su tradición, ‘su inmovilismo’actual, su integridad doctrinal futura, si no ingresa en el movimiento del futurismo sinárquico.» (Ibid. p. 173).

El sincretismo religioso actual «es la expresión de un ‘Ecumenismo’ detrás del cual se oculta la alta autoridad masónica». (Ibid. p. 173).

Por esto los masones piensan igual que el masón Yves Marsaudon quien en su libro ‘El Ecumenismo visto por un masón de tradición’ dice: «Estamos íntimamente, profundamente convencidos de que será engendrado un nuevo humanismo, el cual, basado en aquella tradición común a toda tendencia espiritual, integrará las aspiraciones superiores de todos los pueblos, el conocimiento adquirido, los sistemas de vida resultantes de las técnicas, y que conducirá finalmente a nuestro mundo a la unidad a la cual está destinada» (Ibid. p. 154).

Se refleja aquí muy claramente el ideal de unidad Judeo-masónica, que es la unidad del Nuevo orden Mundial, de la unidad en definitiva de la Contra-Iglesia encabezada tarde o temprano por el Anticristo que la Sinarquía intenta entronizar.

El famoso ex-canónico Roca ya decía como portavoz de las Altas Logías iniciaticas: «Creo que todas las Iglesias que se han formado en la cristiandad a partir del siglo IX por el desmembramiento sucesivo del tronco apostólico (y que por tal motivo son llamadas sectas o sectores) participan de la Gran Iglesia Católica de la cual forman el Cuerpo con los miembros dispersos (Multa quidem membra, unum autem corpus; San Pablo). Creo que entre esas iglesias, incluída la que se conoce por el nombre de ultramontana, existe un lazo de afinidad que las une, o, mejor dicho, un fondo común de cristianismo que facilita el encuentro y en el cual se basará la Asociación General, para realizar la profecía del Maestro: ‘Et erit unum ovile et unus Pastor’». (Ibid. p. 175).

Aquí está el ecumenismo de la Sinarquía que la Nueva Iglesia post-conciliar y que Juan Pablo II difunden por el Mundo. La Encíclica Ut Unum Sint, es una prueba más de ello.

El Concilio Vaticano II fué el Concilio deseado por las logías masónicas y por el Gobierno Oculto de la Sinarquía. Del plan sinárquico Virión dice refiriéndose al masón Renan: «Pero ya el H... Renan, que sin estar como Roca en el secreto de los dioses presentía su naturaleza, había sin duda oído hablar de él, ya que en ‘La abadesa de Jovarre’ escribe que las reformas religiosas (ecumenismo con el cual designa la revolución religiosa y moral) se realiza por personalidades de la misma Iglesia, completamente en regla con las observancias. Es decir, que el Clero regular —y no separado—, influído por el neo-cristianismo abierto a las corrientes de pensamiento modernas, acabará en un Concilio del futuro, imponiendo a la Iglesia la degradación dogmática y disciplinaria favorable a su integración en el ‘ecumenismo’ de las logías.» (Ibid p.p. 55-56). Este Concilio ha sido Vaticano II, es un hecho. Los frutos (efectos) así lo prueban. Entre el Ecumenismo de la Nueva Iglesia post-conciliar y el sincretismo de la Iglesia Universal Sinárquica no hay diferencia. Pues tenemos que: ‘La Iglesia Universal Sinárquica, tal como Saint-Yves la describe en sus obras, es el conjunto sincretista de todas las religiones, consideradas como iguales, con cierta primacia de animación atribuida a la cábala y especialmente hacia el final de su vida, con una importancia particular atribuída al Hinduísmo.» (Ibid. p. 23).

El plan de la Sinarquía apunta hacia una Religión Universal, no Católica sino Ecuménica, y su fundamento y común denominador es la gnósis. Por esto la Nueva Religión y la Nueva Iglesia son gnósticas. Hoy bajo el nombre de catolicismo la Jerarquía de la Iglesia predica y enseña un catolicismo gnóstico.

Así el famoso Weishaupt fundador de los Iluminados de Baviera afirmaba en el siglo XVIII, según trae y comenta Mons. Delassus: « ‘Todas las religiones, sin exceptuar la religión católica tienen una enseñanza esotérica’. Y es ésta la doctrina secreta de Jesucristo, hoy en día desconocida por la Iglesia oficial, que se trata de comunicar para iniciar en la verdadera sabiduría, en la Gnosis, y preparar el advenimiento del verdadero catolicismo, de la religión verdaderamente universal» (La Conjuration... p. 732-733).

Tenemos así, la Nueva Religión Ecuménica, la Religión Universal, trascendental y sin dogmas, de una parte, y por otra, la Gnósis que viene a ser el verdadero cristianismo tal como hoy se impone después del concilio Vaticano II: «Esta religión universal, en la cual los sectarios querían desde entonces confundir todas las religiones, la llamaban cristianismo trascendental, y la concebían como una pura religiosidad o una religión sin dogmas.» (Ibid. p. 218).

Por qué sin dogmas? La explicación nos la va a dar Mons. Delassus: «Los dogmas forman, por así decirlo, el esqueleto de las religiones, y es también por ellos que las religiones se distinguen y se mantienen separadas las unas de las otras. El gran esfuerzo de los apóstoles de la religión humanitaria debe ser luego, el hacer desaparecer los dogmas.» (Ibid. p. 647).

Y esto es lo que el Ecumenismo está actualmente haciendo. Juan Pablo II es uno de estos apóstoles de la religión humanitaria, un Papa conforme a la Sinarquía y a la Revolución Judeo- Masónica, de ello no cabe la menor duda. Los hechos (frutos) así lo demuestran. Y contra los hechos no hay argumentos.

Lo que Mons. Delassus anunciaba entonces como un plan futuro, es hoy un hecho, veámoslo por las palabras que siguen: «la conclusión de lo que precede es que existe en proyecto y en vía de formación una religión nueva del porvenir, dicen los unos, religión del siglo XX, dicen los más impacientes, religión calificada de americana, puesto que encuentra en América (del Norte) sus orígenes, su desarrollo y los defensores que quieren introducirla en Europa, religión humanitaria, por el fin que persigue, que es substituir a Dios por el hombre. Numerosas sociedades activas se han formado con este fin y las hemos encontrado por todas partes. Sus miembros están imbuídos de estas dos ideas: 1º que una religión absolutamente universal debe establecerse sobre las ruinas de todas las religiones y esto por la caída de todas las barreras, por la desaparición de los dogmas; 2º que esta religión universal debe ser una religión social, una religión humanitaria, llegando hasta procurar al hombre el paraíso en la tierra. Los miembros de estas diversas sociedades difunden estas ideas en medio de un público cada vez más numeroso, preparando así la opinión a favor del nuevo orden de cosas querido por el poder oculto de los Judíos para asegurar su dominación sobre todo el género humano.» (Ibid. p. 673).

Este texto de Mons. Delassus, no puede ser más claro y revelador. A nosotros hoy solo nos toca verificarlo, en los hechos.

Mons. Delassus nos previene que la Masonería fue denunciada una vez más por León XIII en la Encíclica Humanun Genus donde «denuncia, nuevamente ante el mundo, a la Masonería como el agente secreto de la guerra contra la Iglesia y contra todo el orden social» (Ibid p. 92).

Cábala y Masonería

Masonería, Cábala y Gnósis se identifican y compenetran tal como hace ver Mons. Meurin , pues como él afirma: «Nuestra exposición prueba que toda la Masonería está basada sobre las doctrinas kabalísticas y herméticas que, en el fondo, son idénticas.» (Filosofía... p. 123) Y como advierte más adelante: «Los principios de Oriente son los principios de la Kábala judía. Y el fin supremo de la Masonería consiste en propagarlos combatiendo a sus adversarios. Los judíos enseñan los principios y los templarios luchan por imponerlos. Así se nos presenta clara la constitución de la Masonería.» (Ibid. p. 203).
Por esto, como advierte Pierre Virión: «Es una aberración olvidar que la doctrina sinárquica, bosquejada hace tres siglos , elaborada en la época de Saint-Yves d’Alveydre y revisada en 1935, no separa nunca la política de los asuntos religiosos sino que, por el contrario, los confunde en las perspectivas de un Gobierno mundial que no sería otro que el de la Contra-Iglesia. En consecuencia no puede concebirse el papel de una Masonería cualquiera sin incluirla en el plan de conjunto, sus actitudes particulares en lo que respecta a la Iglesia responden a circunstancias de tiempo y de lugar, al oportunismo, a la táctica a seguir para combatirla.» (La Masonería... p. 144-145).

No resulta ser menos acertada la reflexión del P. Meinvielle que puede ser como un resumen de todo lo expuesto: «La trayectoria judía en relación con el pueblo cristiano es fácil de seguir. La historia está dinamizada por dos polos. El polo de Dios y el del diablo. El de la Iglesia y el de la Contra Iglesia. El del espíritu y el de la carne. El de la Iglesia y el de los judíos. Desde la partida de Cristo, la Iglesia sube y el poder judío baja. Los judíos son confinados a los ghettos. La Iglesia alcanza su esplendor en el mundo cristiano, en la civilización cristiana. Todavía están los monumentos que acreditan el esplendor que alcanzó la Iglesia hasta el siglo XVI. Los judíos penetran, poco a poco, en la sociedad cristiana. Siempre tramaron y acecharon contra ella. Pero inútilmente mientras la Iglesia permaneció fiel a Cristo. Pero al final de la Edad Media, la Iglesia cede en su amor a Cristo y trata de entrar en contacto con los judíos. Es la época de la cábala cristiana. Raimundo Lulio, sin duda de buena fe, había preparado el camino. Pico de la Mirándola y los renacentistas acogen la Cábala judía. Los judíos penetran en la sociedad cristiana. Penetran y van destruyéndola. Y el mundo comienza a judaizarse, a cabalizarse. Los judíos inventan la masonería para reclutar cristianos que destruyan la Iglesia.» (De la Cábala al Progresismo, Ed. Calchaquí, Salta, 1970, p. 110).

Es más, refiriéndose el P. Meinvielle a los instrumentos de la destrucción señala: «Sería un error pensar hoy que la Biblia es el libro de los judíos. Su libro es el Talmud, y el alma del Talmud es la Cábala. La cábala es el gran instrumento secreto de los judíos contra la Iglesia y contra el mundo cristiano. La cábala pudo haber sido la tradición auténtica de los judíos, pero hoy está desvirtuada y es instrumento de perdición. La cábala informa a la masonería, que es una institución cabalística.» (Ibid. p. 110).

Conclusión

Es evidente que hay un plan contra la Iglesia. Plan que consiste en un nuevo orden de cosas, por oposición a la Iglesia y a la Civilización Católica, a la Cristiandad. Es un plan que opera, una Revolución Total, pues abarca todos los órdenes, religioso, político, económico-financiero, social, cultural y biológico, etc.

Plan que por oposición a la Iglesia y a Cristo, tiene por finalidad implantar la Contra Iglesia y hacer reinar al Anticristo, exaltando al hombre, a la persona humana (su libertad y dignidad) divinizando al hombre e intronizando a Satanás.

Un Nuevo Orden Mundial dirigido por el judaísmo a través del Poder Oculto de la Sinarquía. Nuevo Orden Mundial bajo la égida judía sobre un mundo judaizado y una religión pervertida.

Nuevo Orden Mundial que procura el Paraíso en la tierra realizando la unión de todos los hombres sin dogmas, ni credos que dividan. Será la paz, la falsa y despótica paz del Anticristo, cubriéndose con el ropaje del Humanismo y del Progreso Social y Económico, teniendo la ayuda de la técnica moderna.

La Iglesia Católica reducida a su mínima expresión y ocupando su lugar una Nueva Iglesia Ecuménica con un Papa que en realidad es un Antipapa y verdadero pseudoprofeta, (bestia de la tierra con cuernos de cordero pero que habla como el dragón) al servicio del Poder Sinárquico del Anticristo (bestia del mar).

Juan Pablo II encaja a la perfección con la labor del pseudoprofeta del que habla el Apocalípsis en el Capítulo 13, ya porque sea el mismo pseudoprofeta o uno de sus precursores.

Un Papa al servicio de los fines de la Sinarquía es lo que tenemos con Juan Pablo II, sus actos y palabras son una muestra irrefutable de ello.

Nuestra esperanza está en Cristo quien vendrá a rescatar su Iglesia ultrajada y profanada, reducida a un pequeño rebaño fiel a la tradición, el pusillus grex (Luc. 12,32) y que nos hace pensar en aquellas palabras «Pero el hijo del Hombre cuando vuelva, ¿hallará por ventura la fe sobre la tierra? (Lc. 18,8) citando nuestra esperanza en la promesa: «No tengas temor pequeño rebaño mío, porque plugo a vuestro Padre daros el Reino» (Luc. 12,32).

BASILIO MERAMO PBRO.
SANTA FE DE BOGOTA, ENERO 6 DE 1996
FIESTA DE LA EPIFANIA



[1] Título del original Francés: La Franc-Maçonnerie Synagogue de Satan del año 1893.
[2] Título del original francés Mistère d’Iniquité.
[3] Famoso escritor francés tradicionalista del siglo pasado y amigo de Donoso Cortés.
[4] Saint-Yves era cabalista, amigo de Stanislas de Guaita, Martinista con Papus; se había formado en el ocultismo estudiando a Fabre d’Olivet (Virión, La Masonería... p. 33).
[5] Fue el fundador de la Orden Cabalística de la Rosa-Cruz en 1888.